Mi profesor de autoescuela era un capullo. Un tipo que iba de enrolladete y que aún con aquella tierna edad mía —algún día quizás cuente la historia completa de mi carné de conducir— detecté que era un avispillas.
Y sin embargo, recuerdo aquellas primeras clases y la sensación —por fin— de conducir por mí mismo. Aquello me parecía la pera limonera. Lo más de lo más. No me gustaba conducir. Me encantaba.
De un tiempo a esta parte mi relación con los coches se ha deteriorado.
Es raro, porque mi padre trabajó en el grupo PSA toda su vida. De hecho fue jefazo en la fábrica de Villaverde, donde empezó cuando aún se llamaba Barreiros. Conoció a aquel ‘Elon Musk’ en pequeño de la época —si no os sabéis la historia, indagad un poco—, por ejemplo, y su trabajo fue durante buena parte de su vida su pasión. Mi hermano siguió sus pasos y también trabajó muchos años en PSA, aunque hace un par de años cambió de tercio cuando vio que las cosas en el grupo andaban un poco achuchadas.
El caso es que eso me dio la oportunidad de ir en y conducir unos cuantos coches del grupo. Recuerdo con especial cariño el Chrysler 180 de nuestra niñez (de los Simca mejor no hablar), el primer Peugeot 205 y por supuesto el Peugeot 307 CC que una vez probé (ya como conductor, tras algunos modelos anteriores) acabé quedándome (disclaimer: no me comí un colín con él por muy descapotable que fuera). Me encantaba también conducir aquel coche, pero hacerlo en atascos y con estrés para ir y venir del trabajo durante mis años pre-teletrabajador acabó dejando huella.
Aquello ya no me molaba (tanto).
Perdí bastante el interés por el mundo del motor, que recuperé en parte cuando Tesla nos maravilló a todos con la revolución de los eléctricos y la promesa de que además serían autónomos. Eso ha acabado siendo un poco pufo de momento, y tanto uno como otro testigos han sido ya recogidos por otros fabricantes y desarrolladores. Pocos coches convencionales me emocionan, pero desde que empecé a leer (y escribir) sobre el Tesla tuve claro que ese era el siguiente paso de la automoción.
Durante todo este tiempo no he podido apenas trastear con coches eléctricos. Soy un necio en temas técnicos, casi no sé ni cambiar el agua del limpiaparabrisas y hace tiempo que pasaron mis días de meterle caña al coche de turno. Conduzco en modo abuelete, diría, así que entre eso y que lo mío son los ceros y los unos las opciones para probar son limitadas.
Pero claro, los coches son cada vez más ordenadores con ruedas, así que de cuando en cuando hay oportunidades para trastear con ellos. En los últimos tiempos he probado alguno que otro muy brevemente (soy ese que hizo el peor tiempo de la historia del circuito de Ascari con un VW Polo armado hasta los dientes) pero la semana pasada nos ofrecieron probar un VW e-Golf, la versión 100% eléctrica del Golf de toda la vida. El resultado de esa experiencia está aquí.
En ese texto he dejado claro todo lo que me ha transmitido el coche. No porque sea un VW e-Golf. Lo mismo hubiera sentido con cualquier otro eléctrico del mercado, y de hecho poco antes había probado un prodigioso Jaguar I-Pace durante un par de horas. En aquella ocasión no hubo mucho margen de maniobra, pero tener un eléctrico toda una semana me ha abierto los ojos aún más de lo que los tenía.
Esto, queridos lectores, es el futuro. No hay más.
Ya sé, ya sé. No estoy diciendo nada nuevo. Muchos lo han dicho antes y mejor que yo, pero por si acaso no les habéis leído o no os fiáis, creedme: esto es el futuro. De hecho el futuro son los eléctricos y autónomos, pero esos tardarán un poco más en llegar.
La diferencia en la experiencia de conducción es tal que es como ir en triciclo y pasar a la bici. O como ir a una bici sin marchas y pasar a una con marchas. O como ver una peli en VHS y luego verla en 1080p. Es un cambio tan evidente, tan claro, tan a mejor, que es imposible no ver que es lo que está por venir para todos.
Hay algunas pegas, claro. La infraestructura de puntos de carga es aún una castaña pilonga (no tuve narices de recargar el coche), la autonomía es aún algo pobre, los precios de estos coches eléctricos son bastante más altos que el de sus equivalentes con motores de combustión, y además está el problema macroeconómico y macroenergético: las petroleras no van a dejar que esta revolución les arruine su negocio, y veremos cómo se lo montan las eléctricas (y los gobiernos), que tendrán que producir mucha energía y muchas baterías para almacenarla ante la demanda que se avecina. El problema es gordo, pero creo que asumible y perfectamente solucionable. Puede que tarde algo más de lo que muchos querríamos, pero al coche de toda la vida le quedan dos telediarios. Mis hijos no lo conducirán, eso seguro. De hecho, diría que mis hijos ni siquiera se sacarán el carné de conducir. No tendrán que hacerlo. Los coches autónomos se encargarán de eso, pero esa es otra historia.
