Esto no lo escribo en 2000. Ni siquiera en 2010. Lo escribo en 2020. Es importante que nos situemos, porque a estas alturas estamos bastante avanzadillos en temas tecnológicos. Internet va a toda pastilla, el coche autónomo está a un pasito de hacerse realidad, y nuestros móviles hacen cosas que no hubiéramos soñado hace una década.
Para algunos escenarios tecnológicos, no obstante, es como si siguiéramos en el año 2000. En Twitter un lector me enviaba foto con un producto de hace unos añitos: (¡gracias Alejandro!)
En la imagen, los AOL Avant, más conocidos como «Paquitos». Hay hasta un anuncio en YouTube de la época que en realidad eran las llamadas Intel Dot.Station que la firma presentó en 2000 para revolucionar el mercado de las «web appliances«. En España llegaron a través de un acuerdo con el BSCH (Banco Santander Central Hispano), y como contaban en 2007 en El País, fueron un timo. Había que pagar una cuota de casi 3.000 pesetas al mes y la mitad, por lo visto, ni se conectaron. En esta página rescatada gracias a Archive.org cuentan la historia en detalle.
Aquel producto estaba destinado, entre otras cosas, a que la gente pudiera hacer videoconferencias y hablar con otras personas conectadas. No funcionaba ni a tiros, pero es que estamos en 2020 y las cosas no han cambiado mucho.
De hecho ayer me sorprendía recibir una nota de prensa con un producto llamado ASUS Google Meet Hardware Kit: una solución de videoconferencias para empresas cuyo precio de partida (sin la pantalla) es de 2.000 euros. El kit se compone de un miniPC con un Core i7 (¿!para una videoconferencia!? antes era un ChromeBox como este), una webcam 4K UHD, la pantalla táctil de control opcional y el módulo de altavoz y micrófono que veis a la derecha.
No tengo ni idea de cómo funcionará el tema, pero me parece una burrada cobrar 2.000 euros por eso. Lo comentaba en Twitter y varios respondían comentando que las empresas llevan años intentando contar con soluciones que funcionen y que el tema es más complejo de lo que parece.
Manuti me contaba cómo en su caso han probado bastantes cosas profesionales como Cisco Webex o Lifesize y han comprobado en sus carnes lo de los jardines amurallados: funcionan bien si los usas con otros usuarios de Cisco o Lifesize, pero mal en entornos híbridos. Al final, decía, han acabado tirando de Microsoft Teams y (supongo) alguna webcam para coger toda la sala de reuniones o simplemente los portátiles de cada empleado. Que por cierto, en todas las imágenes promocionales salen así, sonriendo y en resolución 16K. Es mentira. Es todo una gran mentira.
La historia me dejó frío. Parece mentira, pero en 2020 no estamos preparados para hacer videoconferencia. Ahí hay dos razones que fallan:
- Webcam: ya lo dije hace poco. Estamos en 2020 y las webcam de los portátiles son una castaña. Eso no ayuda en nada a las videoconferencias, y al final la alternativa es usar la del móvil (con DroidCam) o comprar una webcam aparte, algo que está difícil porque las decentes (Logitech C920s es la que elegiría) se han agotado o han subido de precio de forma brutal por la demanda. Ese modelo que enlazo cuesta hoy 99,99 euros. Su versión normal, la C920, estaba a 37,40 euros el pasado Black Friday. Lo sé porque la metí en los Incognichollos en ese momento. Terrible.
- Aplicaciones: hay un jari importante a la hora de elegir aplicación para videoconferencias, aunque últimamente parece que Teams es la opción que está ganando enteros gracias a los problemas de privacidad que tuvo Zoom. Yo no me fío mucho de ninguna, así que uso Google Meet por tener Gmail y también Jitsi Meet. Pronto probaré WhatsApp con la familia. ¿Puntuación para reuniones de varias personas? Ni Google Meet ni Jitsi Meet aprueban. A estas alturas la latencia hace que constantemente se produzcan conversaciones inconexas en las que unos nos interrumpimos a otros. La calidad del vídeo no es suele ser buena, y unirse a las conversaciones a menudo no es trivial. Es increíble.
