Llego un poco tarde, pero como suele decirse, nunca es tarde si la dicha es buena. Y desde luego lo de las Raspberry Pi es una historia dichosa como pocas. Estos pequeños miniPCs salieron a la venta por primera vez el 29 de febrero de 2012 —día bisiesto, qué chispas— y los responsables de su creación publicaron este vídeo para celebrarlo.
El vídeo está narrado por Eben Upton, al que he tenido la oportunidad de entrevistar un par de veces (1, 2), y allí cuenta su historia: la de un chaval que se quedó alucinado cuando vio el BBC Micro de un amigo suyo y acabó comprándose uno y aprendiendo a programar para sacarle todo el jugo.
Luego estudió informática en la universidad, y cuando llegó y conoció a sus compis se dio cuenta de algo: todos habían tenido un BBC Micro o un Spectrum o un C64 y se habían enamorado de aquellas máquinas y de lo que podían hacer con ellas. Crecieron y decidieron que aquello era lo suyo.
Pero la cosa cambió: Eben se quedó en la universidad y al pasar los años se dio cuenta de que los chavales que llegaban allí ya no tenían esa misma pasión que había notado en su generación. La razón era simple: esos chavales habían crecido con consolas que solo les permitían jugar. Lo de programar, crear y explorar había quedado atrás. O al menos ya no era lo más usual.
Así que Upton decidió dejar su trabajo y empezar a crear su particular BBC Micro. Su Spectrum. Su C64. Una máquina que volviera a hacer que las nuevas generaciones descubrieran todo lo que él descubrió.
Así nació la Raspberry Pi. Barata y perfecta como elemento educativo. No sé si ha logrado lo que lograron los Spectrum y los C64, pero desde luego sí ha calado hondo entre toda una generación de makers y creadores que tienen en este miniPC un verdadero prodigio. Conseguir algo así es ya una pasada.
Mi historia con las Raspberry Pi es un poco errática. Compré aquel primer modelo —y conté tras unos días que tenía encanto, pero era muy limitado en muchos escenarios— para luego convertirlo en mi particular Media Center. Luego compraría una RPi 2 y una RPi 3, pero nunca he comprado una RPi 4 y de hecho lo que me tienta es hacerme con un Raspberry Pi 400, que me flipó cuando lo analicé.
Quizás algún día lo haga, pero la realidad es que uso poco las RPi. He tenido ya durante bastante tiempo la RPi 3 como particular adblocker con Pi-Hole y estoy encantado con su papel ahí, pero las otras dos están muertas de risa en un cajón y la verdad, tengo poco tiempo para trastear. Me pasaría probablemente con la RPi 4 o el RPi 400, que de hecho hasta consideré comprar para usar como PC de escritorio. Se me quedaría algo corto para el día a día, y tampoco tengo ganas de estar luchando todos los días con el hardware: ya lucho con otras cosas.
Y sin embargo, mi admiración hacia este proyecto y lo que ha logrado es absoluto. No es ya solo lo que ha creado la Raspberry Pi directamente, sino también todo el ecosistema que se ha generado a su alrededor con competidores que han animado el cotarro y con ecosistemas paralelos como Arduino que también pueden acabar convirtiéndose en eso que fueron los Spectrum y los C64.
Quién sabe. Puede que en 5 o 6 años veamos cómo chavales que empiezan informática, teleco o física en la universidad lo hacen gracias a que un día sus padres les compraron una Raspberry Pi y empezaron a programar y a juguetear con la electrónica.
Habrá que revisitar este post para entonces.
Felicidades, Raspberry Pi.
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