No me gusta darles matarile a productos y tecnologías que apenas han tenido una oportunidad en el mercado, pero tengo que decirlo abiertamente: el Microsoft Surface Duo huele a muerto.
Es un tema al que hice referencia ya dos veces seguidas en octubre de 2019. Hablé primero de la rendición definitiva de Microsoft en móviles para luego reflexionar sobre por qué innovar es una mierda. El teléfono plegable de Microsoft no estará basado en Windows 10X, sino en Android, y ya sabemos que aparecerá en Estados Unidos el próximo 10 de septiembre por un precio de 1.399 dólares.
El precio es casi lo de menos: es carísimo —sobre todo teniendo en cuenta que ni siquiera es una pantalla plegable, sino dos pantallas unidas por una bisagra— y hace que de hecho los móviles con pantalla realmente plegable parezcan hasta baratos.
El problema, como dije también anteriormente, es que este dispositivo es el ejemplo perfecto de una solución a un problema que no existe.
¿Qué aportan los dispositivos con pantalla dual que hemos visto hasta ahora? Nada. Yo jamás he visto uno por la calle y no dudo que si alguien los ha comprado igual les está sacando partido. La expectación y el debate que han generado han sido inútiles, porque ni el precio acompaña ni las prestaciones son revolucionarias. Estos dispositivos son un mero intento de revolucionar un concepto que al menos de momento no necesita revoluciones. No, al menos, en cuestión de formato.
Lo he dicho antes y lo repito ahora, y por eso me extraña leer esa editorial buenista de Engadget en la que afirman que la propuesta de Google y Microsoft podría triunfar allí donde todos los demás (ZTE con su Axon M, Lenovo con su espectacular Yoga Book) han fracasado.
¿Cuál es la razón a la que aluden para mantener la esperanza? Las aplicaciones. Las mismas de las que hablaba Panos Panay, máximo responsable de la división de hardware de Microsoft, a la hora de explicar por qué se habían lanzado por Android y no por Windows.
Qué quieres que te diga: ningún mini portátil ha triunfado porque todos han acabado estando condenados por su precio, tamaño, teclado o prestaciones, y el Surface Duo es una buena mezcla de todos esos problemas.
¿Sabéis en lo que pienso cuando veo un Surface Duo? En esto:
O ya puestos, esto:
Estaría guay que los coches fueran anfibios y pudieran navegar además de ir por carretera. O que volaran, como propone esa empresa llamada Terrafugia que por molar mola como pocas pero que lo tiene igual de chungo pelota que Microsoft con los Surface Duo (o más).
Al coche, como al smartphone, no le pasa nada malo. Es una solución estupenda para el problema de la movilidad, y los problemas que tiene no son que no pueda usarse por mar y por aire, sino que genera mucha contaminación y muchos accidentes. Ambos problemas podrían solucionarse en una o dos décadas si como parece el coche autónomo y eléctrico acaban convirtiéndose en la norma, pero esas son revoluciones que no modifican los pilares básicos del coche y no tratan de convertirlo en algo que no es: aprovechan la infraestructura existente y la adaptan para mejorarla.
Estos engendros que nos están vendiendo Microsoft o Samsung —con su reciente Galaxy Z Fold 2, con un nombre absurdo y confuso que no ayuda a vender el producto— no adaptan la experiencia porque no hay nada que adaptar: no necesitamos un coche anfibio o volador porque ya tenemos lanchas, barcos y aviones, y no necesitamos un móvil con pantalla plegable porque ya tenemos portátiles y equipos convertibles.
La pantalla plegable en móviles es una idea simpática en móviles, no lo niego. El problema es que nadie ha logrado demostrar que sirva para nada. ¿Que puede que alguien lo haga en el futuro? Claro que sí, pero para eso necesitamos algo más que promesas y mensajes como el de Panay planteaba en su nota de prensa con ese «the Microsoft you love and the Android you know«. Más allá de cómo tira puñales a su socio, la frase tiene poco que hacer como argumento de venta de revoluciones.
Insisto: el Surface Duo está condenado. Y no es el único, por supuesto: a no ser que cambie mucho la cosa, los móviles con pantalla plegable también.
He podido ver en persona varios dispositivos plegables y creo que de todos los únicos que lo han hecho bien y con sentido es Motorola con el Razr, porque resuelve el problema de que los smartphones son cada vez más grandes y los bolsillos siguen siendo del mismo tamaño. Lo que no entiendo es la insistencia de los fabricantes en la idea de «La gente quiere tablets que quepan en el bolsillo» cuando no veo a nadie pidiéndolo, porque el 99 % de la gente tiene suficiente con el móvil tal cual es, para otras cosas tiene un ordenador o ya ni siquiera necesita uno.
Las tablets están un poco en tierra de nadie porque quienes les encuentran uso son gente con necesidades muy concretas, como los ilustradores y fotógrafos (artistas en general) que aman el ipad pro y el lápiz, o los lectores de cómic digital. Y en ambos casos les molestaría la bisagra de marras.
Por lo que: Si Surface Duo nació muerto.
Bueno, las tablets son muy útiles para mucha gente, pero no son productos que quieras usar en el metro o la calle como usas el smartphone. Diría que esto de los plegables es un quiero y no puedo. Quizás nos equivoquemos, Kheldar, pero yo los veo como productos de nicho súperreducido.
Creo que las pantallas plegables tienen futuro en el sentido de reducir de forma funcional el tamaño de los dispositivos, pero solo en el sentido del ya mencionado Razr, cosas como Surface Duo, Lenovo Yoga o dispositivos similares siendo optimistas es como dices: Un producto para un nicho muy concreto y muy reducido, siendo un poco más realistas un producto muerto porque esta incompleto, ni cumple adecuadamente con las funciones de un smartphone ni con las de una tablet.
Justifico su existencia como producto de la innovación tonta, los fabricantes buscan innovar en lo que sea y no se paran a pensar si es útil o tiene mercado. Me parece más importante que se centraran en solucionar problemas que llevan acarreando desde hace mucho como el que Android como sistema operativo vuelva inútil un dispositivo en perfecto estado pasado un tiempo o la duración de la batería.
La analogía con el Amphicar es buenísima 🙂
😉
Y ya puestos, ¿Qué opina del iPad Pro? Según yo lo veo es otra solución a un problema inexistente, no es más barato, útil, ni portátil que un ordenador portátil para aplicaciones profesionales. Y cada año le van añadiendo funcionalidad para hacerlo un poco más usable como tal, pero nunca llega al mismo nivel (ni llegará, creo yo).
Como solución multimedia no está mal, pero tampoco lo está una tablet por menos de la mitad de precio, incluido el propio iPad (air? Ya no sé ni cómo se llama el normal)
Esto lo digo como propietario de un iPad pro
Pues si me permites el comentario, dado que dices que tienes un iPad Pro, entiendo que no se te adapta.
Pero la afirmación que has hecho es demasiado general: yo también tengo un Pro y te aseguro que no hay un portátil que me de las mismas funcionalidades, ni en mi trabajo ni luego en mi uso personal.
Así que solución a un problema inexistente…hace más de 10 años que he ido buscando dispositivos que hicieran lo que necesitaba y el iPad Pro ha sido el único que de verdad lo ha logrado. Así que en mi caso es la solución perfecta a un problema que llevaba mucho tiempo sin respuesta. Y conozco bastante gente en la misma situación.