No solo eso: como hay tanta fragmentación, no hay una solución que «todo el mundo tenga», así que al final tienes que instalar varias para poder hablar con todo el mundo. En el trabajo he usado Cisco WebEx (cliente), Meet, Skype e incluso (alucino) llamadas de teléfono con presentación de apoyo por correo («ahora comentaremos la diapositiva titulada «blablabla»», en ese plan). Diría que Cisco es la que mejor se ha portado, pero si brillar especialmente.
No sé. No entiendo cómo a estas alturas no tenemos una solución más sólida en este campo. Para empezar con la familia y amigos siempre resulta mucho más sencillo hacer las videoconferencias con el móvil (sobre todo por la cámara frontal/selfie, mucho mejor para estas cosas que cualquier webcam), pero ahí la pantalla limita (a no ser que solo quieras ver al que habla) y las conexiones WiFi suelen fallar: es curioso, pero suele ser mucho más fiable tirar de datos móviles. Y da igual porque hagas lo que hagas suele pasar alguna de estas cosas (vía @antonello):
En el resto de casos, es como si la industria no quisiera plantear soluciones, y es un nicho que yo creo que tiene un potencial claro de aquí a los próximos meses y años. Diría que el principal limitación está en las webcams de nuestros dispositivos, y ahí tenemos muchas opciones:
- Portátiles: los fabricantes deberían prestar mucha atención a esto (y no a quitar los marcos de las narices, por Dios, eso no es importante). No creo que sea tan difícil poner una webcam de calidad y eso sería un argumento de peso ahora mismo (y no lo de «ahora con procesadores Intel de 10ª generación»).
- Televisores: lo apuntaba Manuti y estoy de acuerdo. ¿Por qué las Smart TV no tienen cámaras (con tapita para evitar a los cotillas)? ¿De verdad es tan difícil?
- Monitores de PC: tenemos algunos inventos con cámara como los Surface Hub de Microsoft y variantes como las Lenovo Smart Frame que son pintonas, pero ¿por qué no se dejan de tanta pantalla de 300 Hz y ofrecen un monitor simpático 1080p con una buena webcam y soporte de Windows Hello? ¿Tan difícil es? Hay algunos, sí —este HP EliteDisplay E243m de 250 euros parece una buena opción—, pero son la excepción, no la regla.
- Pantallas inteligentes: estas sí ofrecen esa opción desde el principio y pueden ser por ejemplo una curiosa forma de solucionar este apartado. Google con sus Nest Hub, Lenovo con sus Smart Display y Amazon con sus Echo Show (el de 8 pulgadas a 89,99 euros está bastante majo) deberían atacar por ahí.
- Webcams externas: Logitech tiene aquí mucha experiencia, pero ¿cómo es que apenas hay otros fabricantes destacables aquí? Demasiada marca desconocida que no impone demasiada confianza. No mola.
Los fabricantes tienen una oportunidad brutal aquí, y también los desarrolladores de software: si alguien logra resolver bien el problema, estoy seguro de que logrará que la gente apueste por ese producto o servicio. Me veo montando una startup y resolviendo el problema con una Raspberry Pi y una webcam, tipo esto. De verdad, no debería ser tan difícil.
Mientras tanto las videoconferencias seguirán siendo una pequeña pesadilla. A este paso igual en 2030 por fin esto está solucionado. O no.
Excelente tema. Y es verdad, estamos en 2020, hablamos de pantallas con resoluciones 8K y tenemos cámaras (y micrófonos) que no sirven para absolutamente nada. Ojalá este sea un aspecto que empiece a ser penalizado por los usuarios y se eleven críticas. A mí me sorprende cómo, por ejemplo, gran parte de la prensa, salvo Joanna Stern, no es más crítica con las marcas, especialmente con Apple y el nuevo Macbook Pro. Apple ha tenido años y años de actualizaciones supinas y nunca se atrevió a ofrecer una solución híbridas entre el ordenador y el móvil. Y eso que son los que más presumen de ecosistema. Ejemplo: si el iPhone 11 tiene una cámara tan buena, lo más normal es que exista una forma de hacer una conferencia en el Mac, pero usando el iPhone como cámara principal. Algo así como el Sidecar con el iPad. Supongo, por ahí irán los tiros de la WWDC…
La crítica existe, pero no es desde luego unánime, y en general la gente suele ser políticamente correcta porque saben que tras muchos productos hay trabajo serio de mucha gente que otros estropean. Uno de los últimos vídeos de Linus es una prueba de ello.
