Mi Xiaomi Mi 6 ya está anticuado. Lo estará aún más en 2018, cuando es probable que no veamos ningún lanzamiento relevante en el segmento de los smartphones en el que la pantalla tenga unos marcos como los que eran la norma hasta ahora.
De repente los móviles sin marcos son la gran revolución una década después de la revolución (real) que supuso el iPhone. Qué triste.
La propia Apple es culpable de ese mensaje. Es cierto que hay otras mejoras en el iPhone X, pero una domina a todas las demás: su pantalla sin apenas marcos (con esa peculiar muesca a la que todos se acaban acostumbrando). Apple, como siempre, no es la primera, pero es la que sienta cátedra.
Para mí esas nuevas pantallas sin marcos tienen tantas ventajas como inconvenientes, y no sabría decir si la balanza se decanta hacia un lado o el otro. A saber:
- Ventaja 1: más información en pantalla en un tamaño más compacto. Esas diagonales y esos frontales tan bien aprovechados (más del 80% es y será lo normal) se disfrutarán especialmente en fotos y vídeos, pero también al consumir contenidos de texto, tanto en navegación web como en correo o mensajería instantánea. Eso, ciertamente, mola, y sino que me lo digan a mí, que he vivido esa mejora al usar mayores resoluciones en mis monitores.
- Ventaja 2: son más bonitos y llamativos, desde luego. Esto no es importante a nivel práctico, y ya sabéis que yo soy muy práctico.
- Desventaja 1: difícil dejar el sensor de huella en el frontal. O lo mueves atrás o, como ha hecho Apple, lo eliminas. De Face ID he leído que no va mal, pero que tampoco es perfecto. Es la primera iteración, claro, así que mejorará, pero sin haberlo usado siempre tengo la sensación de que la forma más natural de desbloquear el móvil es con la huella, porque es un gesto más asociado a la forma en la que usamos el dispositivo.
- Desventaja 2: fragilidad. No tengo claro que realmente las pantallas sin marcos sean más fragiles, pero lo que parece evidente es que son más caras (al menos de momento) y también serán más caras de reparar. Mal asunto para tu bolsillo.
Este pequeño análisis no importa demasiado, porque lo que está claro es que vamos a un 2018 repleto de móviles sin marcos. Los últimos rumores lo confirman, y parece que asistiremos a una consolidación definitiva de esa «revolución» (ja) que eso sí, permitirá al personal calificar al resto del personal rápidamente. Si tienes un móvil sin marcos eres guay (o al menos, medio modernillo), y si no, estás un poco fuera de onda.
Eso último, amigos lectores, es mucho más importante que todo lo demás para la realidad que vivimos, y las empresas (con Apple al frente), lo saben. Ya sabéis. No le deis al público lo que necesita. Dadle lo que quiere.
Y lo que quiere todo el mundo ahora mismo es una pantalla sin marcos. Punto pelota.
Coincido contigo. Por presiones del mercado, marketing de las empresas, y permíteme decirlo también, tontuna, inducida o no, de los «escribientes» en blogs de tecnología, en pocos meses los usuarios de teléfonos con marcos viviremos en el pasado. Samsung fue la primera en popularizar este hecho, y si le sumamos Apple, tenemos a los dos monstruos del mercado global alienados. Nada que hacer.
Tampoco va a ser este hecho algo definitivo que me haga cambiar de móvil, ni creo que a la mayoría. Simplemente se irá implementando conforme renovemos terminal.
Veo también una gran contra la fragilidad de esas pantallas que llegan casi hasta el borde. Vamos a ver pantallas quebradas por doquier.
Por otro lado, si encuentro una gran ventaja el hecho de tener pantallas de borde a borde para gente que, como yo, no queremos móviles enormes. Como usuario de un SE, reconozco que tener más pulgadas en un móvil sólo un poco mayor , es una gran ventaja. Con mis manos relativamente pequeñas, la costumbre de uso habitualmente con una sola mano, y por ponerlo siempre en el bolsillo delantero de unos vaqueros, , los móviles que superan las 5 pulgadas con marcos me son incomodísimos. Como incómodo me resulta el Touch ID detrás. Nunca me he acostumbrado.
He probado el S7, y a mí me resultaba con una frecuencia de falsos positivos enormes. He probado el S8, que mejoraba este aspecto mucho, pero seguía teniendo, y he probado ya el iPhone X.
Face ID va francamente bien, Era una gran duda que yo tenía y justo en el trabajo tengo un compañero que lo tiene y le va genial, aparte de ofrecer otras ventajas como hacer invisible el rellenado de contraseñas, passwords o lo que se te plantee No se va a notar a faltar el Touch ID en los móviles, creo yo. Une, por tanto, la desaparición de los bordes a la del Touch en un par de años. Apuesto por ello.
Y los gestos están bastante bien, muy bien diría yo, salvo los de tener que arrastrar desde arriba. Ese gesto me chirría. Pero en general la adaptación me pareció súper rápida. (al menos en mi trasteo)
Lo que chirria, curiosamente, es lo desafortunado de un accesorio, como la funda oficial. Evita que el deslizamiento desde abajo sea correcto. O a mí me lo parece. Imperdonable para algo que valdrá 50, 70 euros.
