El OnePlus 2 al fin ha llegado. Lo ha hecho con una presentación en la que el propio fabricante llevaba unas semanas haciéndonos salivar. Nos desgranaba algún que otro detalle importante, y lo hacía con el acierto de no revelarlo todo. Muy cuco. Pero en realidad quedaba poco que revelar salvo quizás por el tema diseño.
Como sabéis ando unos días de vacaciones y no estoy tan al tanto de la actualidad, pero de lo que he leído del OnePlus 2 lo más acertado ha venido de dos fuentes distintas. La primera muy reputada, Wired, que en un artículo editorial de David Pierce -ex-Verge, y lo está haciendo genial en su nueva casa- reflexionaba sobre lo que supone este teléfono. El artículo mola porque va más allá del tradicional repaso a las características técnicas -tampoco me pondré a vomitar especificaciones, las tenéis en el sitio web oficial– y nos habla de cómo el reto del OnePlus 2 es especialmente complejo.
Sorprender una vez es difícil. El OnePlus One lo consiguió, triunfó en todo el mundo, y eso generó amores y odios. Hacerlo una segunda parece complicado, y eso se ha notado en los titulares de varios medios que en lugar de centrarse en lo que el OnePlus 2 traía se centraban precisamente en lo que no traía. Nada de microSD, nada de NFC, nada de pantalla QHD, nada de carga rápida o inalámbrica, y una posición rara, más alejada de los marcos, para la cámara posterior. Que es precisamente en lo que se centra el segundo artículo al que quería hacer referencia, que procede de los foros oficiales y que habla de todas esas ausencias y las justifica de forma ejemplar. Incluso cuando se habla del procesador, un Snapdragon 810 v2.1 “descafeinado” a 1,8 GHz, se le critica la decisión a OnePlus por elegir un micro que no era lo más de lo más. Es lo de siempre: haters gonna hate, que diría Taylor (temazo, por cierto).
A mi el OnePlus 2 me parece -sobre el papel- un señor telefonazo: aprovecha las virtudes de su predecesor y refuerza muchos apartados que podrían volver a colocarlo en la cima. Y además se deja de apuestas estúpidas por temas supérfluos como la pantalla QHD o una tecnología NFC que, admitámoslo, apenas ha cuajado de momento aun cuando los pagos móviles parecen tener un potencial enorme. Hay dudas, desde luego: veremos qué pasa con el puerto USB-C, por ejemplo. ¿Ayudará a aliviar las críticas sobre la carga rápida? Debería en teoría, pero los primeros análisis preliminares parecen apuntar a que no. Veremos también qué pasa con Oxygen OS -por cierto, esa versión 2.0 tardará en llegar al OP1, cagadilla, amigos de OnePlus-, y sobre todo veremos si esa cámara se porta como debe.
Posdata 1: Poco después del OnePlus 2 llegaban los nuevos Moto X y el nuevo Moto G de Motorola. Merecen un post aparte, así que en cuanto vea hueco hago algo. Adelanto para los impacientes: Los Moto X prometen, pero tendrán que cumplir con la cámara de las narices. Y qué decir de los nuevos Moto G de tercera generación. No hay nada mejor en el mercado por 200 euros. Pero ni de lejos.
Posdata 2: OnePlus 2 a 400 euros, Moto X Play a 395 euros compitiendo de tú a tú… ¿qué nos espera con Google y los futuros Nexus 5? Yo diría que tenemos ante nosotros tres firmes candidatos a tentarnos en el segmento de los gama súper-alta a precio de gama media. Y eso mola.
Lo curioso es que esas mismas ausencias que critican los de la «prensa especializada» en el oneplus 2 son las que posee el iPhone, pero de este terminal nunca leerás críticas por ello de parte de ningún medio.
Por esto es que a Apple se le permite vender aluminio a precio de oro.
«Por esto es que a Apple se le permite vender aluminio a precio de oro.»
Mira que a los iPhoen se les puede criticar por diferentes cosas, pero esto es un absurdo.
Hombre, decir que en el foro justifican de forma ejemplar las ausencias de esas cosas es intentar estirar la definición de justificar y ejemplar bastante porque la mistad de las justificaciones son del tipo «mira ese modelo, tampoco lo tiene»
By the way, no tiene un conector USB-C pero el interfaz es USB 2.0