Tecnología

Los inútiles abundan

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Hoy tenía pensado escribir sobre otro tema, pero lo guardo en borradores porque me ha llegado la inspiración del día a través de un tuit de Miguel Lasheras (@Migueldonosti) retuiteado por el bueno de Daniel Cuñado (@danielcunado, lo de las eñes en Internet debe ser un poco rollo). El mensaje era tan limpito y tan contundente que me ha tocado la fibra.

Cuánta sabiduría en tan pocas palabras. Esa es una de las grandes verdades de nuestro mundo. Que los inútiles abundan. Y que lo hacen en todos lados.

Lo cierto es que yo lo intuía, pero, al menos al principio, difícilmente podía corroborarlo. En mi carrera profesional nunca he trabajado en una «gran empresa» (rollo Google/Microsoft), así que al principio asumía que esos famosos representantes de nuestra sociedad estaban condenados por su condición a la pequeña y mediana empresa. El vago, el escaqueitor, el brown-dispatcher, el jefe (o jefa) que sabe (y hace) menos que tú o, atención, una letal combinación de todas ellas, solo podían habitar en esas empresas bananeras en las que el deporte rey era el enchufismo, y la filosofía, la de la delegación y el deja que otro haga mañana lo que yo puedo (y debo) hacer hoy.

Pero no. Por increíble que parezca, el problema asola también a las grandes empresas. Lo sé de buena tinta, y no solo por conocer a gente que trabaja en esas grandes empresas (algún cuarentón con el que hablo del tema, por ejemplo 😉 ), sino por el hecho de que al final uno acaba relacionándose con ellos. Imaginad la escena. Por una u otra cuestión de repente te encuentras frente a alguien cuya tarjeta de visita tú enmarcarías (de ser la tuya). Y al poco de oírle hablar estás pensando cómo es posible que alguien así esté donde está, cobrando el pastizal que está cobrando, y tomando la clase de decisiones que está tomando (si es que realmente es capaz de tomarlas). Y a continuación te preguntas qué has hecho mal. Y por supuesto, lo otro. Qué ha hecho bien él. Ese inútil redomado.

Pero claro, no se lo puedes preguntar. Y entonces solo queda un único pensamiento.

Mierda.

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16 comentarios en “Los inútiles abundan

  1. Jeje, gracias, Javi. Te comprendo muy bien porque estoy aburrido de ver no sólo lo que dices, gente muy poco competente en grandes empresas con buenos puestos, sino cómo dentro de la misma empresa se produce la injusticia de que la promoción no es por competencia ni calidad profesional o humana, sino por puro politiqueo, enchufismo, y porque jefes superiores prefieren rodearse de mediocres que no le puedan quitar el puesto a futuro.
    A lo mejor te interesa en este sentido algo que escribí hace tiempo: http://danielcunado.wordpress.com/2011/12/14/sin-miedo-a-rodearse-de-los-mejores/
    Y bueno, lo de la eñe en mi apellido es algo a lo que me he acostumbrado… De hecho cuando digo mi apellido en inglés, para no liar ni asustar al interlocutor, pronuncio «Cunado» 😉

    • Leído Daniel, totalmente de acuerdo con tu post, mucho más profundo porque el mío era casi casi de calentón 😉

      Y lo de la ñ efectivamente tiene que ser gracioso en inglés. A mi me pasa, pero con el nombre. Es imposible que lo pillen o lo pronuncien bien! El de mi hermano, Nacho, es más fácil. Broma con lo de «Nachos con queso» y listo 😀

  2. En primer lugar, muchísimas gracias por la mención Javier.

    Ya no sé si es por educación, por cultura o por qué razón, pero a veces parece que la bandera que impera en las empresas es «más vale jeta que eficiencia». No logro entender cómo gente que ostenta cargos con responsabilidades importantes siguen en ese puesto, pero parece ser que con tener jeta y labia muchas veces tienes el camino más despejado…

    Solo nos queda tener la conciencia bien tranquila de que no somos como ellos y saber hacer bien las cosas 🙂

    Muchas gracias de nuevo y un saludo.

  3. Alex dice:

    Mucho has tardado en darte cuenta. Yo tengo una teoría y es que la gente mediocre además se rodea de gente mediocre que no pueda hacerle sombra. Sólo la gente brillante no teme rodearse de gente brillante porque será capaz de aprovecharlos y sacar beneficio de ellos. Pero los mediocres sólo tienen miedo a que les quiten su silla porque no valen ni para aprender de los brillantes de los que puedan rodearse.

  4. Pingback: Intrahistorias | Un bosque de matices

  5. Joan dice:

    Mi primer trabajo como programador fue para un director de banco. Queria una aplicación-horoscopo haciendola pasar por ciencia psicolo-noseque de su invención, fue patetico!!. Y nos sorprendemos de lo que ha pasado con la banca??!!!
    Ese banco llego a darle un premio por su trabajo de fundador de psico-mierda, en verdad era hermano de un superjefazo.

  6. disinerge dice:

    Paso ya muy poco por aquí (desde el cambio a las dos columnas casi nada) y hoy, revisando mis favoritos te he leído un rato.

    Supongo que será que todos cambiamos al hacernos mayores pero del blog que descubrí para montar mi HTPC a esto…

    Que pena. Para mi claro, seguro que hay un montón de nuevos lectores a los que les va el sesgo actual en plan tertuliano y líder de opinión.

    Suerte.

    • Siento la decepción disinerge. Lo de los posts en formato práctico está difícil. De aquellos tiempos a estos ha llovido, entre otras cosas, una familia 😉 así que aunque puede que me anime de cuando en cuando, no será lo más habitual, desde luego. Así que solo me queda esperar llegar a ser líder de opinión. Aunque en realidad la idea era, simplemente, opinar.

      Si algún día vuelvo a la monocolumna y me acuerdo, te aviso. Aunque me temo que el rollo tertuliano seguirá a pesar de todo. Suerte a ti también y gracias por el comentario y la crítica educada.

Comentarios cerrados.