The Newsroom vuelve a rayar la perfección
Me ocurre con las series exactamente lo mismo que con los libros. Coges uno malo y te arrastras por las páginas, dejándolo abandonado en la mesilla y mirándolo de reojo, como diciéndole: «pero qué pocas ganas tengo de leerte, condenado«. No solo eso: un mal libro, lo acabes o no –yo lo hacía antes, error– […]