Apple desde luego no cuida mucho sus webcams, algo en lo que quizás podrían destacar como el resto. Creo que hay formas de usar el iPhone como webcam, por cierto, tipo DroidCam.
(Paréntesis, revisa un poco algunos errores del artículo)
Lo de los televisores me dejo pensando bastante. Tienen toda la razón! Ahora estoy frente a mi televisor y veo una pantalla de 48 pulgadas desaprovechada.
En comparación con una conferencia por el celular a una con un portátil en un plan tranquilo de familia amigos (no trabajo) fue mucho más cómodo contar con esas pulgadas de más. Y en un TV debe ser muchísimo mejor! Una razón de peso para comprarse un «Smart TV»
La verdad es que es un error típico mío, no reviso apenas y casi nunca reescribo, luego reviso que ahora tengo lío. En cuanto a lo de la tele, sí, es algo que parece obvio que las Smart TV integren. Curioso que no lo hagan a estas alturas, supongo que alguna se arrancará próximamente.
Javier, por favor, monta esa startup, no puede ser peor que lo que sufrimos ahora.
Si tú has sufrido esas videoconferencias, no te quiero contar yo usándolas para dar clase son 20 tantos alumnos. Insoportable.
Y mira que por mi parte estaba bien cubierto: la cámara del iPad Pro funciona perfectamente para eso. Pero el equipamiento de los alumnos no es así: algunos con webcams específicas, otros con móviles cutres a más no poder…y el software ha sido ya para morir. Todos daban problemas: Skype, Jitsi, Meet, Zoom… De todos ellos, este último ha sido el que se ha comportado decentemente: conexiones medianamente estables, poco lag, y lo más importante: la única que ha implementado bien el estar en segundo plano en iPadOS. De nada me sirve una app de videoconferencia si cuando intento escribir en pantalla con el Pencil se corta la emisión porque no han programado bien el funcionar en segundo plano. Ahora ya si se les ocurriera que puedo querer grabar la videoclase desde el propio iPad en lugar de tener que pedirle a un alumno que la grabe en su portátil…
En serio, si os parece que lo de la videoconferencia es un despropósito, usarlo para la educación online ha sido un infierno. Pero claro, lo de tener preparadas las plataformas propias de la administración, como una triste Moodle, que llevamos reclamando desde hace años pues es cosa muy complicada…
Perdón por el tocho, pero has tocado algo que sufro varias horas al día.
Quita quita, paso de startups 🙂 Yo doy ideas nada más. Lo de la educación online efectivamente es otro terreno en el que quedan clara las deficiencias, yo lo estoy viendo con mis peques. De eso puedo hablar otro día, ahora que lo pienso 🙂
Pues te aseguro que es un tema del que me encantaría leerte y ver la perspectiva de un papi especialista en tecnología.
Totalmente de acuerdo.
Fíjate el drama que se esta viviendo en muchos hogares ahora mismo: si los profesionales que están acostumbrados al tele-trabajo, con (en principio) mas recursos, tienen problemas para poder hacer videoconferencias «de calidad», los ciudadanos de a pie, que de un día para otro se han encontrado que tienen que montarse la oficina en el comedor de casa, con ordenadores mas o menos actualizados y muchos de ellos sin los conocimientos necesarios para hacerlo, ordenadores con mil programas/juegos/etc instalados consumiendo recursos, conexiones a internet sin el ancho de banda necesario, en ocasiones compartidos con hijos que tienen que hacer las tareas online en los mismos horarios que el padre/madre ha de tele-trabajar, etc
A modo de ejemplo: las penosas entrevistas que podemos ver cada día en los telediarios y programas de actualidad, donde los colaboradores/entrevistados aparecen a través de conexiones con audio entrecortado, pixaladas, deficiencias de iluminación, etc.
Para videoconferencias familiares, con tres o cuatro participantes, creo que lo tenemos solucionado con Whatsapp, JitSi o similar. Pero a nivel empresarial, creo que, como dices, todavía hay mucho camino por recorrer.
