De cuando en cuando me llegan productitos para probar de forma independiente, y ese ha sido el caso del Cubot King Kong 3, que forma parte de esa curiosa categoría de dispositivos ‘ruggedized’ o robustos con todo tipo de protecciones y refuerzos para todo tipo de escenarios.
El diseño es desde luego llamativo: no hay aquí pantallas sin marcos —será difícil verlas en este tipo de productos—, y de hecho lo que hay son más marcos de lo normal porque el chasis del móvil está protegido por una carcasa exterior que es parte del diseño. Esa carcasa mezcla plástico con metal en los laterales, y de hecho en los dos laterales encontramos placas de metal literalmente atornilladas al móvil para protegerlo.
El conjunto es grandote (78,3 x 162,5 x 13,3 mm) y pesado (220 gramos), sobre todo para esa pantalla de 5,5 pulgadas (720p) con tecnología IPS. El diseño muestra más elementos que demuestran la orientación del Cubot King Kong 3: en la parte inferior está el conector USB-C para carga y transferencia de datos, pero está protegido por una pequeña pestaña de goma que puedes poner y quitar para evitar que entre agua o polvo, por ejemplo.
Con los botones hay sorpresa: en la parte derecha están los controles de volumen y el botón de encendido, pero es que en la parte izquierda hay un botón bajo la ranura Dual SIM que, atención, no sé para qué sirve. Creí que ni en Cubot lo sabían, porque en la guía rápida sale la descripción de todos los elementos del móvil pero no de ese botón. Sin embargo en la página oficial del producto sí nos descubren su función: es un botón programable que por ejemplo puedes usar como disparador de la cámara.
Más allá de eso, como digo, el móvil transmite una sola cosa: resistencia. Es duro al tacto, es compacto como pocos y casi parece que pudieras utilizarlo como estupendo martillo para clavar clavos allá donde lo necesites o, ya puestos, como arma mortal, porque lanzarle esto a alguien a mala leche es como tirarle un bloquecillo de hormigón armado. Mon dieu.
No hay conector de auriculares, porras, así que si quieres oír música tendrás que tirar del conector USB-C con o sin adaptador o, claro, de unos auriculares Bluetooth. Lo que sí tenemos es curiosamente radio FM si conectamos unos auriculares que actúen como antena. Ahora mismo escribo esto mientras escucho Kiss FM con este sistema y la verdad es que funciona estupendamente. Ole.
¿Qué hay de las especificaciones? Pues aquí las tenéis:
Especificaciones | Cubot King Kong 3 |
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Dimensiones y peso | 78,3 x 162,5 x 13,3 mm, 220 g |
Fabricación | Policarbonato |
Pantalla | 5,5 pulgadas tecnología IPS. Formato 18:9 |
Resolución y densidad | HD+ (1440×720 píxeles) 293 ppi |
Procesador | MediaTek Helio P23 (MT6763T) (4x 2.5 GHz ARM Cortex-A53 + 4x 1.6 GHz ARM Cortex-A53) |
RAM | 4 GB LPDDR4X |
Sistema operativo | Android 8.1 |
Almacenamiento | 64 GB ampliables mediante tarjeta microSD |
Cámaras | Trasera doble cámara de de 16 MP con apertura f/2.2 y 2 MP con apertura f/2.2. Frontal de 13 MP f/2.2 |
Batería | 6.000 mAh con carga rápida |
Otros | Lector de huellas trasero, NFC, resistencia al agua y al polvo IP68, USB Tipo C |
No podemos esperar milagros con el precio del dispositivo (sorpresa final), pero aquí tenemos una pantalla muy modesta por esa resolución 720p que yo hacía tiempo que no veía. La calidad es bastante decente, la verdad, y de hecho yo he acabado reduciendo el tamaño de los elementos visuales y la tipografía al mínimo para lograr tener un área de trabajo más amplia.
