Hay cositas que me gustaría mejorar de mi forma de trabajar. Ya he contado alguna vez que no aprovecho ninguna herramienta o técnica de concentración y productividad. Mi truco aquí es básicamente la voluntad y la concentración, pero eso no siempre funciona. Hay otros fallos importantes, como el hecho de que tecleo a una velocidad bastante normalita.
Es algo de lo que hablé hace unos días en Xataka, donde planteé el debate sobre si los niños deberían o no aprender mecanografía en el cole. A mí me encantaría que hubiera una asignatura optativa o extraescolar en el cole de mis hijos, por ejemplo, pero por ahora no hay tu tía y la situación actual tampoco favorece algo así.
Incluso a mí me gustaría apuntarme a algo así, pero en realidad cualquiera puede aprender mecanografía de forma autodidacta porque hay un montón de cursos chulos online que además de ser gratuitos están pensados tanto para niños como para mayores. El problema, en mi caso, es que tengo demasiado interiorizada mi forma de escribir como andar cambiando ahora de tercio: me gano la vida escribiendo, así que tendría que estar todo el día luchando por lograr escribir con el nuevo método y probablemente lo pasaría mal –tanto yo como mi productividad— durante bastante tiempo. Es un pequeño riesgo poco asumible para mí, pero en realidad hay una razón fundamental llamada pereza.
Tampoco es que me vaya del todo mal con mi forma de escribir en el teclado. No miro casi nunca las teclas y si me esfuerzo puedo llegar a unas 100 palabras por minuto, aunque lógicamente el ritmo normal sea bastante inferior porque el texto no sale tan rápido: uno piensa y repiensa lo que escribe antes de escribirlo. Esa es la razón de hecho por la que lo de «escribir con la voz» no es buena idea en mi trabajo: tardaría probablemente más en escribir un artículo dictándolo porque no estoy acostumbrado a expresarme de viva voz como lo hago hablando. Cuando escribo hago interrupciones continuas y voluntarias para pensar en cómo voy a decir esto que estoy escribiendo: al hablar lo normal es que digas las cosas como te salen, y a menudo el discurso no sale del todo bien. Y si no os lo creéis, atentos a la diferencia entre una entrevista escrita o en vídeo de alguien a quien admiráis: es muy probable que en la entrevista en vídeo el protagonista no pueda quedar tan bien como cuando puede escribir las respuestas pensando antes cómo escribirlas. Hay más tiempo para no cagarla, por decirlo claramente.
El caso es que si no tengo muchas ganas de aprender mecanografía (o de aprender a usar un teclado Dvorak) y tampoco de escribir por voz en lugar de escribir con un teclado, ¿qué puedo hacer?
Eso es justo lo que contaba un Vasili Shynkarenka, un chaval que proponía un truco para «mecanografiar a 3x». Un viejo truco, en realidad. Uno que es probable que muchos hayáis usado al tomar apuntes de la facultad o al escribir a mano en otras situaciones.
Usar abreviaturas.
Yo no lo hacía, pero conocía a gente que sustituía todos los sufijos «-mente» con algún símbolo (una barra («/»), por ejemplo) y que ponía «xq» (o «xk») en lugar de «porque» y cosas por el estilo. Ese tipo de mecanismos se hicieron también muy famosos con los SMS, que nos obligaban a comprimir todo lo que queríamos en 140 caracteres porque cada mensaje costaba pasta. Ya no andamos con esas miserias ahora que WhatsApp domina nuestra vida —de hecho muchos ya ni escriben y mandan mensajes de voz—, pero una persona cercana (pero más joven) nos tenía atufados con sus indescibrables SMS, que luego llevó a WhatsApp (y que ahora manda mensajes de voz, crack entre los cracks).
