Sally no lograba concentrarse en ese ticket de soporte que tenía que resolver. Los pequeños ya estaban acostados, pero en lugar de descansar un poco y terminar de ver la primera temporada de ‘The Crown‘ decidió no dejar para mañana lo que podía hacer hoy. Pero el problema no era que estuviera cansada y fuera tarde.
El problema es que a su lado estaba Mr. Hyde. Su amado esposo se transformaba en otra persona cuando jugaba a videojuegos. Alguien horrible al que se le inyectaban los ojos en sangre y que contestaba o con monosílabos, o a gritos. O las dos cosas.
—¿¡Pero qué..!.? ¿Quién me ha matado ahora? —gritó una vez más Harry —. ¿!¿!Será posible!?! ¡¡Arrrrrgh!!
—Harry, hazme el favor —contestó Sally, flemática. Sabía que era mejor reducir la comunicación con su maridete al mínimo en esos momentos —. Los niños están dormidos, cálmate un poco. Es solo un juego.
—¿¡Cómoooo!?!?
—Uy, perdón. No quería decir eso. Por supuesto que no es sólo un juego. Es EL JUEGO.
Harry resopló.
—Y son TUS NIÑOS. Y están dormiditos, Mr Hyde.
—Mpfff. Está bien —Harry claudicó y volvió a tratar de acudir a su caja de la nada. No podía, claro. Su caja de la nada estaba llena de momentos como ese que se habían sucedido una y otra vez en la última media hora.
La única consolación de morir en un videojuego como el Battlefield 1 es que uno puede ver quién le ha matado. Más o menos, pensó Harry. Mientras ves a tu soldadito ahí tirado en plan ‘Ghost’ de repente la cámara se gira para que puedas ver la silueta del asesino moviéndose tras acabar contigo. Es una sensación peculiar la de poder saber quién te ha machacado, pero es que en Battlefield se ceban: te muestran su rango y cómo va la cosa en el enfrentamiento en particular. Javipas73, 0 – WillieFog, 3.
Solo falta que me pongan la repetición de la jugada, pensó Harry.
Obviamente aquellos detalles eran parte clave del juego. Al mostrarte a tu verdugo se aseguraban de que te invadiese ese sano deseo de superación. La próxima te enteras, WilliFog de las narices. Ojo por ojo, y balazo de un SMLE MKIII por balazo de SMLE MKIII.
Harry presionó la barra espaciadora unos segundos. No solía esperar a ver si algún médico le revivía, algo bastante absurdo teniendo en cuenta que de hacerlo esa muerte no contaría en el cómputo final. Prefería volver al escenario cuanto antes. Esta vez se enteran. Esta vez se enteran. Esta vez se enteran.
—¿Qué mascullas, Harry? —preguntó Sally con precaución.
—Nada, nada. Que 5 minutos más y nos vamos a ver ‘The Crown‘ —contestó Harry —. Deja que me cargue a este tío. Una vez. Una sola.
—Llevas diciendo eso media hora, Harry.
—Ya, pero ahora le tengo pillado el truco. Se va a enterar.
—Ajá —Sally volvió a centrarse en la pantalla de su ordenador.
Allí estaba Harry de nuevo. Con su rifle de precisión correteando cual pollo sin cabeza por las cercanías de la Fortaleza de Fao y buscando una posición que le permitiera vengarse de una vez. No miraba demasiado a los lados. Para qué: ese risco de ahí delante era perfecto, y seguro que los soldados enemigos estaban a otra historia.
Esa forma de afrontar el juego, por supuesto, no ayudaba. Harry jugaba al Battlefield 1 como si fuera el Doom de sus años en la Facultad de Informática de Madrid Wisconsin. A lo bestia, corriendo todo el rato y apretando el gatillo como si las armas no tuvieran retroceso y siempre apuntaran al mismo lado. Harry lo sabía, pero le daba igual: era incapaz de disparar por pequeñas ráfagas.
Con el modo explorador (por alguna razón no lo habían llamado ‘francotirador’ a secas) la cosa cambiaba, porque solo podía disparar una bala antes de poder recargar para el siguiente disparo unos instantes después. Lo de ir a lo loco era difícil salvo que uno fuese en modo agresivo, pero ese tipo de ‘modo agresivo’ era inalcanzable para Harry.