La experiencia en cuanto al terminal parece prometedora. El Helio P23 no es ningún prodigio de la supercomputación (91.224 puntos en AnTuTu, 875/4034 puntos en GeekBench 4) pero oye, parece que como todo en este móvil hay buenas sorpresas. Todo va fluidete, sin problemas, buenos tiempos de apertura de aplicaciones y buenos tiempos de respuesta cuando te mueves por las distintas opciones de la interfaz de este móvil basado en Android 8.1. Los 4 GB de RAM son suficientes y se unen a esos 64 GB de capacidad ampliables vía microSD, pero lo verdaderamente maravilloso del móvil no es nada de esto.
Lo maravilloso es su batería inacabable de 6.000 mAh. Como esto son unas primeras impresiones no he podido probar cuánto puede aguantar, pero diría que con el uso que yo hago del móvil podría estar fácilmente más de dos días, quizás tres, sin cargarlo. Viene con un adaptador que llega a los 18W (9V, 2A) y que por tanto probablemente cargue razonablemente rápido esta monstruosa batería.
Hay alguna sorpresa agradable más en ese hardware como el soporte NFC, algo inusual en un móvil de este precio, y la única pega que le veo es esa ausencia del conector de auriculares que aquí sí tiene cierta excusa por ese enfoque a proteger el móvil en cualquier situación. Promocionan mucho las fotos acuáticas, así que espero poder probar algún día esa función, pero está claro que te puedes llevar el móvil a la playa y hacerte una travesía en aguas abiertas nadando y probablemente salga del apuro sin problemas. Eso sí: tendrás que ingeniártelas para que este pequeño bloque de hormigón armado no te acabe hundiendo en el fondo del mar 😉
Sorpresa también con las cámaras. La aplicación de cámara por defecto es un poco simplona, quizás demasiado. Hay modo panorámica, desenfoque, modo belleza y modo normal, además de poder activar HDR para ganar rango dinámico en tomas algo más complicadas. Tenemos una rtasera dual de 16 MP f/2.2 y de 2 MP f/2.2, lo que deja claro que en condiciones de baja luminosidad ese sistema lo pasará mal. Con luz, como sucede con todas las cámaras actuales de móviles de gama de entrada o gama media, cumple sin problemas.
No vas a ganar probablemente un premio del National Geographic, pero a mí los resultados no me disgustan, y el modo de desenfoque es como siempre gracioso y resultón. Si te importa la cámara obviamente será mejor que te vayas a cosas más preparadas (y caras), pero aquí debo decir que el Cubot no lo hace mal del todo. La frontal, de 13 MP es más flojucha, y a pesar del sensor las fotos que me he hecho estaban un poco pálidas y borrosas. Aquí la estabilización suele ser asignatura pendiente y el Cubot no es la excepción.
Está claro que lo que destaca de este móvil es su resistencia, claro. En el sitio web oficial nos cuentan cómo ha pasado pruebas de resistencia de temperatura (desde -30 a 60 °C) o de caídas de todo tipo desde 1,5 metros. Yo lo he tirado un par de veces en casa mientras mis niños me miraban ojipláticos («esto vosotros no lo hagáis, eh?«) y como si nada. Tampoco lo he hecho con saña, pero casi temía más por el suelo de casa o la mesa donde lo he tirado que por el móvil en sí.
Sí me ha decepcionado un poco el sensor de huella, que va rápido cuando te reconoce pero que al menos a mí no me reconocía lo bien que yo esperaba siempre. Parte de culpa es mía, porque no me acostumbro a la posición del sensor, algo más arriba de lo que resultaría cómodo en mi opinión.
Tendré que tirárselo a algún enemigo a la cabeza juguetear más con él para comprobar cómo se porta en un periodo extendido, pero lo cierto es que como acompañante para viajes algo más arriesgadillos —se me ocurre que me lo voy a llevar en mi próximo viaje de esquí— o para usos industriales es una excelente opción. Si sois de los que viven o trabajan un poco más peligrosamente, igual el Cubot King Kong 3 os resuelve la papeleta: sorprendido estoy de cómo este mazacotillo se ha portado en estas primeras horas.
Estaréis preguntando lo obvio, claro. ¿Cuánto cuesta? Pues 159,82 euros en Gearbest. Oye, pues no está mal, ¿no creéis?
Más de uno le encantaría un celular con esa batería. El diseño me gusta, y el rendimiento no parece que estuviera mal.
Por ese precio me parece una buena compra