El amigo Vasili propone algo muy parecido, pero haciendo que las abreviaturas sean en realidad atajos de palabras o incluso frases y giros que solemos usar con frecuencia. El tío lo cuenta en plan gurú, como muy rebuscado, pero al final el truco es más simple que el mecanismo de un chupete: consiste en aprender un nuevo lenguaje en el que las abreviaturas se conviertan en parte de él. Si escribo «rr» y pulso la barra espaciadora podría querer escribir «recordar», y si escribo «ps» es porque quería escribir «podría ser».
Hay muchas herramientas que hacen algo así, pero al menos en Windows parece claro que la más conocida es AutoHotkey (bueno, junto a aText), un pequeño prodigio que puedes ejecutar siempre en segundo plano y que reconocerá atajos de teclado personalizados pero también esas abreviaturas que quieras usar para escribir más rápido al usarlas. Hablaban de esta utilidad en Wired hace poco a la hora de conseguir ese propósito, mientras que en macOS parece que la citada aText, Keyboard Maestro o Hammerspoon son buenas alternativas.
Como dice Shynkarenka, hay otras ventajas al usar atajos: funcionan en móviles (Texpand en Android), permiten evitar escribir tildes (o apóstrofes en inglés), evitan errores de ortografía e incluso puedes acabar usándolos también al escribir a mano de nuevo porque ya los tienes interiorizados. O esa es la idea: que los crees, los empieces a usar y te acostumbres.
Nuestro protagonista afirma llevar tres años usando este método entre 5 y 10 horas al día y dice que ahora piensa más rápido y procesa todo más rápido. Da algunos consejos sobre cómo ir aplicando el proceso e ir ampliándolo incluso a frases que usas mucho, y pone el ejemplo con «wbm«, que se traduce, atentos, por «What might I need to learn, or what strategies might I use the next time to get better results?«. No sé cuántas veces usa la frase este chico, pero tener una abreviatura para ella a mí me da un poco mala espina porque parece la típica frase de vendemotos.
Sea como fuere (uso mucho este giro, así que aquí me crearía un atajo tipo «scf») los atajos parecen una forma interesante de ganar velocidad y escribir más rápido que nunca. El problema, como ocurre con la mecanografía, es hacer esa inversión inicial, que además es fuerte, para lograr el beneficio final.
¿Compensa? Ni idea, pero como propuesta desde luego tiene su encanto. Seguro que alguno las usáis; si es así, por favor, comentad qué tal esa experiencia.
Hace poco fui al traumatólogo (los años…) y hacia final, el tipo le dictó el informe de la exploración al iphone (con signos de puntuación, separando epígrafes y poniéndoles títulos… ) y al salir, la recepcionista me dio el informe impreso en un sobre.
Es lo mejor que he visto hasta ahora en este asunto de integrar el voice-to-text en el flujo de trabajo. Vale que un informe médico tiene una estructura fija, pero también tiene unos palabros de la leche. Y son capaces de formatearlo para imprimir y asociarlo a mi expediente con un click (quizá con un OK)
Me parecieron rebuenos
Qué bueno. Me recuerda a un post que escribí hace tiempo y que está muy relacionado con lo que cuentas (y lo que cuento).
https://javipas.com/2018/07/02/la-doctora-que-no-miraba-a-los-ojos/
Esperemos que eso vaya haciéndose más frecuente.
Excluyendo el navegador de internet, donde más escribo es, o en LibreOffice Writer, o en algún editor de textos o alguna IDE para programar (que suele ser mayormente Sublime Text 3 o Eclipse) respectivamente, ¿Y saben qué tienen los tres últimos programas que he mencionado en común?: Autocompletado.
Al igual que los programas dedicados a la programación, que te autocompleta nombres de variables, atributos de objetos, etc, Writer te hace lo mismo, de forma algo menos inteligente, pero consigue que a la hora de redactar documentos técnicos largos con palabras que se repitan mucho se haga mucho más rápido teniendo sólo que escribir cuatro o cinco caracteres y pulsando enter, tab, o espacio.
No sé si Microsoft Word u otros programas de edición de texto «más formales» hacen lo mismo, pero si lo hacen activadlo y probad, que muchas veces es un antes y un después a la hora de trabajar.