Un saludo,
Y luego está que si no haces videoconferencia con una biblioteca repleta de libros no eres nadie 😉
Dicho lo cual, sí: a pequeña escala todo más o menos bien como dices. Para educación y trabajo, chungo pelota. A ver si las empresas se ponen las pilas. Falta hace.
Pues sí, este tema es clave en estos momentos. Mi webcam es relativamente decente, pero es verdad que hay de todo. Aunque peor aun es el tema micros. Yo he tenido que probar todas las aplicaciones y Teams es la que mejor nos funciona, lo que pasa que mi empresa ha capado la opción de usuarios externos y hay que recurrir a otras. El otro día hicimos una con Gotomeeting con 25 personas y bastante bien también. Pero desde luego, aquí hay un campo de mejora inmenso.
No entiendo como se sigue oyendo infinitamente mejor (tanto por calidad de sonido como por retardos) una conversación telefónica normal. Y desde luego, la mejora en algoritmos que discriminen bien cuando se habla y cuando se están moviendo papeles es clave, porque tener que estar apagando y encendiendo micros no es operativo. Creo que eso, de momento, es más importante que los que distinguen tu imagen del entorno para ponerte un fondo.
Saludos
Lo de los micros yo diría que no es tan grave, pero supongo que en las conversaciones telefónicas se oye mejor porque suelen ser entre dos: diría que en cuanto empiezas a añadir participantes los sistemas de compresión se vuelven majaras. Y si no es eso no sé qué es, pero las empresas que desarrollan estas soluciones no parecen dar con la tecla.
Hola Javi, gracias por la referencia. De los Paquitos puedo aportar algunas pinceladas más ya que fui parte de todo esto por partida doble (como potencial usuario y como alguien muy cercano a las sucursales del Santander Central Hispano que alquilaban los terminales. Es importante remarcar que era el Banco SANTANDER Central Hispano y no Banco Central Hispano. Las filosofías de ambos bancos eran bastante diferentes, y de Central Hispano en 2001 ya sólo quedaba el nombre (que terminó por ser eliminado no mucho después)
En primer lugar, para comercializar el chiringo se aliaron Sol Meliá, Grupo Planeta, AOL y Banco Santander CH. Los 3 primeros de alguna manera sí podrían tener interés legítimo en comercializar este aparato ya que se iban a beneficiar en sus instalaciones o para su negocio. Pero el que no terminaba de encajar ahí era el banco.
https://www.europapress.es/economia/noticia-america-online-desembarca-espana-servicio-acceso-internet-traves-terminal-especifico-20010906072244.html
¿Qué pintaba ahí un banco si no era para aportar capital a la operación? La respuesta se vio poco después: El banco pensaba usar su cartera de clientes como clientes también de este nuevo producto. Estamos hablando de una época donde algunos bancos habían convertido sus sucursales (o empezaban a hacerlo) en tiendas de productos físicos y tenían vitrinas con cacerolas, móviles y un montón de cosas más.
De un día para otro, los empleados del Santander se convirtieron en agentes de telemarketing y tuvieron como misión durante las tardes llamar a sus clientes a ofrecerles un maravillo sofisticado y moderno ingenio para conectarse a Internet (Internet el futuro! en 2002!) . Primero se empezó por los mejores clientes, a los que llamaba personalmente el director y les decía «oye, que me acaba de entrar una cosa espectacular, pero sólo para los mejores clientes y rápidamente me he acordado de ti, que si lo coges te hago un precio especial de 3000 pesetas y blablabla». Los primeros mordieron el anzuelo porque todavía no sabía lo que se les venía encima pero al poco tiempo mucha gente ya sabía que era un regalo envenenado. El problema es que muchos incentivos y bonus en las sucursales (especialmente de los directores) iban ligados a colocar una cantidad muy importante de Paquitos (y digo MUY importante, en su momento tuve acceso a la cifra y no eran 20 ni 50). Para llegar a esta cifra los empleados de las sucursales también se llevaron un cacharro de estos a su casa.
El tiempo pasó, y aquellos que tuvieron su Paquito en casa descubrieron que aparte del alquiler había que pagar el de Internet (por entonces ya había tarifas planas por Infovía y empezaba el ADSL de Terra y Teleline) y las cuentas no salían. La mayoría de la gente ya tenía un ordenador en casa que funcionaba bien y que además era más útil que este chisme ya que los Paquitos no traían ningún método de almacenamiento (no tenían disketera y los usbs creo que estaban anulados como método de almcenamiento) que no fuera el disco duro, al cual se accedía de forma muy limitada. Es decir, que como navegador incluso era escaso.
