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Finanzas en pareja

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Hoy ha salido en la sobremesa familiar la conversación sobre cómo unos y otros llevamos las finanzas familiares. En casa de mis padres, como en las la mayoría de la gente de aquella generación, no había mucho debate: el padre trabajaba por cuenta ajena y la madre trabajaba (y digo bien) como una campeona para criar a los niños y encargarse de todas las tareas domésticas. Lo de rellenar la casilla de la madre con un “S.L.” (Sus Labores) en los formularios del cole era lo clásico, así que quién ponía qué a la casa no planteaba alternativas.

Los tiempos han cambiado, y lo normal es que ahora ambos padres trabajen (que ambos tengan trabajo ya es un pequeño milagro en este país) para poder salir adelante. Así que uno se plantea qué alternativas hay a la hora de llevar las finanzas de pareja y cuál es la más justa, algo que comentaban de forma más o menos detallada en un artículo en Fintonic hace un tiempo. En casa creo que hemos llegado a una buena solución, pero quería compartir aquí el debate. Opciones:

  1. Cuenta única para ingresos y gastos comunes: ambos ingresáis todo lo que os llega de vuestros trabajos en una cuenta de la que a su vez tiráis para gastos tanto familiares (comidas, coles, letras el piso o alquiler, etc) como personales (la bici de montaña para él, las cremitas para ella, por ejemplo).
  2. Cuenta para gastos comunes al 50% y cuentas personales: evolución del modelo anterior en el que todo se paga a pachas sin importar ingresos de cada uno, y en el que, eso sí, lo que quede tras pagar esos gastos se lo queda cada miembro de la pareja en su cuenta independiente para lo que a él/ella les apetezca. El modelo no está mal si los ingresos de ambos son muy similares y esa diferencia es mínima a lo largo del tiempo.
  3. Cuenta para gastos comunes proporcional y cuentas personales: tal y como están las cosas en muchas parejas uno gana sensiblemente más que el otro, así que dividir gastos al 50% es injusto. Si yo gano el doble que mi mujer, por ejemplo (no es el caso), yo andaré sobrado para aportar mi 50%, pero ella estará asfixiada. Así que lo que se hace es pagar proporcionalmente. En nuestro caso, por ejemplo, lo hacemos en base a los gastos e ingresos. Ejemplo ficticio: Si yo he ganado 600 y mi mujer 400 ese mes, tendré que pagar el 60% de los gastos comunes y mi mujer el 40%.  La idea es similar -creo yo- a la de los impuestos actuales: paga más el que más gana. Se mantienen las cuentas personales para que cada uno pueda ahorrar y darse sus caprichos si le apetece.

Puede que haya alguna alternativa más, y no sé si en estas cuentas habría que tener en cuenta si una pareja está en gananciales o en separación de bienes (¿si las cosas fallan, afecta la forma de llevar las finanzas?) pero creo que sin duda la opción más justa y apropiada para la situación hoy en día es la número 3.

Qué post tan poco romántico, porras ;-P

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14 comentarios en “Finanzas en pareja

  1. JoRoPi dice:

    No puedo entender que realmente sea una pareja si no es la opción 1. Si realmente se es una pareja integrada, la opción 1 no puede fallar ya que todo se tomará y decidirá como pareja.
    Por supuesto respeto las otras opciones aunque no las entienda o comparta.
    Saludos.

  2. SrPerroverde dice:

    La opción 1 está muy bien si las dos partes tienen perfiles de ahorro/gasto similares. En caso contrario, puede ser una ruina. Cómo se toman las decisiones de gastos no necesarios? Me compro el iPhone 6 Plus Nohaymasgrande porque el dinero también es mío, pero, y si la otra parte no está de acuerdo? Y si también quiere uno? Se puede intentar negociar: tú te compras el iPhone y yo me compro una cartera de Luis Putón. Hoy por tí, mañana por mí y cuando nos jubilemos viviremos del aire y del amor que nos quede.

    Yo creo que lo mejor es un punto intermedio entre las opciones 2 y 3. Está bien lo de aportar un porcentaje en función de los ingresos, pero no hay por qué ser estricto. La cuestión es que al final, cada persona debe disponer de una cantidad para gestionarla de la forma que considere conveniente. Si tú ganas 3000, yo 2000 y nuestros gastos comunes son de 3000, podemos poner en la cuenta común 1500 cada uno, ya que con 500 para mis gastos personales ya tengo suficiente.

    De todas formas, vuelvo a repetir que creo que todo va en función de los perfiles de cada uno. Personas muy parecidas podrán funcionar bien con cualquier opción. Personas muy diferentes, deberán tener muy claras las cosas.

  3. Sebastián dice:

    Llevo varios meses pensándolo junto a mi pareja (aun no vivimos juntos).

    El romanticismo de la pareja nos dice que la opción 1 es la «correcta». Lo bonito es que una pareja lo comparta todo. Sé de una pareja que el hombre estaba en una de las fiestas populares españolas y cuando los amigos le preguntaron por su mujer contestó que él se podía permitir el lujo de gastar dinero allí, pero que su mujer se había gastado todo su dinero reformando la cocina y no le quedaba para ir también de fiesta….

