Hay muchas frases míticas en ‘El sargento de hierro’ (‘Heartbreak Ridge’, Clint Eastwood, 1986) aplicables a todo tipo de situaciones cotidianas. Yo hubiera usado una hoy si hubiera podido decirles algo a los señores de Xiaomi tras el evento que han celebrado para presentar nuevos móviles. Les hubiera dicho aquello de «No empecemos a chuparos las p***** todavía» que también Tarantino aprovechó en ‘Pulp Fiction’.

Lo hubiera hecho sin dudarlo. Sobre todo después de haber visto cómo presentaban el Mi MIX Alpha, un concepto que al menos en una reflexión rápida me parece una solución buscando un problema. Hablaba de este tema hace unos meses con motivo del CES, y hoy vuelvo a hacerlo en la distancia brevemente porque parece que la industria no se entera.

Lo del Mi MIX Alpha es sencillamente prodigioso. Una maravilla técnica que demuestra hasta dónde se puede llegar con la tecnología. El problema es que el hecho de poder hacerlo no significa que debamos hacerlo. No cuando frente a las ventajas del dispositivo encontramos desventajas importantes. Si uno hace una lista rápida se da cuenta del trasfondo de la cuestión.

• Desventajas
  • Falsos positivos al manejarlo y tocarlo por todos lados
  • Frágil
  • Consumo
  • Coste
  • Forma sobre función: ese diseño tan llamativo puede comprometer otras funciones (como el citado consumo de la batería)
    
• Ventajas
  • Mola

No se me ocurren muchas más ventajas para el Mi MIX Alpha. Básicamente es un producto que para mí Xiaomi ha hecho porque podía hacerlo. Sin más. No veo que solucione ningún problema, algo que sí veo en los dispositivos plegables, y no veo que el formato plantee un paradigma de uso mejor del que tienen los smartphones actuales, que una década después diría que aun con pequeñas mejoras iterativas han encontrado su formato ideal.

Importa que sean grandes, con pantallas que ocupen todo el frontal (para ver más información en una diagonal contenida), que tengan buenas cámaras y que tengan buena autonomía. Lo demás es más o menos secundario y ningún fabricante destaca especialmente de los demás en casi ningún apartado, pero es lo normal. Solo los plegables tienen aquí margen para plantear una (pequeña) revolución, y no tengo claro que su coste, al menos al principio, justifique las ventajas que ofrecen. Me recuerdan de hecho a los móviles modulares y a aquel proyecto ARA de Google que parecía estupendo hasta que dejó de parecerlo. Aquello -curioso- parecía una solución que había encontrado un problema. Finalmente no lo hizo.

Con el Mi MIX Alpha no veo qué problema se soluciona. Tampoco lo vi con la Touch Bar de los MacBook Po, por ejemplo, o con muchos de los proyectos de Kickstarter, que en muchos casos realmente es un escaparate de soluciones buscando problemas.

Luego, claro, hay productos que nos sorprenden encontrando ese problema que solucionar. Recuerdo el primer Galaxy Note de 2011, por ejemplo, aquel phablet con una diagonal absurda -muchos la vieron así- de 5,3 pulgadas. A quién se lo ocurre, Samsung, pensábamos todos. Ahora, claro, nos tragamos nuestras palabras. También recuerdo aquel primer Mi MIX que nos mostró un mundo de pantallas sin marcos -yo no acababa de verlo claro tampoco, me parecían productos muy frágiles- y que se llevó al gato al agua triunfando con una tendencia que ya se había visto algo antes con productos visionarios como el Sharp AQUOS. En ambos casos teníamos características que efectivamente sí planteaban una reflexión sobre su relevancia. Oye, igual tienen su aquel, dijeron algunos. Y vaya si lo tenían.

Con el Mi MIX Alpha yo no veo ese aquel. Es el triunfo de la forma sobre la función. Es un puñetazo en la mesa para decir eso de «aquí estoy yo y aquí están mis coj****». Es una flipada, sin más. Un gimmick.

Es una solución buscando un problema. Insisto. Uno que, al menos a priori, no existe.

Pero oye, cómo mola.