Aquellos clientes que descubrieron la inutilidad del aparato intentaron devolverlo. Aquello también estaba previsto. Los empleados de AOL Avant cogían la llamada y tomaban nota para ir a recogerlo pero jamás iba nadie a buscarlo, y al cliente tampoco se le daba de baja alegando que no había devuelto el equipo, ergo le seguía interesando. La gente empezó a devolver los recibos consecuentemente y esto fue el principio del fin de los Paquitos.
No mucho después la alianza empresarial fue disuelta. Fueron cayéndose algunos de los participantes y en cosa de 2 años habían desaparecido todos.
Poco después, los retales aparecieron en Subastas PC, pero para hacerlos útiles, les quitaron el Linux capado que traían y le incorporaron un cdrom, habilitaron los puertos USB y más o menos lo convirtieron en un ordenador funcional. Teóricamente se le podía instalar Windows y llegué a conocer varios con él instalado, pero desconozco si lo traían o se lo metieron sus usuarios . Por si fuera poco, Subastas PC ya estaba asociada por entonces a algunas «irregularidades» en sus subastas y la mayoría tampoco fueron entregados a los compradores.
En cualquier caso nunca pasaron de ser una curiosidad, con poca utilidad real.
Espero que la historia haya gustado.
Fantástico comentario. Me ha encantado la historia, muchas gracias Alejandro!
El problema también ha venido porque de un día para otro todo el mundo a empezado a usarlas, no sólo porque sean más o menos capaces. En mi empresa, que tiene su negocio on-line, se usaba de forma habitual Blackboard Collaborate (lo que utiliza Moodle como solución para clases on-line), pues de repente dejó de ser usable y mis compañeros tuvieron que montar de forma urgente una plataforma alternativa utilizando Jitsi porque con Blackboard no había manera, así que en respuesta a Bardwolf, aunque tuvieras el Moodle montado con anterioridad, al usarlo de repente todo el mundo a la vez, hubiera resultado inusable de la misma forma.
En cualquier caso estoy de acuerdo, aunque tengas una plataforma de videoconferencia preparada para más de diez usuarios, una reunión en la que intervengan más de 3 personas no funciona.
Aunque en honor a la verdad tampoco funciona en modo presencial, como mi asistencia a reuniones de comunidades de propietarios me ha certificado, ampliada por asistencia a reuniones interdepartamentales en empresas grandes, no te digo ya si en la reunión estaban presentes diferentes empresas proveedoras…
Yo añadiría otra problemática más.
¿Que pasa con los que vivimos en zonas donde solo hay adsl?
¿Habéis probado a usar teams, 8×8, skype o google meet con 0,6 mbs de subida?
En teams la mitad de las veces tenemos pantallas apagadas porque es imposible y el audio tampoco va la mitad de las veces.
Es muy triste, en casos puntuales hay que tirar de las conexiones de movil o de llamadas telefónicas. Porque el adsl no da mas de sí.
Pero aquí y en otras muchas zonas es la única opción disponible en pleno 2020.
Pues esa es otra, efectivamente. No hay opción de bajar calidad? Eso sería útil en todos los casos, diría yo.
Ya bajamos la calidad, en teams apagamos el vídeo y las hacemos solo de audio. Ademas en teams es clave que el organizador el que comparta pantalla con gráficos planos etc… tenga fibra si no directamente no se pueda hacer. Así que tenemos que enviar primero al que tiene fibra el contenido de todos para que sea el quien lo comparta.
En 8×8 va al mínimo 320 x 280.
Pues todo ideal entonces 😛
Creo que gran parte del problema no está en los medios o servicios de videoconferencia, sino más bien en el lado de los usuarios.
Por un lado, es cierto que las webcams y micrófonos integrados no son tan buenos como deberían. Pero sobre todo los problemas vienen por el lado de asumir que hacer una videoconferencia es como hablar cara a cara con alguien sentados en una mesa.