Al menos ya no se quedaba tumbado para disparar, se dijo. Eso le convertía en un blanco aún más fácil para los adversarios. Había visto en YouTube cómo los pros de estos juegos explicaban que lo de tumbarse a apuntar era de novatos: había que estar de pie y sobre todo moverse de lado a lado tras disparar: no ser un blanco fijo y pequeño.
Su soldado estaba a punto de llegar al risco. Casi lo tenía al alcance cuando de repente, BAM.
—¡Mierdddddddaaaaaaa!
—¡Harryyyy!
Harry no escuchaba.
—¡Pero bueno! ¿Y ahora quién c*** ha sido? ¡Pero si no había nadie alrededor! — Harry esperó unos instantes, y de repente, la respuesta.
Había sido un bombardero atacando su posición. Porque ahora resulta que los bombarderos van a por soldados de palo como el de Harry. Y cuando no era un bombardero, era un mortero. O un tanque. O un tanque ligero. O un maldito jinete a caballo con el sable. O un tipo que le cogía por sorpresa y le clavava la bayoneta. O le atacaba con una pala. O con un bastón. O con un puñal. O le tiraban una granada de gas. O una de mano. O una antitanque. O le cascaban con alguna ametralladora ligera. O con una una antiaérea. O le atropellaba un jeep. O pisaba una mina. O le incineraban con un lanzallamas. O, por supuesto, le mataban de formas «normales». Con un rifle de asalto. O con una pistola. O con cualquier rifle de francotirador desde distancias imposibles. A lo Arma Letal, ya sabéis. «A los 19 años maté a un hombre en Laos, a 1 kilómetro de distancia y a contraviento, de un solo disparo. Puede que haya 8 o 10 personas en el mundo capaces de hacerlo”.
Pues eso. A Harry le habían cascado por todos lados, y para muestra, un botón. En apenas 3 minutos cayó por una MP-18, luego por un palo con clavos y por último, justo antes de cargarse a un contrincante de forma precisa, por un avión de ataque Halberstadt CL. II. Manda coj****.
A Harry le habían matado ya de todas las formas habidas y por haber, y estaba hasta las narices de ver cómo al final de cada ronda acababa en las últimas posiciones. Últimamente estaba mejorando sensiblemente sus resultados. Se había vuelto algo más práctico y más coherente en su juego: iba donde le decían que fuera con su patrulla, y aunque seguía cayendo asesinado por jugadores a los que no habría visto ni a cámara lenta, iba progresando.
—Sally, parece que voy aprendiendo —afirmó una hora después, mientras su mujercita terminaba por fin de resolver el ticket—. Esto de ir de médico y echar paquetitos de vendas al menos me da unos puntos.
—Qué bien, Harry. Cuidado con ese, por cierto.
—¿Quién?… ¿Qué?… ¡Mierdddddaaaaa!
—Ups.
Efectivamente, Harry había aprendido a ir con más tiento. Para ir subiendo de rango (tras casi 35 horas de juego ya tenía nivel 11, lamentable) iba menos a lo loco y menos a lo Doom. Iba más con sus compis de patrulla, que seguramente tendrían puestos cascos con auriculares en los que iban poniendo verde a otro de esos jugadores novatos que pasaban de todo e iban a su bola. Pero Harry ya no iba tanto a su bola, aunque eso, como decimos, tampoco le sirviera de mucho.
—Malditos niños rusos.
—¿Cómo? —preguntó Sally escamada.
—Pues eso, que los que me están curtiendo nos chavales de 12 años. De vez en cuando se les oye con sus voces de pito. «? ???? ???? ??, ?????» (‘U menya yest’ ty, buton’ -> «Te tengo, capullo«), y cosas de esas. Pero claro, juegan con ventaja.
—Claro, son niños. Tú eres viejuno y te machacan hasta al FIFA, al que llevas jugando 1000 años —Sally siempre le metía puñaladas con aquello —. No entiendo cómo te pueden ganar al FIFA, con todo lo que has jugado.
—No empecemos. Además, no hablaba de la edad. Estos chavales juegan con sus GTX 1070, con sus monitores 1440p a 144Hz y con ratones de gaming a todo trapo. Yo juego con mi R9 280, con un monitor a 60 Hz y con el MX Master de Logitech.