Coincido Javi. Realmente los marcos no son algo que necesariamente se tengan que quitar, quizá sí una “evolución” natural hacia ese cuadro de vidrio transparente que tanto se ve en las películas de ficción pero quitar los marcos en 2017 no representa una revolución y menos si tienes que tirar elementos que ya funcionan (como el TouchId) o acomodarlos en lugares no idóneos. Necesitamos sí, una nueva revolución, algo que rompa con lo que existe y que pueda llevarnos verdaderamente a ese futuro del que alardea Apple: ¿unas gafas de realidad aumentada?….
Face ID funciona de maravilla. De hecho, cuando lo usas te das cuenta de que es la forma más natural de desbloquear el móvil. Yo también tenía mis reticencias al principio, sobre todo teniendo en cuenta lo bien que funciona Touch ID.
Ahhhh, Apple y su creación de tendencias meses o años después de que la tendencia exista, aunque no sea mayoritaria.
Recuerda Javi que en cuestiones como la pantalla Apple no fabrica ni diseña. Compra a otras compañías sus productos. Esas compañías para cumplir con lo que los integradores, entre los que se encuentra Apple también, tienen que adaptar sus líneas de producción, por lo que si han tenido que hacer un esfuerzo económico importante para producir paneles alargados que aprovechen mejor el frontal de los dispositivos móviles, hagan lo posible porque dichos formatos sean adoptados por tantos clientes como sea posible. Que Apple entre en el juego tiene su importancia, porque sus pedidos son importantes en número, pero no es iniciadora de nada.
Aquí el mérito viene de parte de Sharp al demostrar que era posible dejar los marcos en la mínima expresión en un dispositivo con un precio acorde al mercado sin hacer grandes concesiones. La otra mitad del mérito es de Xiaomi, por darle repercusión global a lo que la compañía japonesa apenas había enseñado fuera de su territorio. Luego vienen primero LG y Samsung a darle «normalidad» al nuevo formato. Y es entonces, una vez que gran parte de los integradores están apostando por ese formato, cuando llega Apple. Y llega porque a los fabricantes de pantallas, llegado el punto en que hay una penetración importante del nuevo formato, empiezan a ofertar las nuevas pantallas con precios más ventajosos que las anteriores. Es en ese momento cuando llegan los chicos de Cupertino a ese nuevo mercado. Otros ya se han arriesgado y parece que funciona, por lo que la compañía decide que también quiere su parte.
Hasta aquí todo es normal y ha sido la tónica durante muchos años. La diferencia negativa la veo en lo mal a nivel de diseño, incluyendo estética, que han implementado las nuevas tendencias del mercado en el iPhone X. Si había que meter alguna banda negra para sensores y tal, que hubieran puesto una arriba y otra abajo y no esa «muesca» que ahora tienen que solventar los desarrolladores en sus aplicaciones. Incluso podrían haber mantenido el botón/lector de huellas en el frontal (creo que la tecnología actual da para hacerlos de apenas 3 mm de alto), manteniendo esa famosa simetría estética que los fans de la compañía tanto han amado. El reconocimiento facial funcionará bien, no lo dudo, pero no hacía falta quitar tantas cosas sólo para adoptar una pantalla que aproveche mejor el frontal del dispositivo.
Me hace especial gracia que a finales de 2017 a muchos ahora les preocupe la «fragilidad» de los terminales sólo porque han incorporado un frontal con más pantalla. Ya eran tremendamente frágiles cuando se adoptó la moda de que el «unibody» de aluminio «premium» era lo más de lo más. Se podrá paliar más o menos por parte del fabricante si ha diseñado el dispositivo pensando en su resistencia a golpes y caídas, como pasaba hasta ahora.
La eterna guerra, una vez más. Lector de huellas delante o detrás (Sony lo ponen en el lateral XD). Ninguna opción es perfecta. Todas tienen sus inconvenientes. En el frontal es cómodo cuando tienes el terminal apoyado sobre una superficie, pero puede ser muy incómodo cuando lo llevas en la mano. Detrás es incómodo cuando está apoyado en una superficie pero cuando llevas el terminal en la mano es un gesto totalmente natural. Si además se incorporaran gestos en el lector sería muy interesante. Lo que NO se debe hacer NUNCA es lo que ha hecho SAMSUNG con el S8. Parece que se han puesto de acuerdo las dos «grandes» (Apple y Samsung) para cometer fallos de diseño tan garrafales en sus terminales: la colocación del lector en el S8 y la «muesca negra» en la pantalla del iPhone X.
Cuando vuelvan los botones físicos para llamar y descolgar sin mirar y para poner en modo silencio , lo celebraremos como una innovación. Hace ya tiempo que lo revolucionario de lo «smart» está tocando techo. Un Startac desplegable ahora nos parecería futurista. 😛 Viva la estética y el postureo!