Hace poco coincidí con alguien que se compró las Vision Pro cuando aparecieron. Le pregunté qué tal estaba el tema seis meses después. «¿Las usas mucho?», le dije, teniendo clara la respuesta.
«Pues no», me dijo. «Para alguna peli, pero poco más». No trabaja con ellas, no juega con ellas y ni siquiera le saca partido al tema de los vídeos espaciales que tanto me llamó la atención y que para mí era el punto diferencial.
Se habían convertido en un gimmick.
Lo cierto es que en apenas seis meses hemos visto cómo el fenómeno de las Vision Pro se ha desinflado por completo. Hay varias razones, pero la más clara es la de su precio: gastarte 4.000 dólares para ver una peli de vez en cuando es demasiado capricho.
Lo peor no es eso: es que tampoco puedes hacer mucho más. Las Vision Pro no son especialmente buenas para jugar, pero es que tampoco son demasiado buenas para trabajar. Molan mucho, pero solo durante un ratito. Son el exponente máximo del efecto wow.
Todos esos problemas han hecho que las Vision Pro fracasen, y ese fracaso ha provocado un peligroso círculo vicioso. Uno en el que los usuarios no compran las gafas, con lo cual la industria pasa de ellas, con lo cual los desarrolladores no crean contenidos ni experiencias para ellas, con lo cual los usuarios se ven aún menos atraídos por ellas y tampoco las compran. Y así hasta que el interés, que inicialmente parecía prometedor, se difumina.
Tenía clara esa idea desde hace tiempo, pero es que hace unos días me llegó por Twitter un vídeo curioso. Era una entrevista de 2012 a Michael Saylor, entonces CEO de MicroStrategy. Esta firma es conocida por su software de inteligencia de negocio, pero últimamente es aún más conocida por haberse convertido en una de las grandes «ballenas» del mundo bitcoin: tienen más de 225.000, que al precio actual suponen unos 13.000 millones de euros. ¿Y quién se ha encargado de impulsar esa inversión? Saylor.
Igual el tipo sabe algo más que nosotros o igual es un flipao, pero diría que igual es más lo primero. Al menos, si uno le echa un vistazo a esa entrevista de 2012. En ella le preguntaban sobre las acciones de Apple y si creía que iban a bajar e iban a tener que vender sus productos más baratos. Ahí van sus cuatro minutos y medio argumentando sobre ello:
A toro pasado muchos diréis que la predicción tampoco era para tanto. Comprar acciones de Apple en 2012 ahora parece obvio, pero aunque la cosa parecía pintar bien, nada estaba claro. Si uno hubiera invertido 1.000 dólares en acciones de Apple en marzo de 2012, ahora tendría 8.700 dólares (10.300 si hubiera reinvertido los dividendos en más acciones).
Pero eso no es lo importante, al menos en lo que respecta a este post. Lo que importa es que en esa entrevista dice algo que ahora todos ya tenemos más o menos asumido pero que en 2012 no estaba tan claro (traducción libre mía):
«Cuando la tecnología pasa de ser un ladrillo utilitario y vocacional que pongo bajo mi mesa y que a nadie le importa a ser una prenda de ropa, una declaración de estilo, una extensión de tu personalidad, una joya… y los iPhone y los iPad están entre una prenda de ropa y una joya y un accesorio, y en ese punto pueden mantener esos precios para siempre».
Así es. Apple ha conseguido convertir sus productos en accesorios de moda. Los llevas contigo (además de usarlos) porque molas más al hacerlo. Eres Te crees mejor por sacar el iPhone o el iPad, por usar los Airpods en la calle o por ponerte un iWatch Apple Watch. Y con el MacBook Air o Pro de turno lo mismo. Eres Te crees mejor desarrollador, mejor periodista, mejor usuario porque eliges Apple, que es lo que (crees que) funciona mejor y lo hace todo bien y además mola.
No lo digo a la ligera. El otro día un conocido me lo dijo a la cara. «¿Qué teléfono es ese que tienes? ¿Un Google qué? Menuda mierda. El iPhone es el mejor teléfono que existe y punto». Así, en plan talibán. No quise replicarle, porque aunque le dijera lo que opino -el iPhone es un buen teléfono, pero para mí no es el mejor-, no serviría de mucho. Y aunque me gusta perder discusiones, lo que no me gusta es perder el tiempo.
El caso es que en Apple han conseguido que la gente crea eso casi siempre. Que molas más cuando usas y llevas usas sus productos por el mundo. Pero no con las Vision Pro.
Porque no te puedes llevar las Vision Pro a la calle sin parecer un estúpido y un flipao. El problema ahí ya no es ni siquiera que sean caras. Es que son caras y pareces tonto con ellas en el avión. Las puedes usar en tu casa sin problemas, porque es ahí donde tienen sentido, pero no consiguen lo que el resto de productos de Apple: que los lleves y uses fuera de tu casa y seas te creas mejor con ellas. No puedes presumir de tu nuevo accesorio tecnológico super fashion, y claro, eso es un obstáculo insalvable. Y como las Vision Pro se han convertido en ese «ladrillo utilitario y vocacional» que no sacas de casa, Apple lo tiene crudo.
Al menos, con las Vision Pro. Que al menos de momento huelen a muerto.
