Mucho se está hablando últimamente de la confusión que mucha gente tiene al tratar de elegir un nuevo portátil. La avalancha de netbooks que surcan el mercado han hecho que de repente tengamos a nuestro alcance portátiles ultraligeros de bajo coste que tienen unas prestaciones decentes (sin tirar cohetes) y que por un precio casi ridículo nos permiten acceder a tareas básicas de navegación, trabajo con documentos ofimáticos o reproducción de contenidos multimedia.

Sin embargo a los fabricantes de portátiles no les parece haber gustado mucho lo de los netbooks, que en parte están «canibalizando» el sector, así que muchos se han lanzado a una batalla realmente impresionante. Hace unos años comprar un ordenador portátil era casi un lujo para muchos, pero hoy en día parece que no tener uno casi es lo extraño. Las grandes marcas de hecho mantienen una guerra de precios interna, con netbooks y portátiles convencionales en una franja de precios muy similar. Tenemos netbooks a 299-399 euros, pero es que ahora surgen por todos lados los portátiles convencionales también a precios que rondan los 399 euros.

Eso confunde al usuario, que no sabe qué elegir y que tiene que tener claras sus preferencias: o portabilidad y prestaciones limitadas, o más prestaciones con más peso y tamaño.. a un precio ligeramente superior. Para ponérnoslo aún más difícil, desde hace un tiempo los netbooks están eliminando las barreras que los separaban de los portátiles convencionales. Ya existen modelos con pantallas de 11,6 y 12 pulgadas, pero es que la cosa no se queda ahí.

Ahora ha aparecido una nueva división de portátiles, los llamados «ultradelgados» (ultrathin) que AMD creó con el lanzamiento de su plataforma Yukon y la presentación de sus procesadores Neo, superiores a los Atom tanto en rendimiento… como en consumo. Intel, claro está, no se ha quedado de brazos cruzados y ha creado sus micros CULV para competir con esa plataforma, que ahora comienza a verse en portátiles de 12 y 13 pulgadas y que trata de aunar lo mejor de ambos mundos: diseño ultraligero (no tanto como los netbooks), y prestaciones elevadas. Algo así como MacBooks Air de andar por casa. Y puede que AMD haya acertado a pesar de todo, porque cada vez más usuarios se dan cuenta que lo de las pantallas de 10 pulgadas no es la panacea para largas sesiones de trabajo, aunque sea ideal para mover el Koji de aquí para allá.