El lanzamiento la semana pasada del nuevo Apple TV me ha hecho volver a reflexionar sobre el segmento de los videojuegos, que curiosamente no es tan distinto del que teníamos hace 10 años. De hecho, bien mirado es prácticamente igual.
Los que quieren jugar a los juegos más exigentes siguen necesitando un PC. Y no uno cualquiera. Uno de esos que parece una nave espacial, de los que hablaba el siempre preclaro Savov y que una compañera suya criticaba luego calificándolos de horrorosos (mentira, hay muchos que molan, como demuestra este blog).
El mundo gamer a estos niveles es un poco como el del audio de alta calidad: si quieres gastar pasta, el límite es el cielo. Si la tienes, podrás jugar a 4K en varios monitores, con uno de esos asientos futuristas -los Emperor LX cuestan 21.500 dólares, y los Vesaro 195 Pro de la imagen, un poquito más, 61.600- y además gastando electricidad en modo chinorri. Que vivan las emisiones de carbono, total, no somos nosotros los que nos quedaremos luchando por un poquito de aire.
Luego estamos los que nos conformamos con algo menos de tute. Un buen PC, sin excesos, o una de las últimas consolas del mercado. Unos sacan más partido que otros -yo, la verdad, cada vez menos-, pero es sin duda el segmento que más pasta mueve por volumen, porque el catálogo de usuarios es muy amplio y los requisitos, bajos.
Por último tendríamos a los teléfonos móviles, que han sustituido ya casi por completo a las consolas portátiles -pobres Nintendo y Sony- y que no obstante planteaban una revolución que no se ha producido. O al menos, no la que algunos vaticinaban. Por supuesto que la gente juega en el móvil, pero estoy casi seguro de que este tipo de segmento no ha afectado al de los juegos tradicionales. Simplemente sumamos horas dedicadas a los videojuegos. Al que le gusta el mundillo ya no se limita a jugar en casa: también puede echar sus partidas a este o aquel juego en el móvil mientras va en el metro o espera su turno en la cola del banco.
Curiosamente está ocurriendo que las grandes del sector de los juegos en el móvil no duran demasiado. A los chicos de Angry Birds parece habérseles acabado el chollo, y hace tiempo que no se habla tanto de fenómenos como Clash of Clans o el Candy Crush Saga. Supongo que ocurre lo que en el PC y las consolas, donde los súper éxitos lo son durante cortos espacio de tiempo para ser reemplazados por otros.
Pero como decía, de revolución de los juegos móviles, nada. No al menos en el sentido de canibalizar al jugador tradicional. La gente, simplemente, parece jugar más ahora que puede.
Lo cual mola, claro. Sobre todo para las desarrolladoras de estos videojuegos. Lástima que esta globalización del mercado haya hecho tan complejo poder disfrutar con algo de serenidad del panorama actual. Los cambios son demasiado frenéticos y la oferta, demasiado grande.
Me está apeteciendo echar un FIFA esta noche. Uhm.
Lo que me parece significativo del lanzamiento del Apple TV y sus juegos es que ahora parece haber otro bando: los que creen que el futuro de los juegos pasa por la VR (Microsoft, Facebook) y los que no (o que no pueden…)
Cierto, cierto, yo creo que será una vertiente más de los juegos, probablemente muy importante, pero que tampoco canibalizará a los juegos tradicionales. Al menos, no a corto plazo.
Tú lo que quieres es echarte un Match Day 2 en una pantalla de tubo!
Y jugar además en multijugador online. Eso sí que ya sería lo más 😀
Coincido con Manuti. Estas pensando en le Match Day II.
Yo también, lo reconozco
¡Pues habrá que hacer una retroquedada!
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