—¿Lo cualo?
—Pues que ellos van con metralleta y yo con tirachinas.
—No será para tanto. Cuidado con ese.
—¿Quién?… ¡¿Qué!?… ¡Mierddddaaaaa!
—Ups.
Sally tenía razón, claro. A Harry se le había pasado por la cabeza actualizar su viejo PC de sobremesa para ver si así mejoraba, pero lo cierto es que la culpa era enteramente suya. Aquella sensación de ser el peor jugador del mundo no era única en él, como pudo comprobar en una rápida búsqueda en Google. Había mucha otra gente que comentaba lo mismo continuamente y que como Harry se sentían ese al que nadie quiere en su equipo.
El secreto estaba en la masa práctica, como siempre y en no hacer el idiota. En seguir algunos consejos básicos que daba bastante gente y que no obstante eran bastante difíciles de lleva a cabo. Cuando uno llevaba años jugando a los FPS al estilo Doom sin control absoluto de lo que hacía.
—Una rondita más, Sally. Voy a probar esto del Slice the Pie y esto otro del crosshair placement. Resulta que me paso el día apuntando mal. Esto tiene más miga de lo que pensaba. Acabo de encontrar estos consejitos, por ejemplo. Pre-apuntar siempre que puedas, por ejemplo y nunca, nunca, nunca ir a vengarse de alguien: eso acaba mal. Si el tipo sabe un poco, estará esperándote para que hagas justamente eso y te pillará otra vez desprevenido. Y luego está lo de la sensibilidad del ratón, que es telita. Uf.
—¿Lo cualo again?
—No importa Sally. Voy a practicar un poco más. Un ratín y ya estoy.
—Eso dices siempre, y luego…
—Que no, que no. Lo tengo controlado, mira, me acabo de cargar a uno y voy el 19 de 24 en la tabla del equipo. Me estoy superando.
—¿Y ese de ahí?
—¿Quién?… ¿Qué?… ¡Mierddddddaaaaaa!!
—Ups. Bueno, yo me voy a ver ‘The Crown’.
—Mpfpfppfpp —musitó Harry —. Está bien. Ya sigo otro día.
—Ese es mi maridete. Venga, vamos a ver si Margaret y Pete Towsend se lo montan o qué.
—Uy, es verdad. Madre mía cómo estaba la realeza inglesa. Menuda siesa era Lilibet.
—La pobre. Era muy joven y lo de ser reina era bastante difícil.
—Sí, también. Le hubiera venido bien poder jugar al Battlefield 1. Por lo menos se hubiera podido cargar a unos cuantos súbditos de forma anónima y virtual.
Harry y Sally se sonrieron, felices. Qué vidorra seguían pegándose en su mini-resort burgués. Cosas ver el final de la primera temporada de ‘The Crown’ eran el colofón perfecto para una noche como esa. Daba igual que Harry fuera el peor jugador del mundo del Battlefield 1 en ese momento.
No lo sería siempre. Qué juegazo, por dios. Qué juegazo.
Oh! ¿Tu también sufriste la Facultad de Informática de Wisconsin? Qué horror! 😉
Si has pasado por el infernal campus de
MontegancedoGancedos’s Crest seguro que sabrás de lo que hablo 😀Efectivamente, yo fui de los que empezó en Vallecas y acabó en Montepríncipe, llamarlo Campus a aquello era demasiado, recuerdo una encina enmedio de la carretera.
Vaya me has alegrado el día, por fin puedo demostrarle a mi prometida que no soy el único que se transforma cuando me pongo en modo juego, ya mismo le digo que lea tu post, pues nada desearte que mejores en el B1, yo es que soy negado en los FPS así que ni lo intento.
Je, ánimo con ello. Yo ahora soy (creo) un poquito menos negado, pero vamos… es horroroso. Como el juego es tan alucinante acabo volviéndolo a intentar, pero no sé si aguantaré mucho así 😛
Cómo me gustan estos posts.
Yo tengo ganas de jugar al nuevo Doom, pero tengo entendido que es tan bestia que tengo miedo de que mis niños vean aunque solo sea un frame y no vuelvan a dormir hasta 2018.
