Hace algunos años ya que leí la historia de Lucas Ordóñez, ese piloto de carreras profesional español que comenzó su andadura de una forma curiosa: jugando al Gran Turismo 4. El chaval era tan bueno con ese juego en la PS3 que ganó la primera edición de la Nissan GT Challenge y se convirtió en el ejemplo perfecto de lo que uno puede llegar a ser gracias a los videojuegos.
Ese evento se ha ido consolidando y se ha convertido en todo un clásico para el descubrimiento de nuevos talentos al volante. Teniendo en cuenta el dineral (y contactos) que hacen falta para lograr llegar a algo en este segmento, que alguien pueda sobresalir por el mero hecho de demostrar que tiene al menos parte del terreno ganado gracias a los videojuegos es una pasada.
En Wired contaban recientemente cómo precisamente estas pruebas se habían convertido en una forma fantástica de descurbir nuevos talentos, y de cómo en realidad el mejor piloto de todos los tiempos ya no estará condicionado por esos factores de los que hablaba antes:
“Who’s the best driver that’s ever lived? Perhaps Senna or Fangio or Schumacher,” says Paul Gerrard, a professional racing driver and instructor. “But, if you look at them, they all had a very privileged upbringing to get them to that level.” It’s more likely that the greatest driver of all time, or even alive today, is someone who simply never had the opportunity to race.
Y si lo tuyo son los coches, quizás quieras probar suerte. No es lo mío, eso seguro, pero disfruto como el que más con un juego de coches decente. Hace poco regalamos a un amigo (¡Chema!) un volante para su aún guerrera Xbox 360. Aquí las opciones son reducidas y curiosamente no hay muchos términos medios: o te vas a un modelo de 80-90 euros, o ya tienes que dar el salto a los volantes de 300-400 euros. Nos tiramos por la primera alternativa -tampoco hay que pasarse- y le regalamos un Thrustmaster Ferrari 458 Italia (85,99 euros para la Xbox 360, 87,40 euros para la Xbox One en Amazon).
Era un regalo boomerang, claro. De esos que regalas esperando disfrutar tú. Y lo he hecho: este puente no ha habido escapada -la triste vida del autónomo teletrabajador, ya se sabe-, pero él se iba y me dejaba el volante por si quería probarlo.
La cosa no se quedó ahí, porque cuando uno coge uno de estos volantes con pedales el problema está en que normalmente necesitarás un soporte para poder disfrutarlos en condiciones. Ya hablé del tema hace poco, y aquí lo de contar con algo que sirva como “chasis” de ese coche virtual es importante. De nuevo soluciones para todos los gustos, pero si quieres algo económico y que te pueda servir como punto de partida -luego ya habrá tiempo de gastar y gastar- una buena opción es la que decidió comprar nuestro amigo por su cuenta y riesgo: un soporte Speedblack Evo (47,56 euros en color rojo, 50,04 euros en color negro en Amazon) que evitó tener que sufrir con esos cockpits estilo McGyver -voluntariosos pero poco efectivos- que tuvo que montar en esas primeras pruebas.
Ahí es donde la cosa se pone seria. Es una pena que la oferta en juegos de conducción para la Xbox 360 sea hoy en día limitada: ya no salen apenas novedades relevantes (el Forza Horizon 2 es de lo más reciente), pero sí que pudimos y pude jugar tanto al Forza Motorsport 4 como al WRC 4. Jugar con mando a estos juegos es divertido, desde luego, pero hacerlo con volante es otra historia. Aun sin controlar todavía las marchas en modo manual -eso es nivel avanzado- la respuesta del volante y de los pedales le da a estos juegos otra dimensión.
Uno tarda en cogerle el punto a esa forma de controlar el coche y sobre todo a cada coche en particular, pero es casi normal: estos volantes, aunque pueden usarse en juegos de coche más arcade, cobran todo su sentido con simuladores y juegos tipo Project Cars. De hecho hace poco pudimos probar un volante mejor en este juego en la PS4 y ahí la cosa se pone muy seria.
Si te gusta conducir (en consola o PC), lo del volante y los pedales es de traca. Muy, muy recomendable. Solo queda por superar un tema delicado. El WAF. Ya sabéis. El Wife Acceptance Factor. Si lo lográis, compra súper recomendada. Ele.
Jajaja
El WAF dice . Valiente «piloto» estás hecho ,
(Yo no me atrevo ni a plantearlo , virgencita, virgencita , que me quede como estoy ) 🙁
😀 En mi caso era un WAF temporal, solo de puente! Estas cosas luego quedan en el debe y es muy duro recuperar…
Hola Javi! Yo tengo desde que salió el Project CARS para ps4 el Thrustmaster t100 Force Feedback y es una pasada lo real que puede ser la conducción!! por suerte tengo una buena mesa a la que acoplar el volante, de verdad, GENIAL, tienes que comprarte uno para tu Xbox One. Saludos!
Disfrútalo, que seguro que de hecho ya lo estás haciendo a tope. No sé si lo aprovecharía mucho, para mi sería una compra capricho más que otra cosa, pero desde luego es una opción que mola!
Pues yo estoy megacabreado con los volantes.
Me compré el Logitech Driving Force GT para la ps3 y disfruté como un enano con el Need for Speed Hot Pursuit. Sí, me van los juegos de carreras arcade, es como más disfruto. También me pille un soporte muy bueno.
Total, que me compro la ps4 y Logitech decide que no va a hacer drivers para este volante para esta consola. Desde entonces no he vuelto a jugar a ningún juego de velocidad en la play.
Y es que la sensación no tiene nada que ver. Con mi pulgar, o hago izquierda a tope, o derecha a tope, mientras que con el volante controlo totalmente. Es mucho más inmersivo, una gozada.
Pero hasta que no venda mi Logitech y me haga con otro volante una vez se me haya pasado el cabreo, nada de nada.
Ahora que viene el siguiente Need for Speed igual me animo. Aunque ya no sé si merece la pena, todo mi tiempo consolero, que no es demasiado, lo dedico al Call of Duty, donde soy un casual, pero me lo paso en grande.
Saludos!!!!
Sí, lo de la compatibilidad con las nuevas consolas (o las viejas, según el caso) es una gaita. Los fabricantes aquí vuelven a hacer uso de la picaresca, porque no creo que costase mucho hacer que los viejos modelos funcionasen con las nuevas consolas, y viceversa.
Pero es como dices la experiencia cambia muchísimo. Mucho más control y mucho más «real» todo, incluso en juegos arcade de conducción.