    El punto intermedio y racional sea quizás el de compartir gastos comunes, y que cada uno pueda ahorrar individualmente.

    Supongo que depende del tipo de pareja. Si los dos miembros son parecidos, les gusta ahorrar o gastar a un nivel parecido, la cuenta puede ser conjunta. Pero en el caso de que uno de los dos sea un derrochador compulsivo por ejemplo, lo mejor es que cada uno administre sus finanzas personales.

  4. Daniel dice:

    La opción 1 es un suicidio, sobre todo en caso de divorcio. Y ojo que en España el número de divorcios es del 61%. Te puedes encontrar con una mano delante y otra detrás si a tu pareja le da por liquidar la sociedad*… Cuentas a cero (je, nunca imaginaréis lo rápido que puede pergeñar y ejecutar todo tipo de perrerías la amadísima e inocente esposa) e hipoteca y préstamos varios a medias.

    Si eres varón y tenéis hijos, lo llevas crudo no, crudísimo. La custodia para la madre y, derivado de esto, la vivienda para ella. La vivienda y todo lo que tenga. Al varón le queda el pago de hipoteca, la manutención de los hijos y la pensión compensatoria si procede. Y da igual que no sea el causante del divorcio. Cosas de las estupendas leyes españolas sobre divorcio y violencia de género. Vamos, el horror.

    La mejor opción es la 2. Cuentas separadas y una común para atender las necesidades de la unidad familiar.

    La opción 3 pudiera parecer justa, en línea con el reblandecimiento mental del que padecemos en general los españoles. Pero no lo es.

    En todo caso, y teniendo en cuenta que el matrimonio es un contrato como cualquier otro, si la parte más pudiente considera a bien ayudar económicamente a la menos pudiente, lo mejor y más sensato sería recoger dicha ayuda en un contrato. Así, llegado el caso, se podrá demostrar en un juzgado la aportación extra a la sociedad constituida por contrato que es el matrimonio.

    Esto que digo puede resultarle a alguien duro, atroz o inhumano. Tal vez, pero te salvará la vida en caso de que seas uno de esos desafortunados del 61% que haya cometido la torpeza de gestionar su matrimonio por las reglas del punto 1.

    La pregunta que hay que responder es la siguiente: si fuese una empresa, ¿qué modelo de gestión adoptaríais, el 1, el 2 o el 3? Pues eso.

    Ah! Que el amor todo lo puede y el concepto de pareja te lleva a adoptar la opción 1… pues suerte, igual te sale bien. Pero antes, consejos vendo que para mi no tengo, consulta con un abogado. O mira bien el tema en internet ;).

    En fin.

    *Liquidar la sociedad: por ejemplo, tu amada esposa se lía con el vecino, el conserje o el compañero de trabajo, que le dan más vidilla sobre todo si tú ya pasas de los 45, y un buen día te encuentras con la maleta en la puerta. Otro ejemplo: tú pierdes tu trabajo y… aquí aplícale el ejemplo anterior, con la variante de que fue para «encontrar la seguridad que tú ya no le das».

  5. Àfrika dice:

    Pues depende, y mucho, de la situación económica de cada uno. Si uno de los dos miembros está en el paro, habrá que recurrir al método tradicional de cuenta única. Y si alguien es autónomo o tiene una pequeña empresa, lo más conveniente es que tenga una cuenta diferenciada para sus gastos e ingresos, También influye el modelo de pareja: ¿novios o matrimonio con vente años juntos a cuestas? ¿Con o sin hijos? ¿régimen jurídico? En fin, hay tantas situaciones que no creo que haya un modelo único. Eso sí, hay que pactarlo entre ambos y negociar los posibles conflictos antes de que se conviertan en un problema. Por cierto, gracias por el post. Me ha dado ideas.

  6. FaloGalego dice:

    Por desgracia los impuestos cada vez son menos directos y progresivos, el más justo de los impuestos es el de la Renta y cada vez que hay elecciones nos lo rebajan para que votemos. Según nos lo rebajan para seguir cuadrando cuentas nos fríen más con los indirectos (IVA) que todos pagamos por igual.

    Saludos.

    • Àfrika dice:

      Totalmente de acuerdo contigo, falogalego. Hay muchos que se quejan del IRPF y no se fijan en las cantidades increíbles de impuestos indirectos que tenemos que pagar hasta por los pañales.

  7. cutivengu dice:

    Hola

    En mi caso, tras vivir 3 años conjuntamente con mi novia hemos llegado a un acuerdo tácito de ingresar cada uno una parte de su sueldo en una cuenta común, de la que pagamos alquiler y gastos del piso así como la mayoría de gastos de compras.

    Cada uno ingresa una parte, no proporcional entre nuestros ingresos pero tampoco idéntica. Tiene que ser algo con lo que te sientas cómodo y que te deje una parte importante para tener tu espacio, y poder darte un capricho sin tener que pedir permiso (faltaría más) ni sentir culpabilidad.

