Hace unos minutos que he publicado en Xataka “Micropagos al rescate: así está la situación de estas pequeñas transacciones elect?onicas“, un tema que trata de evaluar la situación de los micropagos en nuestro país y, por extensión, en el resto del mundo.
Ha habido mucha investigación para este artículo, y el resultado ha sido curioso, sobre todo cuando mi impresión y mis experimentos iniciales habían colocado a PayPal como una alternativa de dudosa validez en el campo de los micropagos.
PayPal lanza un órdago con su tarifa de micropagos
Pero claro, eso fue hasta probar su tarifa de micropagos, que tengo activada desde hace algún tiempo en mi cuenta de PayPal. Para activarla primero he tenido que pasar de Premiere a Business -no hay cargo asociado a ese cambio-, pero lo realmente complicado es seleccionar la tarifa en sí. No encontraba la opción en el panel de usuario, y tuve que contactar con el soporte de PayPal, que como en llamadas anteriores se comportó de forma fantástica. Eso de que puedas llamar a un teléfono gratuito con un código personal y que la gestión vaya rápido y bien es casi para ponerle un pedestal a este servicio.
El caso es que con la tarifa activada, la cosa cambia, y mucho. Iré integrando el widget de cuando en cuando en contenidos por aquí, pero ya con la tranquilidad de que la comisión que me cobrarán (a vosotros nada de nada, que bastante tenéis con aportar) tiene ahora mucho más sentido.
De hecho allí hacía un pequeño estudio comparativo entre PayPal y Dropcoin, y las tarifas manejadas por ambas en el ámbito de los micropagos eran bastante interesantes. Al final PayPal se lleva el gato al agua salvo que los pagos sean iguales o inferiores a 50 céntimos de euro. A partir de ahí la cosa favorece al gigante de las transacciones económicas online.
Dropcoin, la alternativa valiente
Pero de Dropcoin me llevo una inmejorable impresión, sobre todo tras hablar largo y tendido con su responsable, Iñaki Sebastián. La ilusión con la que ha afrontado el proyecto y el buen criterio que ha tenido al lanzarlo al mercado es envidiable, y lo raro es que esa idea no haya sido aprovechada antes.
He investigado mucho y no he visto nada igual: Patreon es una plataforma distinta en la que el modelo es el de suscripción (a los creadores obviamente nos encanta tener esos pagos recurrentes), mientras que Flattr es una especie de extensión del “Me gusta” de Facebook que asocia ese voto a favor del contenido con una pequeña contribución económica. En ambos casos, no obstante, el sistema obliga al usuario a mantener un compromiso mensual, algo que muchos de los que aportásteis vía PayPal.Me me decíais que preferíais no hacer. Ahí es donde precisamente entra Dropcoin con una apuesta que como me decía Iñaki hace que los creadores podamos transmitiros algo importante a los usuarios: que ese gesto es útil. El de aportar, digo.
Sin embargo he insertado el botón de Dropcoin en algún post, y aquí serían útil vuestros comentarios, porque ha habido claramente menos aportaciones que cuando puse alguna vez el de PayPal.Me. Se me ocurren dos razones:
- El botón de Dropcoin no se ve mucho, o no tiene un diseño especialmente adecuado, o
- Hay que registrarse, mientras que con PayPal muchos de vosotros ya tenéis cuenta y podéis aportar directamente
Supongo que el problema real radica en ese segundo escenario. Esa resistencia a crear cuenta en Dropcoin es normal, pero no demasiado justificada porque el proceso lleva aproximadamente un minuto. Uno introduce usuario, contraseña y tarjeta de crédito con la que ir haciendo las aportaciones ocasionales, y listo. De hecho esa forma de presentar las posibles aportaciones es perfecta en mi opinión, aunque puede que alguno valoréis eso de poder establecer la cantidad específica a aportar (en Dropcoin no podéis aportar de una vez 0,32 euros, por ejemplo, en PayPal sí).
Bitcoin necesita democratizarse
Y luego está, claro, bitcoin, la gran promesa. Aunque no he puesto nunca el botón, me registré ya en Changetip y tengo una pequeña cartera de bitcoin para probar con esta alternativa. El problema, claro, es que si el registro en algo “normal” como Dropcoin ya provoca resistencia, imaginaos el de registraros en algo como un proveedor de una cartera de bitcoins.
Pocos referentes claros, multitud de información y de confusión… Bitcoin tiene una gran asignatura pendiente: la de llegar al usuario de a pie. Eso, hoy por hoy, es inviable, pero si lo logra, si la gente se da cuenta de sus posibilidades, la revolución es posible. Y menuda revolución.
Soy un medio de comunicación o un creador, ¿qué hago?
Las opciones molan. Y eso es lo que tenemos a día de hoy: opciones. Uno puede aprovechar modelos de suscripción como el que yo utilizo con Patreon, pero combinándolos con sistemas de micropagos ocasionales puros como los que ofrecen PayPal, Dropcoin e incluso Changetip para esas propinas en forma de bitcoins o satoshis ( 1 satoshi = 0,00000001 BTC).
Así que si sois un medio que se está planteando esa opción, hoy por hoy no descartaría ninguna de esas alternativas, y como digo combinaría todas ellas para ofrecer a los usuarios todas las opciones que puedan llevarle a hacer esa aportación que los creadores y los medios buscamos y con la que se puede sostener esa labor.
Y sin embargo, queda mucho camino por recorrer. Muchísimo. Sería genial que PayPal ofreciese soporte a bitcoin -algo que están comenzando a hacer poco a poco-, aunque eso no nos evitaría las desventajas que introduce PayPal (comisiones, adiós al anonimato). Lo que necesitamos, creo yo, es precisamente lo contrario. Un «BitPal«, por llamarlo de alguna manera. Un servicio que permita realizar de una vez por todas pagos en bitcoin, eso sí, sin que la volatilidad de esta moneda sea la que es actualmente. Y un servicio, insisto, que pueda usar tu madre (sin faltar, ya me entendéis).
Eso no llegará en dos días, así que mientras esperamos, disfrutad de las alternativas. Ah, y si os ha molado el artículo, ya sabéis: aprovechad que tengo un PayPal.Me en condiciones 😉
Aceptas pagos en FairCoins? Es la unica moneda virtual que manejo 😉
Yo prefiero tener mi tarjeta en un único sitio, que en varios, no es por el tiempo que pierdas en darte de alta. Lo de la seguridad en internet empieza a ser como lo de los motoristas, que hay de dos tipos, los que se han caído y los que están por caer.