Soy de molestar poco cuando escribo. Ya me entendéis: intento no meter demasiadas cuñas dentro del texto, y prefiero que mis laureados artículos aquí y allá se puedan leer del tirón y sin demasiadas interrupciones. Enlaces, sí, claro, que para eso estamos publicando online, pero en todo lo demás —imágenes, textos, vídeos— trato de ser moderado y añadir solo cuando el texto necesita esos elementos para ser totalmente entendible.
Esa es la razón por la que durante casi toda la andadura de Incognitosis no habéis visto publi —los Incognichollos empiezan donde acaban mis historias— y por la que tampoco meto popups o anuncios en medio de la página que apunten a mis campañas en Patreon o LiberaPay. Lo hice un poco en cierta época, pero aquello no me convencía: el que quiera donar ya debería saber cómo.
Ese amor mío por la simplicidad tiene varios enemigos, y entre ellos están los avisos de privacidad que son obligatorios y que yo jamás he incluido en el blog. Supongo que me arriesgo a una sanción con este tema, pero no soporto que me hagan hacer clic constantemente en esos mensajes que me avisan de que se están registrando las cookies —este complemento para Firefox evita esa molestia (¡gracias Jose Luis!)— o, tras la aprobación de la GDPR, la aceptación de esas cookies o su modificación si quiero solo aceptar algunas. El fondo de la GDPR es bueno, pero su ejecución es el horror, y desde que ha aparecido no hay día que no visite una web y me salten esos mensajes para configurar qué cookies quiero aceptar y cuáles no, a menudo con un panel críptico que o no te deja hacer lo que quieres o al que le tienes que dedicar demasiado tiempo para hacerlo.
¿Qué haces al final? Rendirte y aceptar todo.
Así me veo un día y otro haciendo clic para confirmar que soy consciente de que se registrarán las cookies, o para no recibir notificaciones del sitio, o para no establecer esa página como la página de inicio por defecto, o para certificar que soy mayor de edad, o para suscribirme a una newsletter, o para responder a una encuesta, o dios sabe para qué narices más. Para cuando llegas al contenido estás agotado y enfadado: esta no es la experiencia que yo querría para los internautas, pero es la que se ha impuesto en el mercado actual.
Every website in 2018 pic.twitter.com/Gm7jhfuuUO
— Daryl Ginn (@darylginn) October 20, 2018
Lo explicaba de forma genial en Twitter un diseñador y desarrollador web llamado Daryl Ginn, y en su pequeño GIF animado de medio minuto hacía un potente resumen de cómo son las páginas web hoy en día. Como dicen en los comentarios de ese tuit hay cosas que no ha puesto, como los reCaptcha, los «estás usando un adblocker», los vídeos y GIFs animados en reproducción automática (el horror), los «suscríbete para leer la noticia completa» o «haz clic para leer más». Pero os hacéis una idea: la web se ha convertido en un sitio lleno de interrupciones que no deberían estar ahí.
Quizás los navegadores deberían comenzar a implementar algún tipo de medida para evitar ese problema. Igual existe, ojo. Un «dile a todos los sitios que visito que acepto sus cookies». O «dile a todos los sitios web que no (o sí) quiero suscribirme a su newsletter». Y así con todos esos molestos mensajes que aparecen por doquier y que perjudican la experiencia de uso.
Es una lástima que hayamos llegado a este punto, y me pregunto si quienes se encargan de regular estas cosas no sufren esos problemas. Porque digo yo que quienes crearon la GDPR son seres humanos que visitan páginas web de cuando en cuando: si lo hacen, seguro que han vivido esa frustración nuestra y del creador del GIF. Una regulación más uniforme y completa en la forma de implementar esas medidas sería de agradecer, pero que yo sepa no hay planes de hacer algo así en el futuro.
Y así, queridos lectores, es como habéis llegado al final del post. Sin interrupciones (espero). Ahora sentíos libres para apuntaros a mi newsletter o comprar algún Incognichollo y así llevarme yo una (pequeña) comisión. Y si queréis apuntaros a Patreon (a Liberapay mejor no, que están reformando el servicio), fenomenal. Cuidado si no lo hacéis, que igual me convierto en una de esas web de pesadilla con un montón de mensajitos emergentes y de anuncios y banners por todos lados. Preparaos para un Incognitosis en versión Popup.
Miedito.
Para acabar con los dichosos mensajes de las cookies te aconsejo el plugin de firefox «I don’t care about cookies», es un descanso.
Qué bueno. Gracias José Luis 🙂
Gran descubrimiento. También lo hay para Chrome, Opera y Pale Moon. Muchas gracias por el aporte.
No soy alguien especialmente aficionado a las nuevas tecnologías y, sin embargo, desde hace unos meses puedes considerarme un lector asiduo a tu blog. Había algo más allá del contenido que no identificaba pero que sentía que me hacía llevadera la lectura y fíjate que va a ser esto. Si te cae sanción por lo de la privacidad, aquí tienes uno que aportará para el pago de la multa.
Por cierto, saludos a Javi y al resto de lectores, no suelo comentar porque no considero que tenga mucho que aportar, pero por aquí les leo.
Muchas gracias Julio, comentarios como este me animan un montón, y aunque muchos lectores ya han dicho de cuando en cuando lo mismo —»no tengo nada que aportar»— que sepas que seguro que muchas veces sí puedes hacerlo: una opinión, una experiencia personal o un pequeño mensaje de ánimo como este siempre es súper bienvenido.
¡Saludos!