Bueno, pues ya he cumplido un objetivo de este 2021. Acabarme un juego. Hacía años que no lo hacía, sobre todo porque básicamente no he hecho más que picotear los modos historia de los juegos que he ido probando y porque siempre acababa centrando mis horas en dos títulos: FIFA (en cualquiera de sus distintas ediciones) y ‘Battlefield 1’.

La cosa cambió este año, y con la llegada de Game Pass había un título del que había oído hablar bastante y que me intrigaba. Se trata de ‘Star Wars: Jedi Fallen Order’, que según comentaba con Trufeitor (lector aquí y que me ha recomendado varios juegos, ¡gracias majo!) era una estupenda forma de recuperar lo mejor del universo Star Wars que me parece simpático en ciertas cosas pero absolutamente sobrevalorado en otras (como sus pelis).

Cuando por fin se activó EA Play en Game Pass linstalé el juego en mi flamante Xbox Series X. He tardado varios meses en lograr acabármelo, pero es que lo dejaba por temporadas para volver a mis añorados BF1 y FIFA 21. De este último ya hablaré más adelante, pero desde que lo activaron también gratis (antes tiraba del 20) me he intentado acoplar y me he dado cuenta de que cada vez es más difícil defender. Estoy en la 7ª división de milagro, y antes solía rondar la 3ª o la 4ª sin demasiados problemas. Argh.

Total, que empecé el Fallen Order y me ha parecido estupendísimo de principio a fin. Se nota que estoy algo más mayor y ya no le pillo el truco tan fácil a las mecánicas, porque iba alternando entre los dos niveles intermedios, caballero Jedi (el segundo más facilón) y maestro Jedi, y sobre todo en este último hacer los bloqueos (o parrys, como decía Trufeitor) en el momento justo para dejar al otro despistado y luego atacar se vuelve complicado en según qué enemigos.

Él ya me había advertido de algunos fallitos del juego que ciertamente son molestos: algunos enemigos bastante chorras te lo ponen francamente difícil cuando no deberían (coñe, eres un jedi), y los puntos de guardado están algo mal colocados (demasiado lejos) en algunos casos, pero por lo general el modo historia de este juego es sencillamente estupendo: la trama tiene sentido y es como una buena peli de palomitas: hay un desarrollo claro de cada personaje y salvo historia de amor —aunque hay un pequeño guiño al final, diría— hay un poco de todo. La presencia del pequeño BB-1 es sorprendentemente válida (el droide se convierte en indispensable en ciertos momentos), y también el papel de los secundarios. Y los malos, cuidado: son muy malos, y algunos no lo parecían.

Es, como digo, una buena peli de palomitas, hecha juego. Los distintos mundos a los que hay que viajar están espectacularmente ambientados, aunque a mí me ha gustado mucho más luchar contra las fuerzas imperiales que contra los bichos asquerosos que salían en según qué escenario. Especialmente las malditas arañas, que eran muy asquerosas y peligrosas hasta cuando morían, las muy puñeteras. Qué asco. Qué-as-co.

Pero como digo, lo de bloquear y devolver los disparos láser de los soldados para que les den a ellos es extrañamente satisfactorio y molón, y la verdad es que hay enemigos del imperio bastante chungos y que hacen que tengas que aplicarte, sobre todo cuando atacan varios tipos y lo hacen a la vez. Curiosamente (al menos en mi caso) lo de poder aprovechar la fuerza para empujar a los enemigos en plan onda expansiva (o atraerlos hacia ti) no ha servido de casi nada, y lo que sí usaba era los ataques especiales que ibas ganando con los puntos de habilidad.

Esa es otra: defender y atacar bien o encontrar ciertos elementos en el juego hace que acabes logrando puntos de habilidad, y esos puntos se pueden canjear por habilidades especiales como lanzar el sable láser en plan boomberang o que tu barra de vida sea más amplia. Una buena forma de premiar tu esfuerzo y de que a medida que avances sea un poco más fácil (o más satisfactorio, diría) irse cargando a los enemigos.

Debo confesar que un par de enemigos finales me estaban costando tanto que tuve que bajar el nivel para superarlos, pero como digo, me terminé el juego ayer y la verdad es que lo hice con una curiosa (y quizás algo estúpida) sensación de satisfacción personal. El final es estupendo, por cierto, y diría que da pie a una futura secuela que espero acabe llegando. Mientras, como digo, he disfrutado mucho y bien de un juego que me recordaba un poco a los viejos Tomb Raider y en especial a mi adorado Ninja Gaiden (que según creo recordar, nunca me terminé (tampoco la edición Black que sigo teniendo instalada, es demasiado infernal).

Lo más curioso de todo es que hace poco anunciaron mejoras visuales para el juego para las Xbox Series S/X que permiten disfrutar del ‘Star Wars: Jedi Fallen Order» más que nunca. O yo estoy ciego o no se me ha actualizado, pero aunque tengo activado el modo normal con un teórico mejor postprocesado en 4K, no notaba nada.

Lo que sí vi es que tras terminar el juego puedo ahora disfrutar de un modo «Aventura+» con todas las habilidades ya adquiridas para poder completar el juego desde el principio disfrutando de esos «pokes» (eso va para los veteranos) y con nuevos modos de entrenamiento que en el vídeo promocional tienen pintón. Total, que igual me lo vuelvo a jugar a mayor dificultad y, si puedo activarlo de una vez, con todas las mejoras visuales. Antes, eso sí, tengo pendiente probar nuevos juegos, y de hecho tengo ya instalado ‘Control’ para darle cera, aunque he leído que este acaba siendo algo decepcionante. Veremos.

De momento, queridos lectores, recomendación absoluta para ‘Star Wars: Jedi Fallen Order’. Juegazo de palomitas. ¡Y me lo he acabado, ole!