Tecnología

El Intel Compute Stick promete

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Buena idea la que ha tenido Intel con su Compute Stick, un dongle HDMI que va un pasito más allá en esto de los miniordenadores de pequeño formato. A los friquis nos encanta ver en pelotillas a la Raspberry Pi y a otras alternativas que compiten con ella, pero hay que admitir que lo de llevar un ordenador en este formato que pueda resolver nuestras necesidades básicas y hacerlo además con un diseño simpático.

Es de lo mejorcito que he visto en el CES que termina hoy, y en el que como esperaba ha habido mucha pijada para robar titulares y poca revolución real. En Wired tienen algunos productos de ambos tipos -me temo que la mayoría no llegarán a ningún lado, pero por intentarlo que no quede- y aún así yo me quedo con este pequeñín que es una especie de Chromecast súpervitaminado.

Aquí Intel ha querido ofrecer una versión micro de sus NUC –muy cucos, pero carísimos para mi gusto- y su Compute Stick cuenta con especificaciones muy propias de cualquier smartphone actual en muchos apartados: un Intel Atom quad-core (de momento nada de Core M, mucho más apropiados creo yo, pero también más caros), 2 GB de RAM y 32 GB de almacenamiento interno, a los que se pueden sumar más gracias a la ranura Micro SD.

Se queda algo cortito, eso sí, en conexiones: USB 2.0 combinado con un Micro USB para conectar la alimentación (como en Chromecasts y RPi, por ejemplo), conectividad 802.11n (porras, nada de ac) y Bluetooth 4.0. Ya por pedir yo metería algún tipo de adaptador Ethernet, pero supongo que alguno de los que hay por ahí servirán sin demasiados problemas.

Choca bastante, eso sí, la diferencia de precios en las versiones disponibles: 149 dólares con Windows 8.1, y 89 dólares si queremos una versión recortada con 1 GB de memoria, 8 de almacenamiento y con Ubuntu. Yo creo que prefiero esta última, y por un precio medio decente podría llevarme mi ordenadorcito con todas mis preferencias prácticamente pegado al llavero.

No es un concepto nuevo, desde luego: los sistemas operativos y aplicaciones portátiles llevan años haciendo posible que podamos ejecutar nuestra sesión de trabajo personalizada con una llave USB y siempre que tengamos un ordenador disponible en destino, pero este concepto va más allá: ahora solo necesitaremos un monitor o una tele HDMI. Bueno, en realidad, ya puestos, necesitaremos también ratón y teclado, pero podemos meter en la maleta algo tipo Logitech K400 y tirar millas.

Sigue sin ser una solución perfecta, pero desde luego es una pequeña vuelta de tuerca más a esa portabilidad que algunos buscan. Yo mantengo mi postura y creo que esto es solo un rodeo. Está por llegar ese smartphone que se convierta en nuestro PC si lo necesitamos, pero mientras tanto, ahí queda eso. Minipunto y punto para Intel.

 

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