La que nos ocupa es la de los eléctricos, que como digo son ahora mismo una promesa excepcional de lo que llegará. Lo de conducir casi con un solo pedal (gracias a la frenada regenerativa), el silencio, la suavidad… es todo como volver a esas sensaciones de las clases de conducir.
De repente me volvió a encantar hacerlo.
Quiero uno de estos. Probablemente tarde en caer —a nuestro Kugita le queda guerra que dar, espero— pero caerá. Y entonces volveré a disfrutar (más) de conducir. Y probablemente volveré a aburrirme de hacerlo. Y entonces llegarán los coches autónomos y no tendré que conducir nunca más. Y creo que seré de esa inmensa mayoría a quien eso no le importará en absoluto.
Mientras tanto, a disfrutar y a sufrir de nuestros coches con esos antediluvianos motores de combustión. Disfrutadlos como digo todo lo que podáis, porque pronto serán como las pesetas: hablaremos de ellas en pasado remoto, y las nuevas generaciones ni entenderán que hubo un tiempo en el que los coches no eran eléctricos.
Precaución, amigos conductores.
Veras, se que el futuro en automocion queda un poco mas lejos de lo que nos venden, es mi opiniòn.
1- Que alguien me explique porque un coche a pilas es mas caro que uno normal, un motor electrico y una bateria, y ella sola hace que tooooodo el coche resulte mas caro.
2- Aun, no me ha dicho nadie si toda la energia electrica en la que voy a enchufar el coche es ecologica, o procede de una termica o de una nuclear.
3- Una vez gastadas, las baterias, con el numero de vehiculos que hay circulando, imagina que son electricos, tenemos un buen numero de baterias, no utiles contaminando.
4- Sabes en que consiste el placer de conducir en moto, simplemente un scooter, te da el aire, eres libre de ir donde quieras y te da el aire, en un coche, disfrutas del placer de conducir, ir donde quieras, y no te da el aire, en un autonomo, lo mismo, pero pierdes el placer de conducir, simplemente porque no te gusta, conduce otro, y TU, vas a pagar 20000 EUROS porque conduzca otro?, no lo creo, sale mas bartato un taxi y el transporte publico.
Creo que nos quieren vender la moto, y que la paguemos nosotros,
Pero es mi opiniòn (perdona el tocho)
1.- Porque se fabrican con suerte miles de unidades mientras que de los otros se fabrican millones. Si sólo se fabricara una unidad de cada tipo de vehículo, sería más barato de fabricar el eléctrico.
2.- Incluso quemando carbón para producir electricidad, es más eficiente un coche eléctrico. En una central térmica se pueden aplicar medidas de reducción de emisiones y a favor de aumentar la eficiencia que son o imposibles de trasladar al motor térmico de un coche o simplemente demasiado costosas. Las centrales térmicas pueden llegar a un 40% de eficiencia, tal vez algo más, que son cifras con las que los motores de combustión de nuestros vehículos ni sueñan. Además es energía producida en el propio país o en sus cercanías, no hay que traer zumo de dinosaurio desde la otra punta del globo al precio que pidan.
3.- A diferencia de lo que sale del tubo de escape de tu coche, que convertirlo en combustible otra vez es caro y energéticamente ineficiente, una batería que ya ha llegado al final de su vida útil contiene exactamente la misma cantidad de litio y otros materiales «raros» que cuando salió de fábrica. Teniendo en cuenta que en el caso de los coches eléctricos estamos hablando de packs de baterías de miles de euros, hay un interesante negocio en ciernes para el reciclaje de batería.
4. La conducción autónoma va a acabar llegando independientemente de cómo se propulsen los vehículos. Llevamos unos años en los que se están incorporando esos sistemas a los vehículos de combustión que se ponen a la venta. Es algo gradual y, al parecer, imparable. Hay quien vincula la conducción autónoma al coche eléctrico cuando es algo totalmente independiente.
Salvo en el tema de las necesidades energéticas, que serán enormes y veremos cómo se solventan, buenas respuestas 🙂
Vaya por delante que no estoy de acuerdo con el modelo energetico, quemar una cosa para producir energia y movimiento me parece tan «arcaico» como quemar leña en un agujero en la parde para calentar una casa.
