Tecnología

¿Dónde está la killer app de la IoT?

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Es, dicen los expertos, una de las grandes promesas del futuro. La Internet de las Cosas -más conocida por sus siglas en inglés, IoT- plantea una singular revolución en la que las cifras se vuelven mareantes. Todas ellas.

Para empezar, en Gartner estiman que habrá más de 20.000 millones de dispositivos funcionando de una u otra forma en nuestro mundo. Con (o sin) sus lucecitas, con sus infinitos formatos y, sobre todo, con sus diversas aplicaciones. Por que estos cacharritos estarán por todos lados: en el segmento del transporte, la defensa, la alimentación, la casa conectada -por no decir domótica-, las tiendas, la agricultura, la sanidad o la banca.

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¿Qué harán todos estos dispositivos? Entre otras cosas, hablar entre ellos. Un montón. Capturar datos que (esperemos) hagan nuestra vida mejor. Que anticipen nuestras necesidades y las cubran sin que tengamos ni que pensar en que las teníamos. Serán dispositivos muy cotillas, eso sí: vigilarán todo y a todos con ese propósito de hacernos la vida más fácil, más cómoda y mejor. La pregunta, claro, es si lo lograrán sin acabar de derribar las barreras últimas de nuestra privacidad, bastante vapuleada ya.

También está la cuestión de la seguridad, a la que mucho mejor que yo podría dar respuesta Bruce Schneier. Hace unos meses este experto en estos ámbitos se ponía muy pesimista con los riesgos a los que nos expondrá la IoT, pero es que su trabajo, como el de todos los expertos en seguridad informática, es ser pesimistas. No le falta razón, no obstante: ya tenemos bastantes problemas de seguridad actualmente, y ese dantesco número de dispositivos hiperconectados no hará precisamente más fácil controlar este ámbito.

¿Qué opino yo? Pues que la Internet de las Cosas es muy interesante como concepto, pero que todavía no ha demostrado absolutamente nada de nada. Todos hablan de la revolución que se plantea con ese llamativo futuro, pero hoy por hoy no hay ejemplos prácticos que nos puedan hacer vislumbrar qué ganaremos con esa revolución. No hay un iPod que nos haga ver que el Walkman ya no tiene sentido, ni un WhatsApp que nos descubra el maravilloso mundo de la mensajería instantánea en el móvil, y tampoco hay un Tesla Model S que nos permita ver el futuro y descubrir que el coche autónomo y eléctrico estará por todas partes antes de lo que pensamos.

No hay una killer app para la IoT

Todo son pequeños gimmicks. Proyectos llamativos que lamentablemente están limitados en alcance por estar demasiado destinados a un nicho específico, o que simplemente compiten con otros en un mismo ámbito. Ese es otro de los problemas: aquí cada oveja se quiere ir con su pareja, y los fabricantes que defienden esa revolución quieren -como siempre- quedársela para sí mismos. Multitud de estándares y propuestas -a menudo con el apellido Open Source- que no hacen más que confundir y fragmentar. Necesitamos un proyecto unificado y verdaderamente abierto.

Aparezca o no ese proyecto, lo que es innegable es que la IoT está ya con nosotros. Nuestros móviles son en esencia parte de ese futuro hiperconectado, y todo lo que conectamos y se conecta a ellos -y aquí la cosa irá a más- también.

Eso plantea una necesidad, claro: la de gente que sepa encarrilar ese futuro y lograr que esa revolución sea además una buena revolución. Si yo estuviera en edad de merecer académica y no tuviera muy claro el futuro, tendría clara una cosa: esta es una de esas disciplinas que como el Big Data o la Inteligencia Artificial tienen tirón. Como suele ocurrir en estos ámbitos, las carreras y titulaciones tradicionales no pueden adaptarse tan rápido a estas tendencias, pero sí lo hacen los cursos especializados. Hay másters como este que he visto del CIFF de la Universidad de Alcalá que puede ser una buena piedra de toque para lograr especializarse en un segmento al que le falta esa killer app de la que hablaba. Quién sabe: igual alguno de vosotros estéis destinados a lograr que corrija este artículo dentro de muy poco y ponga un «Ya hay una killer app para la IoT«. Por ejemplo.

Ahí lo dejo.

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6 comentarios en “¿Dónde está la killer app de la IoT?

  1. Yo creo que a las «things» de la IoT aún les falta un poco de miniaturización, un poco de autonomía y un poco de conectividad.

    Echo de menos una especie de hubs de IoT esparcidos por casa para escuchar (y quizás alimentar a modo de transceptor) a las things, sobre todo a las más pequeñas.

    Cabe la posibilidad de que ese hub sea el smartphone y que las things se activen con su cercanía, claro que no podrían medir en su ausencia.

    Otra posibilidad es que haya ciertos hubs fijos, como el router, la nevera, la tele, etc (e incluso los cacharros de Amazon con Alexa) y que den cobertura a las things cercanas más pequeñas (principalmente sensores alimentados por radio).

    Para mí, aún falta hardware, el software es lo de menos.

    Yo así lo veo.

  2. Pues a mí me gusta el Parrot Flower Power http://www.xataka.com/analisis/flower-power-de-parrot-analisis-pueden-hablarte-tus-plantas-a-traves-del-movil pero es muy caro.
    La cuestión es que el cacharro monitoriza un montón de parámetros y los contrasta con los valores recomendados para cuidar esa planta en concreto en una base de datos de Parrot … et voilà. Te dice si le da mucha luz o poca, si le falta abono o si le falta agua. Creo que cacharros de ese tipo para: el acuario, barril de cerveza casera, … etc. deben ser las killer apps y killer hard.

  3. Ahí si te has equivocado Javier, esto no va a ser una revolución sino una evaluación.

    No va a llegar la killer AP, y el IoT ya llegó pero de a poquitos, como las tarjetas de crédito, de pronto la tiene todo el mundo sin que hubiera algo extraño.

    Ya tenemos bombas de insulina (con su respectivo problema de seguridad), tenemos celulares y relojitos, tenemos la respectiva banda para medir frecuencia, tenemos aparatos para controlar luces (que por cierto aqui en la oficina adquirieron unos cuantos d estos sin preguntar antes como dimensionar esa solución ni importar la infraestructura de red inalambrica), tenemos (o al menos en EEUU donde tiene más poder adquisitivo) los Alexa/Google Home, AndroidAuto, etc.
    Eso es un proceso, lento pero que se apodera de todo sin pensarlo.

    No veo mucho el problema de la privacidad, estamos dando información a borbotones sin medir consecuencias.

    Otra cosa es la seguridad, que si bien no nos importa ahora cuando hayan problemas serios se van a poner a punta los sistemas para controlar esto (ya hay algunas iniciativas como CUJO) y aunque complejo se definiran estandares no porque se quiera sino porque toca.

    Así que tiempo al tiempo y espera sentado, que en unos años ya ni sabrás cuantos cacharros se conectan a Internet que te ayuden/espien en el día a día.

Comentarios cerrados.