El viernes pasado publicaba en Xataka un reportaje que a mí me pareció muy curioso: los AirPods de Apple se han convertido no ya en un meme -que lo son- sino en un producto perfecto para evitar ser molestados.

Quien los lleva no solo lo hace para oír música o para presumir de que los tiene, que de todo hoy. Los lleva para que no le dirijan la palabra. No es algo que se haya inventado con los AirPods, claro. Yo mismo los he usado a menudo en la época en la que he trabajado en la redacción para evitar distracciones y concentrarme mejor, así que en cierta forma este no es un descubrimiento demasiado relevante.

Airpods 2 look exactly like Airpods 1 so how are people supposed to know i’m twice as rich????

— Mohamad Zoror (@MohamadZoror) March 21, 2019

Sin embargo esa señal de no molestar que antes se usaba en el trabajo ahora se usa en cualquier lado. ¿No quieres que te den la vara mientras te cortan el pelo? Ponte los AirPods. ¿Cansado de la cháchara del taxista sobre la corruptela de turno? Ponte los AirPods.

Es lo que contaban en BuzzFeed al menos, donde parecían dejar claro que la práctica ha pasado de ser algo medio habitual a algo preocupante por que se está convirtiendo casi en la norma. Decían los visionarios antes incluso de las Google Glass que todos iríamos en plan ñafotas por la calle. No sé si eso pasará -Apple parece que va a por ello-, pero lo que está pasando es que todos vamos con auriculares por la calle. A nuestra bolilla, no sea que nos molesten.

No pensaba escribir más de los AirPods de momento, pero es que otro tema que he visto hoy me ha hecho darme cuenta del gran pecado de los AirPods. Uno que otros muchos productos cometen, pero que en los AirPods es como más flagrante.

Los AirPods se ríen de la obsolescencia programada.

Como digo otros muchos productos lo hacen. Lamentablemente lo raro es que no lo hagan, pero es que los AirPods se ríen un montón. Lo contaban en Vice, donde abrían con un titular que muchos podrían tildar de sensacionalista pero que a mí me parece que no miente: los AirPods son una tragedia. ¿Por qué? No por su precio o sus prestaciones: llevo tiempo pensando que son el mejor producto que Apple ha creado en años, pero eso no impide que tengan un problema serio con su batería.

El comportamiento de esas baterías es preocupante, y tras año y medio de uso -esa es una estimación, claro- es probable que los AirPods dejen de funcionar de forma eficiente. No porque no quieran, sino porque no pueden: la batería no dará apenas margen de maniobra y los convertirá en un producto más que sustituir por otro más nuevo. Y sustituir unos auriculares de 180 dólares cada año y medio es la puntilla de un mundo como el que habitamos en el que parecemos condenados a hacer renting hasta de los auriculares.

Lo veo: paga 10 dólares al mes y tendrás AirPods disponibles en cuanto los necesites. Y cuando aparezcan modelos nuevos, claro, también podrás disfrutarlos.

Hay algo más que se me olvidaba comentar: no sé cómo es la calidad de sonido –en Rtings la ponen como «por debajo de la media, pero aquí habrá opiniones para todos lso gustos- pero lo que sí sé es que son unos productos casi imposibles de reciclar. Como apuntaban bien en Vice,

Aunque sólo tengas los AirPods unos pocos años, la tierra los tendrá para siempre. Cuando mueras, tus huesos se descompondrán en menos de un siglo, pero la carcasa plástica de los AirPods no se descompondrá durante al menos un milenio. Miles de años en el futuro, si existe vida humana o seres que sienten en la Tierra, tal vez los arqueólogos encuentren unos AirPods en los rincones olvidados de las casas. Probablemente se preguntarán por qué fueron hechos y por qué tanta gente los compró. Pero también podemos hacernos las mismas preguntas ahora mismo.

¿Por qué hicimos una tecnología que vivirá 18 meses, morirá y nunca se pudrirá?

Equilicuá.

La otra tragedia de los AirPods es, como decían en Vice -que les metían bastante caña y con bastante razón- se han convertido en algo absurdo:

Los AirPods no son los auriculares más caros del mercado, y las bromas acerca de que el producto es una muestra de riqueza se deben sobre todo al boca a boca. Pero sucede que los AirPods son un símbolo de riqueza. Son manifestaciones físicas de un sistema económico global que permite que algunas personas compren y pierdan fácilmente auriculares de 160 dólares, y deja a otras personas en riesgo de muerte para producir esos productos. Si los AirPods son algo, son futuros fósiles del capitalismo.

Con un par. Y luego decís que yo soy un hater. Eso, amigos, lo ha escrito una hater. Una hater con argumentos, ojo, pero una hater. Y me temo que coincido con ella.