Tecnología

Apple y los árboles que no dejan ver el bosque

Hubo un tiempo en el que las keynotes de Apple eran como un gran estreno de cine. Los friquis de la tecnología casi contábamos las horas para esas presentaciones, porque siempre solían valer la pena.

Hasta que dejaron de valerla.

Con el tiempo Apple convirtió estos eventos en perfectas morcillas marketinianas. Nada de eventos en vivo, no sea que algo falle, y todo con un acabado perfectísimo y un poco edulcorado. No había épica, no había emoción, se acabaron los One More Thing.

Yo, la verdad, no recordaba estar tan indiferente ante ninguno de los eventos anteriores como el de este año. El martes por la tarde me tocaba cubrir con mis compañeros de Xataka el evento, y mientras que otros años siempre pensaba «me gustaría no tener que cubrirlo y simplemente disfrutarlo con unas palomitas», en los últimos la sensacion ha cambiado. Los eventos de Apple se han convertido en «otro evento más».

Este no fue especialmente distinto en eso, la verdad. Todo perfectamente guionizado, ritmo frenético —a quienes cubrimos estos temas no nos da tiempo de ir tan rápido— y, a priori, muy predecible. Los iPhone son algo mejores, los Apple Watch son algo mejores, y los AirPods Pro 3 son algo mejores.

Pero claro, es difícil emocionar con la última vuelta de tuerca de los móviles o de los relojes. Yo, la verdad, no me emocioné demasiado con ninguno de los productos, al menos al principio. Desde luego no lo hice con el iPhone Air, un producto que me recuerda a la era Jony Ive. Es un peligroso ejemplo más de que a Apple en este caso le importa más la forma —»qué fino, qué guay»— que la función —sacrificios en cámara, batería—.

Pero luego aprecié que en realidad el iPhone Air sí tiene algo espectacular. No algo por lo que yo me lo compraría, pero hay que darle al César lo que es del César. Meter todos sus chips en el módulo de cámara y que el resto del móvil sea básicamente una batería pegada a una pantalla es algo alucinante.

Tampoco me emocionaron demasiado los iPhone 17 Pro Max. Me parecían una evolución un poco mediocre, pero luego leí a Ben Thompson y me di cuenta de que en realidad sí había mejoras destacables. Y cito (traducción de Deepl):

  • Hay un material y un diseño del cuerpo completamente nuevos.
  • Hay un nuevo chip más rápido, con GPU diseñadas específicamente para cargas de trabajo de IA (recordemos que el motor neuronal de Apple se diseñó para algoritmos de aprendizaje automático mucho más básicos, no para LLM).
  • Hay un aumento del 50 % en la RAM.
  • El sensor de la cámara frontal tiene el doble de píxeles y es cuadrado.
  • El teleobjetivo tiene cuatro veces más píxeles, lo que permite un zoom de hardware de 8x.
  • Hay una batería mucho más grande, gracias a que el Pro ha tomado prestado el truco del Air de agrupar todos los componentes electrónicos en una plataforma más grande pero más estética.
  • Hay una refrigeración mucho mejor, lo que permite un rendimiento más sostenido.
  • Hay una carga más rápida.

Son sin duda mejoras curiosas, y me llama especialmente la atención esos cambios en la GPU de los A19 Pro, porque apuntan a estar mucho más preparadas para correr modelos de IA en local, que es precisamente lo que Apple quiere hacer en el futuro. En Twitter había varios comentarios al respecto, pero más que alabar los A19 Pro lo que hacían era hablar de cómo ese tipo de mejora puede hacer que los Apple M5 —que se esperan para octubre— sean mucho, mucho mejores para poder correr esos modelos en local y fortalezcan ese apartado. Si los M3 Ultra ya eran buenos, y sin sucesores directos (no hay M4 Ultra, solo Max), es probable que los M5 en efecto acaben representando un salto importante aquí.

De hecho, tan interesante o más que ese apunte de Ben Thompson era otro en el que hablaba de esa teórica desventaja que Apple tiene en el mundo de la IA. Parecen no estar interesados, pero yo creo que cada vez más están jugando sus cartas de una forma distinta. Mi sensación, como comenta Thompson, es que ellos no quieren invertir miles de millones en desarrollar modelos fundacionales, porque van acabar usando el de alguna otra empresa.

La idea se entiende fácilmente con una analogía. Apple puede hacer con la IA exactamente lo mismo que hizo con las búsquedas. En lugar de invertir miles de millones en crear un buscador y competir con Google, llegaron a un acuerdo con ella que era un win-win para ambas. Pues lo mismo con la IA: pueden llegar a un acuerdo con Google, OpenAI o cualquier otra, y evitarse todo ese coste de desarrollo y gestión de la tecnología. No necesitan hacerlo, o al menos no tanto como otros, porque ellos tienen otra cosa igual de importante: son la puerta de entrada a más de 2.000 bolsillos y hogares con gente que tiene iPhone, iPad y Mac. Así que supongo que acabarán llegando a un acuerdo que sea rentable para ambas partes, y listo.

Una idea potente, creo yo. Y quizás por eso mismo Apple no tiene maldita prisa en lanzar ese Siri supervitaminado con IA o nuevas funciones de Apple Intelligence. Para qué. Mientras, eso sí, ellos siguen a lo suyo: mejorando su hardware y preparándolo para lo que se viene.

No parece mala jugada.

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