Es fundamental prestar atención a pequeños gestos que van a aumentar la calidad de la conversación de manera notable.
Primero: si no dispones de un micrófono de gran calidad, SIEMPRE debes utilizar unos auriculares (mejor si tienen micrófono para no usar el integrado del portátil). Esto evitará el retorno del audio.
Segundo: usar el mute. Si no estás hablando, corta tu micrófono. En micrófonos integrados en el portátil, si estás tecleando a la vez que haces la videoconferencia, muchas veces se escucha el ruido de las teclas y molestará bastante al resto. Otras veces, crees que el murmullo de fondo no se coge, pero hay muchos micrófonos sensibles que meterán ese ruido en la conversación nuevamente molestando lo que escuchan los demás.
Tercero: mantén la cámara quieta. En un portátil es más raro no tenerlo quieto en la mesa, pero si se usa un móvil, mantenerlo a pulso en la mano afectará a la calidad del vídeo. Apóyalo en algún soporte.
Cuarto: mantener el orden y turnos. Recordemos que no es una conversación del bar. Al igual que en llamadas telefónicas si hablan dos a la vez no hay quien se entere, aquí pasa lo mismo. Sólo de habla de uno en uno.
Quinto: iluminación. Poca luz afectará a la calidad del vídeo, sobre todo si la cámara no es muy buena.
Sexto: EL WIFI es cómodo, pero no es lo mejor. Si tu router no es muy bueno y la señal es débil, la calidad mermará de forma notable. Si usas el portátil para hacer la vídeo y estás al lado del router, usa un cable de red en lugar de la WIFI.
He usado múltiples servicios de videoconferencia, a nivel personal y profesional, y os puedo asegurar que por ejemplo, Google Meet o Jitsi dan una calidad muy buena, con más de 5-6 participantes.
Los aparatos de videoconferencia profesionales, no tienen nada que ver con lo que te ofrece una cámara integrada. Micrófonos y cámaras que detectan automáticamente quién habla en la sala, le enfocan y hacen zoom (óptico, por supuesto). Corrección de iluminación, micrófonos de calidad y reducción del ruido ambiental, distribuidos por varios puntos de la sala, etc. Eso justifica los altos precios.
Muy buenas apreciaciones. Todas ellas pueden ayudar a que efectivamente la conversación no se convierta en una pesadilla aún peor, así que gracias. Yo me refería más a la parte tecnológica y los medios de los que disponemos, pero bien por esos consejos.
Ahora que lo dices, de hecho, se me ocurre que las aplicaciones de videoconferencia para grupos de varias personas deberían funcionar de forma distinta precisamente con algunas de las ideas que mencionas de soluciones profesionales. Estas soluciones ya ponen en primer plano al que habla (al menos Meet lo hace), pero quizás un sistema de silenciado automático y de petición de turnos más visible sería importante para que todo fuera mejor.
Bien por los consejos, gracias!
Muchas gracias por el tema, Javier. A mí me toca directamente, puesto que soy profe de español y ahora doy prácticamente todas mis clases en línea. Es curioso, como dices, que siendo tan fácil incluir una cámara de cierta calidad en los portátiles los fabricantes no lo hagan. Yo, que tengo un ASUS TUF GAMING, que es un portátil de prestaciones medio-bajas, nunca uso la cámara que incluye porque tiene muchísimo ruido, y necesito una cámara en condiciones cuando uso objetos o algún dibujo en papel para mis clases, así que he optado por la del móvil, pero no es una solución viable a largo plazo (¿se viene una comparativa de webcams?).
Y a todo esto, la aplicación que mejor me ha ido ha sido Zoom, problemas de seguridad aparte. A las otras, especialmente a Skype, les falta cierta flexibilidad para el tema de las clases en línea, aunque tengo pendiente probar Microsoft Teams.
¡Saludos!
Uf, me temo que no puedo asumir una comparativa de webcams, al menos no una con producto físico. Igual puedo al menos hablar un poco de lo que hay en el mercado. En tu caso parece claro que sería bueno tener una webcam 1080p en lugar de usar el móvil.