    Creo que lo más importante es ese equilibrio, y desde luego no puede haber una gran desigualdad entre el dinero del que dispone cada uno.

  8. Modiglian dice:

    Como ya ha escrito Daniel, las cuentas claras y el chocolate espeso, que gracias a ZP y a los del PP que no las han derogado, las leyes están hechas contra el hombre.

    Una denuncia por «violencia de género», sin aportar ninguna prueba sin investigación policial y te ves en la puta calle sin poder entrar en TU casa que has pagado/estás pagando y vas a seguir pagando.

    Y como por las denuncias falsas, los jueces no hacen NADA, pues esto no va a cambiar XD

    Así que amigos, vosotros fiaos a ciegas de vuestra «amada», que pasado mañana se le cruza el cable y os veis cornudos y apaleados, con una mano delante y otra detrás.

  9. Ufff, un tema espinoso y delicado…

    Empezaré por comentar que el ideal romántico del amor que nos transmiten la literatura y el cine es «peligroso» tanto para el futuro de una pareja, como para el de uno mismo como individuo. Es la fuente de muchos males, decepciones y frustraciones. Y mezclar romanticismo y seguridad económica tiene a veces pésimas consecuencias para quien cree en el «amor verdadero», frente a quien busca de forma pragmática su seguridad y futuro personal. Aun hay por desgracia much@s que se guían por aquello de «a quien buen árbol se arrima…» u otros aun más despistados que directamente están «encoñados» y no distinguen el cariño del interés del contrario. Ha disuelto más parejas y roto más corazones la hipócrita cultura Disney que la liberación sexual.

    Por tanto mi primer gran consejo es que ante todo cada uno que se busque si puede y lo encuentra, una pareja que ante todo le respete como persona y comparta con uno ciertas bases comunes en los aspectos más importantes de la vida (hijos, economía, ética, valores, …). Lo demás será más o menos sencillo de llegar a un consenso, pero ante todo lo deseable es que ambas parten tengan los pies en la tierra y no muchos pájaros en la cabeza… de poco sirve que os améis como tortolitos, si luego uno de los dos se empeña en hipotecaros de por vida más allá de sus posibilidades o si después de compartir gastos y separar cuentas uno se dedica a gastar sin cabeza contando siempre con que su «amorcito» venga al rescate…

    Comparto bastante algunas opiniones que aquí algunos han tenido el coraje de compartir, como la de Daniel, es necesario siempre protegerse, por mucho que uno quiera al otro y no es necesario ni siquiera llegar a un divorcio, ¿Qué ocurre si de repente uno de los dos miembros de la pareja cae en una depresión y acaba enganchado al juego, convirtiéndose en un ludopata? Quién puede presumir de que algo así nunca sucederá? ¿O que uno se ciegue en invertirlo todo en una oportunidad de negocio que la otra parte ni ve, ni entiende, ni cree en ella? Y llegado al caso del divorcio, bueno, la cosa en el caso del hombre como dice Daniel puede ponerse interesante hasta al extremo de dejar en la puta calle a aquel amor al que tanto se quería para garantizarse el futuro de ella «y sus retoños»? no es el primer caso ni el último. Y ni todos los maridos eran unos cabrones, ni todas las mujeres crueles, hay muchos abogados que hacen negocio con esto y te lían y encabronan de tal manera que uno no se llega ni a conocer… hay historias para todos los sabores…

    Nadie puede predecir el futuro, así que pragmáticamente, creo que la mejor forma de abordar este tema, es (por deformación profesional como SysAdmin) ponerse en el peor de los casos, y buscar un modelo que proteja (un plan de contingencias) a uno de los miembros de los posibles desmanes/desgracias/deudas/etc del otro y al mismo tiempo proporcione ciertas garantías a su descendencia si esta existe… y aquí se pueden buscar distintas formulas, pero creo que desde el respeto y el cariño, estos temas se pueden consensuar y llevar a cabo sin parecer un desalmado, ni frío, ni calculador… se trata de prevenir, y que llegado el caso que ninguno desea, aquí paz y después gloria y no tener que relamerse de las heridas, ni restañarse de ningún daño (no hay nada más triste que tener que acabar odiando a quién has mas querido)… que si tenemos cabeza para usar el preservativo o la píldora sin hacerse reproches, siendo adultos responsables, también podemos abordar del mismo modo el mismo tema del dinero sin tener que pedir/dar cuentas a nadie, ni aceptar reproche alguno… sentido común…

    Un saludo

  10. julen dice:

    Mi pareja y yo ganamos más o menos lo mismo. Ella tiene un piso de propiedad, por lo cual no tenemos un gasto mensual de alquiler. Por esa razón hemos acordado que yo pago las facturas relacionadas con el piso (electricidad, agua e ADSL) y las compras de alimentación.
    Tenemos una cuenta común, pero al final no sirve casi para nada. Si tenemos un gasto a compartir entre los dos, uno paga y el otro le devuelve la mitad por transferencia bancaria.

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