Mola. Supongo que es estilo Gmail, nunca lo he probado pero tampoco uso mucho Word (ni Writer), y Google Docs no parece que lo tenga, al menos en español. Aquí cosas como GPT-3 podrían darle una vuelta importante a esto del autocompletado, desde luego.
Lo he comentado en Twitter pero lo pongo aquí. El tema es que tengo pendiente probar el Autocompletado de texto en GNU/Linux. https://ubunlog.com/ibus-typing-booster-habilita-la-escritura-predictiva/
Bien apuntado Manuti, gracias, mola.
En mis tiempos mozos (más recientes que los tuyos creo) y mi entorno (con menos opciones para la formación creo también), lo habitual era tirar de academia y aprender mecanografía. Y si te daba la vena muy friki lo mismo podías apuntarte a «informática/MS-DOS» o contabilidad. Sí, lo has adivinado, un servidor hizo las tres XD
xD Yo tengo 47 palos y desde luego esas tres cosillas se veían también bastante cuando yo era jovencito 🙂 Seguro que todas te han venido bien, pero apuesto a que contabilidad y mecanografía tienen un valor práctico estupendo a futuro.
8 añetes nos llevamos XD
La contabilidad con lápiz y papel ha sido «ultra útil» XD XD XD XD
Yo tengo instalado AutoHotkey, y es bastante curioso. Como comentas, debes hacer una «inversión» inicial, debes añadirle los atajos que quieres usar y el texto expandido en el que se va a convertir. Quizá ya haya diccionarios por ahí, pero creo que es mejor ir configurando el tuyo propio.
Solo le veo una pega. No funciona el 100% de las veces. De vez en cuando (quizá entra en conflicto con algún otro software que tengo) deja de funcionar, y hay que volver a recargar script/diccionario para que vuelva a funcionar.
Como indica Josemicoronil, el autocompletado del sofware donde escribas te ayudará bastante. Yo buscaría plugins para ese software que me proporcionen este autocompletado.
¿Sabes para lo que a lo mejor pruebo esto? Hashtags de Twitter. De vez en cuando los uso mientras veo o juego algo, de tal modo que la gente pueda silenciarlo y no tenga que aguantar mi turra. Pero a veces cometo erratas en el hashtag. Si me cambio las más comunes por el hashtag en sí, quizá me sea útil. Y así ni hay errores ni se cuelan tuits a la gente que quiere silenciarlos.
Gracias por el post, muy interesante todo.
Word tiene una herramienta de auto corrección que hace exactamente lo mismo. Es sólo el tedioso el ingresar las palabras necesarias.
Esto me recordó las opciones de autocompletado de los móviles. El caso es que en iOS por ejemplo al ir a autocompletar también puedes definir abreviaciones para luego utilizarlas al escribir y a mi solían darme bastante buen resultado, aunque las dejé en favor de otros sistema.
En cuanto a mecanografía, soy de los locos que aprendió con un curso, en esos años en windows 98, ya escribía de forma relativamente competente con 4 dedos pero me topé con gente que escribía mucho más rápido, así que fui, me busqué un cursos que fuera solo texto, encontré un módulo que formaba parte de un curso más grande de contabilidad y ahí a darle con el sistema para escribir… en general hice los ejercicios y como en esos tiempos el PC era más para el ocio que otra cosa me fui forzando a utilizarlo en todo lugar que tuviera que escribir hasta que terminé por incorporarlo. eso si, tiendo a favorecer más el espacio con la mano derecha cuando se supone que uno debiera ir intercambiando según con que mano escribió, pero la verdad es que eso es más notorio al escribir a máquina, en PC no suele importar tanto.
Como asunto colateral, no veas lo que me ha servido la mecanografía cuando me ha tocado hacer sumarios y he tenido que tomar declaraciones a la gente… una maravilla poder ir tipeando rápidamente lo que dicen los declarantes.
Yo ya uso el sistema, el secreto (no se lo digais a nadie) está en ccr ppt, aql pi mmna…