Dicho lo cual, tampoco estaría de más que algún desarrollador software permitiera usar el móvil como webcam de forma algo más sencilla. Con Droidcam la cosa funciona, pero no es especialmente espectacular. Gracias por tus comentarios sobre las apps, a mí Zoom me sigue dando miedito aunque anunciaron hace poco que pronto ofrecerán cifrado de extremo a extremo, veremos si con eso la cosa mejora.
Para VC a nivel corporativo en la empresa que trabajo los usuarios ejecutivos utilizan unas salas con equipos de Telepresencia Cisco y la verdad es que es casi como tener a las personas cara a cara, de hecho la finalidad de esta Telepresencia es que en el caso de negociaciones puedan verse las reacciones de las personas que interactuan.
Ahora para los mortales creo que Teams y Skype son lo suficientemente usables, uso mucho Teams y Zoom aunque me es más cómodo por costumbre Teams.
He visto esas salas en su web y son la pera, ciertamente, pero es inviable plantear esa opción para la gran mayoría de casos. Este era un tema más de cara a usuario final, y como dices hay aplicaciones usables. A ver si todas ellas mejoran junto a esa necesaria mejora en el hardware y en su disponibilidad.
1. Portátiles. Como ya comentamos, los márgenes tienen que estar muy justos en el sector cuando racanean en cámaras o en meter bloatware. O cosas como enchufar el lector de tarjetas al puerto USB 2.0. O, ¡qué demonios!, poner un par de puertos USB-C y tirar millas (aunque te entren 4).
2. Televisores. Poca memoria. Los hubo tanto de LG como Samsung y los gritos airados con la privacidad como bandera resonaban en toda la red. Multitud de artículos desgranaban las posibles amenazas a la privacidad. Resultado, los fabricantes han pasado.
3. Monitores. Producto de nicho con ventas de producto de nicho. De ahí que puedas encontrar un puñado de modelos y da gracias. Además creo que será normal que la cámara que incorporan sean del tipo de las que ponen en portátiles.
4. Cámaras web. Acabada la era messenger, se convirtió en algo secundario para el mercado. La cámara frontal en los móviles atrapaba y sigue atrapando a los usuarios casuales (la cultura del «self-way-of-life») y en el ámbito profesional su uso se redujo a algo con lo que fardar en la sala de conferencias con los clientes. Para todo lo demás, email o me mandas los papelillos por mensajería.
Y, luego, nos pasamos por España. Aquí la modernización en el ámbito de la oficina desde el 2000 se ha detenido en el email y en intrincar miríadas de Excels con fórmulas y VBA. Lo de los servicios de gestión (BD, software específico) corriendo servidor dedicado, local o remoto es sólo para «grandes empresas». Lo del teletrabajo, las videoconferencias y la intranet es sólo para las multinacionales «moennas». Y etc, etc. Mucha pequeña y media empresa ha estado trabajando hasta marzo de 2020 como en 1999. Y ahora viene el golpe y la actualización apresurada de 20 años en apenas un par de meses. Ya pasó con las administraciones públicas en 2016-2017 (leyes 39 y 40/2015), actualización que sigue incompleta, y que ahora por lo que me han contado conocidos que trabajan en la administración local va a dar un paso más ofreciendo gestión de citas online (presenciales, telefónicas o videoconferencia). Eso sí, sin olvidar que esto es España y sobre tener monitores decentes y webcams todavía no han dicho nada.
De administración pública no hablo que es otro jardín. Todo lo que comentas bien pero te condenas a tu discurso, que era ese antes del COVID-19. Ahora las necesidades parece que han cambiado y cambiarán, y esa es una oportunidad para los fabricantes si quieren aprovecharla. Integrar webcams medio decentes en una tele con una tapa (o un interruptor hardware) no es tan difícil y cubrirías una necesidad mucho más frecuente ahora de lo que lo era antes.
Da igual que tengan tapa o interruptor de hardware. La desconfianza está sembrada, abonada y florece.
Cierto. Y lo gracioso es que todo vamos con un micrófono y una cámara en el bolsillo y no parecemos desconfiar mucho de ellos.
Argh.
Pues sí. Ese no importa ya sea porque llevamos ese micrófono desde que llevamos móvil encima y no nos parece raro aunque los móviles de ahora no tienen nada que ver con los de hace 20 años, ya sea porque vemos un anuncio lleno de candaditos y nos creemos lo que nos cuenta en él la empresa de turno XD