A las puertas del E3 me encuentro un poco de sorpresa con el lanzamiento de las primeras Steam Machines realmente reales, del Steam Controller y de un desconocido hasta ahora Steam Link. Vayamos por partes.

No me enrollaré mucho con las Steam Machines: teóricamente son PCs para gamers, pero en realidad su relación precio/prestaciones parece a priori lamentable. Componentes del año pasado (nada de SSDs, por ejemplo) y a precios que oscilan entre los 500 y los 1.000 dólares con los que uno, creedme se puede configurar PCs muy superiores en los que luego instalar Steam OS, un sistema operativo que me pareció otra idea genial a la espera de ser pulida poco a poco.

Mucho más interesante me parece el Steam Controller, cuyo vídeo de presentación (aquí arriba) es un verdadero reclamo Pavlov para jugones. Si funciona tan bien como parece, la verdad es que puede ser la pera. Y por 55 euros puede ser uno de esos accesorios que acaben convirtiendo a este proyecto en algo decente.

La sorpresa para mi ha sido el Steam Link, un cacharrito que permite que disfrutes de juegos de tu PC en tu televisor. Que yo sepa es exactamente lo mismo que haría una Raspberry Pi en ese funcionamiento como Steam Box, pero en bonito. Una opción interesante para no andar trasteando por nuestra cuenta.

Personalmente tenía muchas esperanzas en las Steam Machines, que se anunciaron hace ya casi dos años y que se lo han tomado con calma. La idea de Valve me parecía genial, pero su ejecución está siendo tardía y, al menos en el caso de las Steam Machines, pobre. Pobre porque los usuarios esperan tener algo más potente que una consola por el mismo precio que cuestan esas Xbox One o esas PS4.

Pero es que no es posible competir con la Xbox One o la PS4 en precio/prestaciones. Estas consolas son un prodigio en esa relación, y las Steam Machines deberían centrarse en lograr igualar esa característica con configuraciones más atractivas, o bien irse directamente a un segmento gamer más ambicioso.

Que las Steam Machines -con sus retrasos– sean al final PCs que uno podría usar de ese mismo modo no salva el concepto: la llegada de Windows 10 a la Xbox One podría lograr exactamente lo mismo, así que aquí Valve necesita argumentos que yo no veo. No creo que convenzan a mucha gente para comprar esas máquinas y que luego se gasten los cuartos en Steam, así que la opción es que si quieres una Steam Machine, te la montes tú mismo.

Una lástima, porque como concepto Valve tenía una joyita. A falta de producto que ver y tocar -los mandos no llegarán hasta octubre, casi una eternidad- solo puedo decir que hoy por hoy compraría el mando de juegos Steam Controller, e incluso el Steam Link. Cuidado, que seguro que este último no funciona con AMD, precisamente hablé en relación a esas prácticas anticompetitivas ayer en un especial en Xataka. Pero de Steam Machines, nada. O por lo menos, no con los modelos actuales. Ahí probablemente se la peguen. Qué pena.