Aviso: con esto, antes de que los fanboys me empecéis a soltar improperios, no quiero decir que esos productos mencionados no sean buenos. Ojísimo. Solo que muchos de quienes los compran y los llevan creen que les hacen ser y parecer mejores. Y conseguir eso es fantástico para Apple, por supuesto. Es ella la que gana, y la que al hacerlo puede poner los precios que se le antoje a sus productos.
Que en mi opinión, aun pudiendo ser estupendos en muchos apartados, están totalmente sobrevalorados. Y uso un Mac mini M1 y estoy de lo más contento con él, ojo. Pero lo compré por 600 euros de segunda mano, que es como logré que valiese más o menos lo que yo creía que debía valer. Dicho lo cual, me aplico la máxima de otras veces en este blog: cada cual se gasta el dinero en lo que le da la real gana. Respect.
Aquí uno con Macbook Pro, iPad, Apple Watch, Airpods.
Si a alguien le apetece pleitear que cada uno de esos artículos es el mejor de su categoría, podemos resolverlo con una de mis manos atada a la espalda.
El valor de Apple para mí está en el ecosistema, pero cada categoría tiene productos mucho mejores (me callo con el iPad).
Gracias Javichu por tus artículos, besitos.
😉 De nada Raimon. Sí, ahí tienes tu punto, el ecosistema es clave y ahí tienen un argumento ganador. El problema es que montarte ese ecosistema es en mi opinión muy caro. A mí no me compensa, pero entiendo que a mucha gente sí, así que lo que decía, respect.
Como comenta RAIMONTR, es muy probable que individualmente, cada uno de los productos de Apple no sea el mejor de su categoría, pero si hay un ecosistema que funciona como la seda es el de Apple. Cierto es que te acaba atando a él, pero detalles como el que mi caldera de 14 años se entienda a la perfección con HomeKit (y que sea por unos años más…), que los AirPods se emparejen automáticamente con el dispositivo que estoy empleando en ese momento (claro, siempre Apple), o un simple copia-pega de mi iPhone al documento que estoy redactando en el MacBook, es un cúmulo de funcionalidades que me hacen todo mucho más cómodo. Está claro que cada uno tiene su escala de valores, pero hace años que me cansé de ir probando firmwares para darle balones de oxígeno a dispositivos Android que dejaban de tener soporte en menos de dos años. Apple nunca me ha abandonado por ahora.
Y pasando el tema del asunto, coincido en que las Visión Pro no son un producto para el gran público. Me huelen a TV 3D. Pero en el entorno profesional creo que sí que tienen su nicho, estas, u otros modelos de la competencia que puedan garantizar una estabilidad, calidad y experiencia de usuario a la altura.
Justo, el ecosistema es ventaja de Apple aquí. Veremos si al final acaban como producto para profesionales, como pasó con las HoloLens. De momento está claro que son un producto muy de nicho.
Para que una caldera o cualquier aparato eléctrico se «domotice» no hace falta que sea compatible con tal y pascual: sólo tienes que añadirle un enchufe inteligente. Así tengo yo mi calentador eléctrico de 100 litros en casa y para lo que ha costado el enchufe «listillo» ya está más que amortizado.
Yo estoy un poco en la línea de Javi: son buenos productos, pero ese aura de misticismo, apuesta por el diseño por encima de todo y búsqueda constante del «efecto WOW» creo que les sobra.
Hombre, ponerle un interruptor a un termo me parece lo más básico de lo que podríamos entender por domotizar. Yo me refiero a un termostato que “aprende” del comportamiento de la vivienda en particular teniendo en consideración la meteorología en tiempo real cuando gestiona una caldera de gas modulante a la hora de mantener una temperatura confortable. De este modo, por ejemplo, en el frío invierno puede ponerse a trabajar antes o después en función de si hace una noche más o menos fresca, y sabiendo lo que en situaciones anteriores le costó poner la casa en la temperatura adecuada a la hora prevista de levantarme.
Si ese termostato sabe gracias a HomeKit que en un fin de semana en concreto no hay nadie en casa, automáticamente se tomará la molestia de no poner en marcha la calefacción si la temperatura de la casa no baja de un umbral que he marcado.
Ciertamente, con el interruptor y el termo podría programar un automatismo similar. Pero no estoy hablando de ACS exclusivamente, sino de la climatización de la vivienda, entre otras posibilidades.
¿Se puede hacer con otras plataformas? Por supuesto. ¿Con la comodidad de qué lo gestiono yo y al resto de mi familia les permite interactuar sin mayores complicaciones? Lo dudo mucho. Pero si, ciertamente exige una inversión para que todos usen dispositivos del ecosistema de Apple, y me “ata” a él. Lo asumo. Espero que no llegue un día que no pueda asumir el coste, o me deje tirado por obsolescencia, cosa que me podría suceder con cualquier otro fabricante. Por ahora, estoy muy contento y más que satisfecho.
Para los que defienden el ecosistema a capa no se dan cuenta que es ecosistema está sostenido sobre la imposibilidad de terceros de meter mano al software de Apple y que justamente promociones desde la Unión Europea que buscan abrir este software a la tambalear ese ecosistema
Que deberías darse cuenta que este jardín amurallado Te avienta con migajas llamado Apple ecosistema pero qué productos como el reloj los audífonos o inclusive el iPad funcionan peor que sus contrapartes y que este funcionamiento compartido en el ecosistema es artificial