Cuando los directivos de Microsoft llegaron a un acuerdo para comprar los derechos de «Start me up» de los Rolling Stones -dice la Wikipedia las malas lenguas que pagaron entre 8 y 14 millones de dólares- seguramente se frotaban las manos: el título de la canción parecía ser perfecto para promocionar el lanzamiento de Windows 95, un sistema operativo que comenzó a fraguarse en mayo del 92, tras el lanzamiento de Windows 3.1, y que entre otras cosas se caracterizaba por su botón de Inicio («Start»). Pero como veréis al final del post, no acertaron con su elección.

Lo cierto es que la canción es fantástica, pero por lo menos aquí en España no vimos ni un anuncio -que yo sepa- de Windows 95 con el ritmillo de esta banda que parece inmortal. Así que los que nos enteramos lo hicimos a partir de los pocos medios que hablaban de temas informáticos en aquella época, que no eran demasiados.

De los periódicos generalistas es curiosa la crónica de El País, que gracias a su hemeroteca digital aún guarda el artículo del 25 de agosto de 1995 que escribió Juan Cavestany, y en el que relababa los lanzamientos a bombo y platillo que se realizaron en Nueva York, Londres o Toronto. Por aquella época estaba claro que el lenguaje informático no estaba muy dominado por los periodistas de la época, porque una redactora llamada Mirta Dragó escribía el 5 de septiembre de 1995 una noticia en la que hablaba del precio que tendría Windows 95 en nuestro país, y comenzaba diciendo:

«Bill Gates participa esta mañana en el acto de presentación en España del programa Windows 95».

¡¿¡¿Programa!?!? Windows 95 era, por fin, mucho más que un programa.

Sinceramente, no recuerdo dónde estaba hoy hace 15 años. Probablemente en la sierra, pero de lo que estoy convencido es que no me enteré del lanzamiento. Y probablemente no lo hice hasta que comenzó el curso en la facultad y me reencontré con mis compañeros, con los que en aquella época mantenía una pequeña guerra ideológica sobre la superioridad de mi admirado Amiga OS sobre el resto de plataformas del mercado.

Mi Amiga 1200 era un pepino para la época, aunque ya comenzaba a notarse el paso del tiempo y sobre todo la actitud de Commodore. Esa batalla perdida fue otra de las que allanó el camino a Microsoft, que tras deshacerse de OS/2 y de algún que otro rival más en el mercado dominaba todo con su MS-DOS y sus rudimentarios Windows 3.x.

Sin embargo, sí recuerdo la primera vez que vi Windows 95 en acción, en el recién estrenado ordenador de un compi de la facultad (¿Adolfo, estás por ahí? 😉 ) que sí era un verdadero pepino y que estaba específicamente preparado para ese «revolucionario» sistema operativo que llevaba a millones de usuarios cosas que en el Amiga llevábamos años disfrutando. Multitarea preemptiva (no cooperativa, como la de los Windows y Mac OS de la época), un entorno de ventanas usable, y un paradigma e interfaz de usuario que han acabado manteniéndose a lo largo de los años.

Windows 95 fue sin duda el sistema operativo que lo cambió todo para Microsoft. El que acercó los ordenadores al gran público, que veía MS-DOS e incluso Windows 3.11 desde la distancia y dejando claro que aquello «no era para ellos».

Pero en Windows 95 llegaba la adopción masiva de los videojuegos -bueno, estos ya triunfaban en ediciones anteriores- de los contenidos multimedia y de una incipiente Internet de la que muchos sólo habían oído hablar de forma muy limitada. De hecho Internet Explorer 1.0 no había aparecido cuando se lanzó Windows 95, aunque en Redmond pronto corregirían aquel error para acabar dejando en el olvido al fantástico Netscape.

Debo reconocer que a pesar de sus muchísimos fallos y limitaciones, a pesar de todo lo que copiaron y robaron, a pesar de las tácticas cucas que utilizaron para ganar cuota de mercado, Windows 95 fue un desarrollo que, para bien o para mal, cambió la historia de la informática.

Pero eso sí. Se equivocaron de canción. Como indican en la Wikipedia, los detractores de Microsoft pronto destacaron que en uno de los estribillos de la canción se decía continuamente aquello de:

«You make a grown man cry»

Y vaya si lloramos.

Os dejo con aquel vídeo promocional con la canción de los incombustibles Rolling. Es curioso ver cómo en el anuncio se ven muchas cosas que no han cambiado tanto desde entonces: por ejemplo, el hecho de que la gente utilizaba portátiles por todos lados. En realidad los portátiles eran demasiado caros para la mayoría de los bolsillos, así que no se veía a muchos frikis en una cafetería o el tren dándole caña a Windows 95, pero ese pequeño momento futurista mola.