Retrocedamos (casi) diez años.
Septiembre de 2014. Vlad Savov, entonces redactor de The Verge, publicaba una columna impecable titulada ‘Mis análisis son subjetivos. Por eso no deberías fiarte de ellos’.
Allí el redactor —que era muy de mi palo, pero ha acabado en Bloomberg publicando muy poquito— se alegraba de ser periodista tecnológico. Me mola, decía, porque hago lo que me gusta y encima me envían productos para que los analice.
Y luego explicaba que eso también tiene un lado malo (traducción de DeepL):
«Sin embargo, a pesar de lo emocionante y divertido que suele ser mi trabajo, también puede resultar desalentador y exasperante cuando se me acusa de ser parcial. Claro que soy parcial, de eso se trata. Todos tenemos preferencias y parcialidades que se van acumulando a lo largo de la vida y que se incrustan en nuestro juicio sobre cualquier cosa nueva».
No puede decirse mucho mejor o de forma muy distinta. Cualquiera que haya analizado un producto probablemente coincidirá con lo que dice ese párrafo. Yo, desde luego, lo hago. Lo hacía hace 10 años, y precisamente hablé de ello en el post titulado ‘Estoy comprado‘. A lo largo de mi carrera profesional me han acusado de estar comprado muchas veces e incluso alguno me ha llegado a decir que si era un fanboy de Apple (¿?). Es el sino de quienes analizan y dictan sentencia sobre los productos: habrá gente a la que le gusta lo que digas, y otra a la que no.
Volví a aquella cuestión meses después, en abril de 2015, hablando de que el análisis perfecto no existe. Eso lo sabemos todos los que trabajamos en esto, pero es que hay una verdad aún más importante: que no hay productos perfectos. De hecho, hay productos fantásticos, pero ocurre que a pesar de todo el esfuerzo de quienes los hacen, también están los otros productos.
Los productos terribles. Los que pueden matar a una empresa.
***
Volvemos al presente.
Estos días se ha comentado mucho lo que ha ocurrido no ya con el Humane AI Pin, sino con los análisis que aparecieron sobre el dispositivo. En concreto, sobre el que publicó MKBHD, que lo calificó como «el peor producto que jamás he analizado… por ahora».
El título de ese análisis era especialmente duro y provocó algunas críticas. La que más ruido hizo fue la que dio Daniel Vassallo, exingeniero en AWS y que afirmaba que lo que había hecho Marques Brownlee le parecía «de mal gusto, casi poco ético», y parafraseaba a Spidey diciendo que cuando tienes un gran alcance (poder) tienes una gran responsabilidad. Marques respondía de forma contundente.
No estamos de acuerdo en cuál es mi trabajo.
Aún así, el debate sobre el impacto que un influencer como él puede tener en el futuro de una empresa pronto se animó. Un creador de contenidos llamado Alex Finn afirmó en X que «MKBHD ha llevado a la bancarrota a una empresa en 41 segundos», y para muchos esos comentarios probablemente parecían tener sentido.
Este chico tiene ahora mismo 18,7 millones de seguidores en YouTube y hace mucho que es un referente absoluto. No ya para aficionados a la tecnología, sino para las empresas que crean productos y dispositivos tecnológicos. Lo que dice Marques Brownlee importa, pero importa por una cosa.
Es honesto.
Puede hacer su trabajo con mayor o menor acierto, pero es honesto. A mí me parece hoy por hoy el mejor youtuber en este tipo de videoanálisis. No solo por su tono, serio e informativo, sino porque es capaz de detectar y destacar cosas importantes de cada producto. Va más allá de las especificaciones y se centra en las sensaciones, que es lo que yo pido en un análisis. Muchos —muchísimos— análisis hoy en día son un tostón, y quienes los hacen básicamente repasan las características técnicas de un producto porque esperan que eso sea suficiente para demostrar que ese producto es bueno o malo.
Pero es que no lo es. El sensor de 200 MP del cojoteléfono X puede sacar mucho peores fotos que el sensor de 12 MP del cojoteléfono Y. Estoy exagerando —hace mucho que quedó claro que el tamaño el número de megapíxeles no importa (mucho), pero ya me entendéis. Esos análisis no suelen valer un pimiento. Y aunque MKBHD pueda hacer referencia a las especificaciones como cualquier hijo de vecino —es casi inevitable no hacerlo—, luego dice más cosas.
Dice lo importante.
Y aún así, supongo que un poco calentito por la situación, Marques acababa publicando un vídeo un par de días después de que empezase todo el follón. Lo hizo para añadir su propia reflexión sobre todo eso que le estaban criticando y, además, para contestar a esa pregunta de si un análisis negativo puede matar a una compañía.
Se tira más de 13 minutos hablando del tema con su habitual coherencia, pero lo esencial está en el minuto uno, cuando hace dos preguntas. La primera es sin duda una pregunta. La segunda es en realidad una respuesta.
¿Matan los análisis negativos a las empresas?
¿O son los malos productos los que matan a las empresas?
Por supuesto que son los malos productos los que matan a las empresas. Un análisis negativo puede ser perjudicial, sin duda —muchos influencers juegan con eso para conseguir que les inviten a las comidas en los restaurantes por ejemplo—, pero si el producto es decente y acaba mejorando, sobrevivirá, como la empresa.
Un análisis de producto es algo muy personal y siempre, siempre, muy subjetivo. Es inevitable que lo sea. Incluso yo, que salgo en la foto de la palabra ecuanimidad en la Wikipedia*, tengo mis filias y mis fobias. Lo importante es que seas honesto con ellas y con el producto, porque lo que a ti te puede parecer maravilloso a mí quizás no me lo parezca tanto, y viceversa. Pero si lo cuentas bien, dará igual: habrás sido honesto.
Y MKBHD tiene 18,7 millones de seguidores por (entre otras cosas) ser honesto.
Eso no mata a ninguna compañía.
No a menos que el producto de esa compañía sea un mal producto.
*¿De verdad habéis pinchado para comprobarlo?
Imagen | MKBHD
Mis dieces.
Gracias.
En el mundo en que vivimos cada día es más difícil ir con la verdad por delante, aunque sea ‘tú verdad’ y no la del otro.
Gracias por el artículo y sigue así, que lo haces estupendamente.
Correcto Federico. Gracias a ti 🙂
Por supuesto que hemos pinchado, no soltamos un clickbait aunque sospechemos que es falso
xDD
Es decir, uno llega al nivel de MKBHD siendo honesto pero cuando llegas a ese nivel te dicen que no puedes ser honesto por responsabilidad… meh!
Por cieto, 18 millones, brutal… nunca me había fijado, he ido a su perfil a analizarlo (ver vídeos antiguos xD) y he flipado… 16 años subiendo vídeos a youtube.
Muy buen artículo y gracias por tu honestidad.
P.D.- Si, he pinchado jajajajajaj
xDD