Hace unas horas un mensajero se llevaba de vuelta a uno de los cuarteles generales de Apple el iPhone 5S que he tenido conmigo desde finales de octubre. El préstamo de largo recorrido me ha servido para comprobar que hoy por hoy el terminal franquicia de Apple, aun siendo un telefonazo, no es ni mucho menos el smartphone ideal para mi. Como en prácticamente cualquier solución actual hay luces y sombras, así que a modo de resumen voy a repasar los que a mi juicio son los puntos fuertes y débiles de estos cacharritos.
5 cosas que me gustaron
- Tamaño: las cuatro pulgadas se acercan en mi caso a lo que considero perfecto en un smartphone. Cómodo de llevar y manejable con una mano.
- Fluidez: casi todo va como una seda, aunque con ese hardware lo raro sería lo contrario. Y eso que tiran de un miro dual-core a 1,3 GHz que demuestra que no necesitas la cojoCPU para que todo vaya como debe.
- Cámara: en un móvil es más importante para mi que pueda sacar la foto rápido (tiempo de lanzamiento de la aplicación de cámara, enfoque y disparo) que la calidad. En el iPhone 5S tanto esa rapidez como la calidad son fantásticas. Para que os hagáis una idea, en el 90% de las situaciones la preferiría a la de un Lumia 1020. Y he tenido los dos una buena temporada.
- Lo que funciona, funciona de coña: Apple tiene solventadas muchas de las situaciones comunes para el usuario de a pie. Enchufar el iPhone 5S al Bluetooth del coche, compartir la WiFi, o trabajar con otros dispositivos amigos (Macs, otros iPhones/iPads), por ejemplo.
- Pantalla: pasar de los 300 ppp me parece más bien irrelevante en dispositivos de este tamaño. No he notado diferencias con pantallas 1080p de otros smartphones, y la lectura del correo, páginas web o libros electrónicos en el iPhone 5S es un verdadero placer. Las pantallas Retina siguen portándose de coña.
5 cosas que no me gustaron
- iOS 7 en general: ya lo comenté en su día, pero al sistema operativo le falta coherencia en su interfaz visual. Te encuentras con cosas y con conceptos que se usan en ciertas partes pero no en otras. Como si cada apartado de iOS 7 lo hubiera hecho una persona distinta, y no se hubieran hablado entre ellas. La iconografía, el aspecto de las aplicaciones (las interfaces son muy distintas unas de otras) o su funcionamiento no son coherentes con el sistema en general.
- Personalización: odio no poder dejar el sistema a mi gusto en muchos detalles. Como ese centro de control que es peor que las lentejas. No las puedes dejar: hay que comérselas. ¿Por qué no poder incluir en él los iconos que yo prefiera? Otro defecto: para elegir la WiFi una vez habilitada esa conectividad, tienes que irte a ajustes –o yo no he descubierto cómo hacerlo de otra forma. Activar la WiFi debería dar pie a elegir la red deseada.
- Touch ID: curioso al principio, cansino y fallón al final. Aunque en las primeras semanas sí funcionó realmente bien, poco a poco su efectividad se fue degradando. Probé a reconfigurar Touch ID y en las mismas. Por cierto, ahora que se han llevado el móvil, me pregunto si les será posible recuperar mis huellas dactilares de alguna forma <cough>NSA</cough>. Uhm.
- iTunes sí o sí: Como en tantas otras cosas con Apple, hay que pasar por el aro. Si quieres poder pasar música o fotos desde o hacia el iPhone 5S, tienes que hacerlo vía iTunes para aprovechar todas las ventajitas del cacharrín. De nuevo, it’s my way or the highway.
- Multitarea: me parece mucho más intuitiva la forma que ofrece Android en la gestión de tareas y aplicaciones y cómo el sencillo gesto de desplazar una aplicación con el dedo «fuera de la pantalla» hace que esta detenga su ejecución. El cambio de contexto en Android es mucho más patente y esa gestión de procesos abiertos más natural, aunque hay que reconocer que en iOS 7 mejoran en ese apartado.
Quedan cosas en el tintero, pero la sensación general que me produce el iPhone es la de un teléfono que en muchas cosas no me deja hacer las cosas que quiero como yo quiero. Es una máxima de Apple que yo no comparto y que hace que una y otra vez choque con sus productos, que son impecables en muchos otros apartados. El fallo, señores de Cupertino, es esa falta de control y de libertad que a muchos les parecen perfectas, y que a mi me acaba aguando la fiesta. Afortunadamente para ellos ese obstáculo no lo es para una buena parte de los mortales.
Hasta la vista, iPhone 5S.
Imagen: Unsplash
touch id funciona de maravilla en el mio y los conocidos que lo tienen mas de lo mismo, seguro te toco uno defectuoso.
los otras contras ya se solucionaron con el jailbreak, lo unico que no me gusta son las 4 pulgadas, luego todo perfecto. android nunca mas.
Que para poder tener el móvil a gusto haya que hacer jailbreak no es una solución aceptable si no un contra, pues no es algo que venga «out of the box» ni al alcance del gran público de ese dispositivo (sin conocimientos a ese nivel) y ni mucho menos debería ser necesario «trucar» (o llámale como quieras) el móvil para conseguir opciones básicas que Apple, sencillamente, no quiere añadir (por la razón que sea).
Yo lo tuve y concuerdo con tu resumen. Me duro una semana el celular, no aguante y volvía Android. Amo personalizar y dejar mi android a mi antojo.