Perooooo, tu te has dado cuenta de los podrias, deberias, y negocios que surgirian, es decir futuro pluscuanperfecto del «a lo mejor sucede», de tu respuesta (con todo el respeto no me malinterpretes).
La cuestion, es que el coche electrico lo subvencionamos nosotros, lo pagamos nosotros, Y ELLOS NOS CAMBIARAN LOS IMPUESTOS, sera como lo del tabaco, si es malo , prohibido, es como lo del alcohol en la ley seca, era por la salud de los americanos
A mí es que me encanta engranar marchas, hacer punta-tacón y cambiar en la línea roja. Para mí, el fin de los motores térmicos es un drama. Un auténtico drama. Poca broma.
Ayer mismo me topé en mis andanzas youtuberas con esta charla de hace 4 años nada mas y nada menos sobre esto mismo. Lo que se comprueba es que por ahora todavía no vamos a ver coches eléctricos por las calles en masa, mas que nada porque está bastante claro que esto es muy disruptivo para los fabricantes, que seguramente tendrán un buen pedazo del pastel del poder en sus manos. https://www.youtube.com/watch?v=O86jqLPnNIQ
¿Antediluvianos? En realidad el motor alternativo es más moderno que los eléctricos, que ya eran estupendos hace más de un siglo.
El problema no son los motores sino sus baterías y no te creas que está resuelto. Una infraestructura amplia de puntos de recarga puede ayudar a paliarlo. Sólo eso.
Porque el litio da para lo que da, que no es mucho (más) , por lo que todavía se van a vender muchos cientos de millones de coches con motor alternativo antes de que demos con la tecla. Por suerte o por desgracia, el zumo de dinosaurio ( y el gas natural) son un gran regalo, energéticamente hablando.
Así que puede que las ciudades del primer mundo se llenen de eléctricos en los próximos años, pero sólo serán una parte del creciente número global de automóviles, en su mayor parte con «antediluviano» motor alternativo.
«Imparable», «futuro»…. pues no sé yo. Llevo oyendo esto durante años, viendo reportajes sobre prototipos y viendo que los cacharros producidos en serie que son alternativa a los de motor de explosión apenas logran destronarlo, pues va a ser que no. La cuestión es muy sencilla: nuestro modelo social de transporte y trabajo viene de una era en la que se retiró a unos medios (por ejemplo, el tren y los tranvias) por otros, propulsados por una energia barata y abundante. Los fabricantes lograron convencer a los estados de emplearse a fondo en infraestructuras de largo recorrido impensables
antes del siglo XX (las grandes autoestopistas). Semejante desarrollo e inversión no lo volveremos a ver pronto, es más, parece que el coche electrico es un apaño para la movilidad individual en nuestras ciudades (para trayectos mas largos ya veremos si todos podremos permitirnoslo) mientras evaluamos qué hacer con el petróleo y sus derivados. Resulta muy sintomatico del estado de las cosas que este proceso sea tan lento: al vehiculo de explosion y sus autoestopistas sólo le llevó unas pocas décadas ( veinte años a lo sumo) desplazar de forma mayoritaria a medios como el tren, que se relegaron en mayor medida a usos de mercancias. Y eso tomando como ejemplo EEUU…
Así que es normal que la cosa vaya lenta: el Estado, que es el principal actor y regulador ya no tiene tanta «guita» para soltar, y va con pies de plomo (contexto económico frágil e imprevisible), y las empresas ni de coña van a asumir el papel de estandarizar y normativizar el coche electrico mientras el coche de motor de explosión sea rentable. Se venden millones de coches, y para muchos son la única forma práctica y relativamente asequible de ir al trabajo en grandes distancias. Si no hacemos un coche electrico fácil de fabricar, economico y practico (gran autonomia y maletero ) , cuyo rango de precio (por ejemplo, en Europa) sea entre 10.000 y 15.000 euros… lo veo crudo. Salvo que el objetivo sea sólo venderlo a una clase media menguante. Hace falta un Henry Ford de la automocion electrica para ello, y no se si las condiciones son optimas para que se dé un tipo así. Salvo que se permita vender en Europa al fabricante chino BYD, el mayor fabricante de automoviles electricos… humm…. Ven por donde van los tiros, ¿no?
Por desgracia las baterías de litio que usa cualquier vehículo eléctricos son demasiado caras aún, este problema es concretamente la piedra angular que sostiene el alto precio y las pocas ventas de éstos. No se si tardará más o menos en abaratarse el precio de dichas baterías pero cuando llegue ese punto se harán masivas las ventas de vehículos eléctricos frente al resto.