Gracias Uxío, da gusto recibir felicitaciones, que estos cuestan más de la cuenta, ya lo sabes … Lo del Doom con auriculares envolventes y la habitación a oscuras debe ser telita. Si pruebas ya sabes, cuéntalo por aquí 🙂
Un abrazo, majo.
Genial, Javi.
7 años jugando a lol y siento, sufro, la misma sensación . Y además ayer acabé el Domingo con dos experiencias exactas: perdiendo 3 partidas seguidas clasificatorias de la nueva temporada y cerrando el dia con el capítulo de Margaret y Peter.
Vidas paralelas? No!! Ánimo que como ya sabes, en Enero cumplo 65, así que disfruta pensando en los años de que dispones para seguir perdiendo y viendo series.
Muchas gracias Pablo. Qué bueno ese paralelismo 😉 Estás hecho un chaval, ya se ve, qué crack! Yo no soy de LOL pero a poco que sigas dándole igual te puedes apuntar a uno de esos campeonatos de eSports 😀
Abrazo!
Buen post 🙂
Da gusto leer estos post.
Y admirable la resistencia y perseverancia en juegos donde uno es virtualmente arrasado/vilipendiado por imberbes.
Esa fue la razón principal de dejar los juegos, esa, un equipo de sobremesa obsoleto que no venía a cuento actualizar/cambiar solo por jugar, y que mi Sally no era tan comprensiva con mi vicio, y con razón. Nunca tuve término medio y todo ello se basaba en quitar tiempo de convivencia y sueño.
Lo añoro….
Gracias Vicent 😉 Como le he dicho a Uxío, los de Harry y Sally cuestan, y se agradecen esas muestras de cariño especialmente.
En cuanto a la resistencia, por ahora aguanto, pero la verdad es que lo de no ver demasiada mejora (tratar de aplicar los consejos que he visto en YouTube no me ha ido especialmente bien por ahora) puede frustrar a cualquiera. Entiendo perfectamente lo que dices de actualizar el equipo solo para jugar mejor (yo estoy tentado de hacerlo, y de hecho quizás pille algo por Black Friday), así que te acompaño en el sentimiento 😉
Si te apuntas algún día al BF1 hacemos una patrullita. La invitación es extensible a cualquiera que quiera jugar conmigo, chicos. Insisto: soy un paquete.
Estás historias son excelentes, hasta me emociono cuando veo que publicaste sobre sus álter ego, y lo de los juegos es normal, yo el poco tiempo que le dedico a jugar es 50% actualizaciones del sistema y/o juegos, 30% frustración y 20% diversión, ya no soy ese adolescente que jugaba 8 horas diarias. Es lo que tiene crecer y ¿madurar?
Saludos
Te has olvidado del ratón con macros, ese que todos niegan tener pero luego está siempre agotado en todas las tiendas, para evitar el retroceso de las armas.
No está mal ver consejos ajenos, pero lo suyo es dedicarle tiempo y buscar tu estilo, además de conocerte los mapas.
Estos niños tiran de mucho tiempo libre, se conocen mejor los mapas, el ratón de los coj… y se aprovechan del tema del nivel que te da el juego.
Porque a medida que ganas nivel, poco a poco tu personaje mejora. Más control del retroceso, más resistencia, más precisión en tus disparos… De hecho por esto último me harté del BF3 y dejé de jugarlo. Había gente que con nivel 100 era intocable a bordo de un vehículo tras una actualización, por más que les dieses con todo lo que tenías apenas le hacías cosquillas.
Aún así hay cosas a poner en práctica.
Aprovecha la fuerza de la patrulla, y si la tuya va a su bola busca otro grupete de gente que sí se apoye y acompañales.
Muevete, rápido y de cobertura en cobertura, si te quedas estático sin nadie que te cubra eres un blanco fácil.
Combina los ataques, en el vídeo estás tras un trozo de muro y te expones para atacar, te cubres y vuelves a salir por el mismo lado. Claro, al salir el otro ya te está esperando.
La próxima vez lanza granada por un lado y sal por el contrario.
Si ve la granada intentará huir estando pendiente de la misma y le podrás pillar desprevenido saliendo por el otro lado, si no la ve le harás pupa y cuando salgas te resultará más fácil acabar con él.
En fin, si no le hubiese hecho boicot a EA por el timo y desastre del BF4, me pillaría este y echábamos una partida.
Disfrutarlo.