La gestión de grupos de WhatsApp es -como todo en esta aplicación- mejorable. El cliente de mensajería instantánea va por detrás en casi todo (tengo tema pendiente con sus llamadas VoIP), pero es que lo de los grupos de WhatsApp es un problemón.
Y para muestra, un botón. El otro día me llega una notificación de WhatsApp: alguien me había añadido a un nuevo grupo. No sabía ni de quién era el teléfono que me había unido al grupo, ni de los 15 o 20 siguientes que aparecían en la lista.
Me marean los grupos de WhatsApp con tanta gente, así que activé el modo antisocial y directamente abandoné el grupo. Sin comentar, sin explicar, sin avisar. O sea, que salí de la misma forma en la que me invitaron, pero a diferencia de esa invitación original que no pedí, todo el mundo vio eso de “Javier Pastor ha dejado el grupo“. Y ahí está el problema: que ahora he quedado mal delante de esas 15 o 20 personas que ni siquiera sabía quienes eran (luego me he enterado, claro) y para las que ya me quedo como el raspa. Que en parte sí lo he sido, claro. Pero qué necesidad de demostrarlo, digo yo.
Tal y como yo lo veo en WhatsApp la gestión de grupos mejoraría mucho con un sencillo cambio: la de que la invitación a unirte al grupo fuera privada. Que te llegara un mensaje privado del administrador/creador del grupo en el que pudieras entender para qué es ese grupo y con el cual se te pidiera confirmación de que te quieres unir. Así uno solo tendría que decir “No, gracias” a ese administrador y listo, te ahorrarías el escarnio de ese modo raspa que uno tiene que activar para evitar vivir esa pesadilla de mensajes continuos que normalmente no le interesan.
Probablemente el grupo acabaría despellejando de ti igualmente -“¿Habéis visto al borde de JaviPas? ¿Qué se cree ese raspa al que no le gustan los restaurantes cool? ¡Qué fuerte!“- pero al menos lo haría sin que tú hubieses quedado mal delante de todos así por las buenas. El sentimiento de culpa, creo yo, sería algo menor. Esto de las relaciones sociales ya era complicado, pero si herramientas como WhatsApp o el correo electrónico —cuidado con el “Responder a todos”…- nos ponen en estos bretes, la presión puede ser tremenda.
Maldición.
Pues de ninguna manera quedas bien, si te invitan y declinas, mal. Si es por suscripción mal también y tal como es, si lo dejas, mal.
Bueno, no tan mal. La gente ya va asumiendo que los grupos de whatsapp no son del gusto de todos. Yo ya ni me inmuto cuando alguien deja un grupo. Ni siquiera se comenta en el grupo. Creo que se asume la libertad de marcharse de los demás y no se cuestiona.
No creo que debas sentirte mal por ello.
Sinceramente, si tuviera que dedicar a todos los grupos tiempo, no podría trabajar, ni estar con mi familia, ni na de na de na. Estoy en los que sí considero que somos grupos, en los que sólo se crean para decir y mandar tonterías, sin ningún tipo de remordimiento, me doy de baja. Si se entiende bien, sino también.
Sin lugar a dudas su mejor update fue la incorporación del mute de un año :))
Je, yo hace tiempo que he trascendido de lo socialmente correcto… y aquí me tienes tan ricamente. Y tranquilo Javier, los otros 15 ó 20 miembros del grupo sentirán sana envidia; ellos también están hasta la boina de los grupos de Whatsapp pero no se atreven a dar el paso ;).
Además, facilitan tu número de teléfono móvil a personas que puede que tu no quieras que lo tengan. Y esto no tiene solución, que yo sepa. Le pasó a mi mujer. Un familiar suyo hizo un grupo con toda su agenda (sin comentarios) y, de la misma forma que a ella le aparecieron números que ni le interesaban ni tenía por que saber, el suyo fue comunicado a decenas de personas que no necesitaban saber el número de teléfono móvil particular de mi mujer.
Saludos y enhorabuena por tu trabajo.
Para un usuario como tú o cualquiera de los que leemos este blog, una invitación no es ningún problema, pero para la inmensa mayoría de la gente (véase nuestras señoras madres), el concepto de recibir invitación es un handicap. Entender qué ha llegado, de quién y para qué, y al toda esa gente acepta entrar a cualquier grupo.
Nosotros no somos el target de whatsapp por lo que no está diseñado como a nosotros nos gustaría.
Pues yo tengo el modo antisocial siempre en ON. Me niego a seguir alejándome de quien tengo al lado y acercarme al que está lejos, es el absurdo, la ridiculez, la nada… En cuanto a que te metan en un grupo de esa manera… es que la educación también debe de existir en el mundo whatsapp y, la verdad, deja mucho que desear en general.
Gracias por los comentarios, no os contesto a todos que si no me lío, pero vamos, que simplemente era una idea de mejora para WhatsApp, a saber si me harán caso algún día. Pero yo estoy la mar de tranquilo con mi modo raspa, ojo 😉
Totalmente de acuerdo. Es un doloroso golpe antisocial y tu solución me gusta, me la apunto por si un día veo a algún desarrollador de WhatsApp. Diré que es tuya no te preocupes 😉