Creo que los diferentes gobiernos e instituciones deberían tomar la enorme oportunidad que realmente les está dando la situación actual para preparar las infraestructuras que tenemos, ahora mismo hay pocos vehículos eléctricos en circulación y no hay problemas en cuanto al transporte, generación, y almacenamiento de energía, dentro de unos años sí los habrá. A día de hoy hay 30 millones de vehículos en circulación de los cuales 22 millones son turismos según un documento de la DGT de Mayo de 2017. Si un 10% de esos turismos fueran eléctricos serían 2.2 millones de coches. Pongamos 2.2 millones de coches a cargar durante la noche con un cargador lento de 2kW de potencia. Esos son 4 400 MW de potencia. El consumo de ayer (27/06/2017) por la noche estaba entre los 25 000 MW y los 30 000 MW, es decir, esos 4 400 MW extras ayer habrían sido entre un 14% y un 18% más de potencia constante consumida a lo largo de toda la noche. Ahora imaginad los picos de potencias que habrá cuando la gente usen cargadores rápidos o extra-rápidos, y sobre todo cuando lo usen en «hora punta». Si actualmente ya petan transformadores y condensadores de subestaciones en los días de calor poner muchos aires acondicionados, si a día de hoy hay fábricas (aquellas que consumen varios MW de potencia) que tienen que hacer más horas nocturnas que diurnas porque pueden tener problemas y dejarles el trabajo a la mitad al hacerlo en horas horas puntas, imaginad si no preparamos bien nuestras infraestructuras.
PD: Los datos de consumo actual del país y otros datos interesantes podéis encontarlo en Red Eléctrica Española. Esta web por ejemplo te da datos de consumos en tiempo real en la península: https://demanda.ree.es/visiona/peninsula/demanda/total
Un saludo !
El tema, José, es que por poder podríamos hacerlo, adaptar las infraestructuras a ese proceso , pero:
1) Gastamos un porrón de energía (sea electrica u otro tipo) y nuestro modelo económico está basado en el consumo desaforado. Hay pocos incentivos en ese sentido (ni a los Estados ni a las empresas les interesa cambiar ese esquema), salvo que la necesidad sea acuciante.
2) Si todos los conductores actuales se pasasen a los modelos eléctricos, incluso con una infraestructura eléctrica sobredimensionada por encima de tu ejemplo, seguiríamos teniendo problemas derivados del consumo eléctrico y la necesidad del reciclaje de las baterias. Es solucionable, pero me pregunto si podremos mantener el paradigma de «tengo un coche» tal cual.
3) Todo esto se hace sin consultar a los consumidores (los conductores) ni escuchar qué desean y necesitan de verdad. A lo mejor el problema es el mal diseño de las ciudades (urbanismo) y factores inesperados.
4) Se está esperando que un coche electrico se pueda usar en todas las circunstancias del mismo modo que usamos el coche tradicional (por ejemplo, cargas ultra rápidas de bateria en un apuro, etc).
5) Esperar que el Estado renuncie a los jugosos impuestos de los combustibles: se los meterá a la energía electrica y a las recargas.
Lo veo complicado, salvo que cambien muchos paradigmas de la automoción, y por ende , de la sociedad. No sé si me gusta el «cambio» que prometen, pero bueno, ya iremos viendo… Al ritmo que vamos, lo veré de puro viejo.
Yo hasta cuando pueda seguire estirando mi querido motor de combustion. Lo reconozco,soy bastante petrolhead y la diversion de engranar cada marcha o escuchar el sonido del coche no me la dara ningun electrico.
Luego, aunque el coche electrico sea el invitable futuro, mi opinion es que ese futuro no será tan inmediato y creo que conviviran con los hibridos durante muchos años, ya que a corto/medio plazo no estamos preparados para millones de coches electricos(no España sino el mundo en general) por varias razones que ya se han puesto en varios comentarios.
Interesante esta variedad tematica introducida con esta entrada 🙂
Velocidad, aceleración, disfrutar de una carretera revirada sintiendo que conductor y máquina trabajan al unísono, etc, son las sensaciones que entiendo que deben importar a cualquiera al que le guste conducir (precisamente no hablo de trayectos urbanos). El ruido lo veo como una molestia necesaria para poder disfrutar de todo lo demás y, precisamente, es ese molesto ruido lo que te quita un coche eléctrico. Lo demás, lo sigues teniendo.
Ya me imagino cuando se popularizó el coche en detrimento del caballo a los jinetes reivindicando las sensaciones de montar a caballo frente a las de pisar un acelerador.
Hoy casi nadie monta a caballo excepto por deporte. Será algo, lo del rugido del motor, que quedará en el pasado.
Me ha quedado un comentario muy Enrique Dans…jajaja