Ayer leí, como mucha otra gente (es increíble lo que rula un post cuando lo escribe uno de estos cibergurús), el artículo de Om Malik sobre los ultraportátiles de bajo coste, también llamados netbooks, y a los que él ya ha aplicado otro apelativo: cloud computers. Ese nombre tan bonito y etéreo hace referencia a uno de los objetivos que se cumplen o deberían cumplir con estas máquinas: las de aprovechar ese nuevo concepto de Cloud Computing en el que todas las aplicaciones (o gran parte de ellas) no se ejecutan en nuestro PC, sino que lo hacen como servicios Web a los que accedemos gracias a Internet.
Malik es un tío al que respeto: es una de esas mentes preclaras que suelen darse cuenta de cosas que los demás tardamos mucho más en comprender, y sus opiniones y puntos de vista sobre temas tecnológicos son por lo general muy acertadas. Sin embargo aquí me ha salido tema para post, porque no estoy nada de acuerdo con su apreciación: los netbooks pueden servir para ese propósito, pero desde luego no creo que sus responsables los orientaran así durante la etapa de desarrollo. Los netbooks son -o serán- los perfectos acompañantes de los trabajadores móviles, pero estos no accederán a esos servicios tan frecuentemente como apunta Malik. El hombre se ensaña con este nuevo segmento, al que descalifica ya de primeras:
So far, all they have done is cram traditional notebooks into smaller, maybe-lighter-to-carry bodies. They€™re neither good for computing nor for communication.
Donde explosionará el Cloud Computing es precisamente en los móviles y smartphones. Al menos, así será al principio: los usuarios no están aún preparados para confiar su trabajo diario a aplicaciones «nubosas» que les ofrecen además acceso a sus datos desde cualquier parte y en cualquier momento. La transición de la ejecución de aplicaciones en local es todavía demasiado poderosa para estos usuarios, y yo mismo soy un ejemplo: a pesar de estar continuamente probando todo tipo de servicios web a cual más pijo, paso de utilizar Zoho Writer (mucho mejor que Google Docs) teniendo instalado Office/OpenOffice.org en Windows o Linux. ¿Qué mejoras me aporta esa experiencia Cloud Computing? Estando en casa, pocas, desde luego.
A ese primer punto en contra se le añade el de sus críticas al pobre HP Mininote 2133. Este netbook de primera generación (aún sin el Intel Atom) dispone de una pantalla y teclado respetables y casi perfectos para muchos usuarios, pero a todas sus virtudes Malik sólo le ponía una pega: que genera demasiado calor.
More importantly, in less than an hour it was generating more heat than my first Macbook Pro, aka the oven
Una razón bastante absurda para desestimar así, de raíz, toda una avalancha de máquinas que prometen esas prestaciones y más. Malik termina hablando de sus características soñadas para los netbooks, pero en muchos casos sus estimaciones son poco realistas para este mercado.
Por ejemplo, pide 5 horas de batería y poco peso, además de una pantalla que vaya de las 3,5 a las 8 pulgadas (¿quiere un Pocket PC?) y que no cueste más de 300 dólares. Además quiere conectividad a todo trapo, y sobre todo, encendido instantáneo. ¿Qué dispositivo responde a esa descripción?
El iPhone. Desde luego, no un netbook, que está pensado para otra cosa. Me temo que Malik no acaba de entender ese segmento. No dice nada de una capacidad de almacenamiento decente, nada de poder escribir largos textos sin que a uno le entre artrosis, nada sobre que uno no se quede ciego mirando la pantalla, y nada, nada, sobre sistemas operativos. Él no busca un netbook. Busca un smartphone, o, en su defecto, un MID/UMPC. Y por 300 dólares. Anda ya.
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REALY WOW!!! And the picture is beautiful!!!!,Xaviera