He probado con cinco o seis titulares antes de elegir el definitivo. Había pensado en algo tipo “Buscando el titular perfecto” o “Cuidado: este titular puede dañar gravemente tu salud (mental)”, pero al final me he decidido por un titular algo más coherente con el texto de este post.
La idea me ha venido gracias a un fantástico artículo de Maria Konnikova -soy muy fan suyo últimamente- en The New Yorker. Esta doctora en psicología reconvertida a escritora tenía las mismas dudas que yo -o yo que ella- a la hora de elegir titular para su reflexión, así que al final se decidió igualmente (o a la inversa, insisto) por un “How headlines change the way we think“.
Konnikova suele recoger estudios curiosos en el ámbito de la psicología para luego servírnoslos en cristiano, y en ese artículo cita uno de Ullrich Ecker, de la University of Western Australia, en el que este colega suyo -y su equipo de investigadores- realizaron un experimento en el que evaluaban el efecto que un titular distinto tenía sobre un mismo texto.
Las conclusiones fueron obvias: el titular condiciona la comprensión lectora del resto del artículo, y dirige nuestra percepción de ese contenido adicional, desplazándolo claramente hacia un lado o hacia el otro. Os recomiendo la lectura del artículo original de Konnikova, porque su texto es, como casi siempre, ejemplar. A lo que voy es a cómo eso influye en mi día a día.
Porque amigos lectores, lo creáis o no, lo de titular es una de mis pequeñas carencias a la hora de escribir. Me encantaría poder hacerlo mejor, pero de momento no es mi fuerte, algo en lo que mis jefes me recuerdan a menudo, y con razón. En Xataka titular bien es uno de los aspectos que más cuidamos. Lo hacemos casi de forma enfermiza, dedicándole más tiempo y esfuerzo del que probablemente os imaginaríais. Tanto es así que las sugerencias que yo pueda dar a la hora de publicar una noticia simple quedan aplastadas por titulares a los que nosotros calificamos como “menos tipo EFE”, en referencia a esos títulos asépticos y descriptivos que consiguen que básicamente nunca hagamos clic en la noticia porque con el titular basta.
Un buen titular puede salir después de 20 sugerencias y de un chat interminable en el que valoramos si esa frase tiene ‘punch‘ -como dice Javier Penalva-, si resume bien el contenido, o si es riguroso. Un ejemplo curioso: ahora que todo es smart, no veréis titulares en los que usemos mucho la traducción literal para hablar de “tenedores inteligentes”, “bolígrafos inteligentes” o incluso “televisores inteligentes”, porque precisamente consideramos que el concepto de inteligencia debe ir mucho más allá de lo que proponen esa palabra tan “trending” -concededme la licencia- en la electrónica de consumo actual.
Y precisamente titular bien no trata solo de resumir -que también- sino de lograr el objetivo último: que el lector acabe haciendo clic. Eso significa en muchos casos y en otros medios -aquí barro para casa- que haya mucho titular amarillista, engañoso o diseñado como clickbait. Da igual cómo, pero esos medios tienen que conseguir que uno haga clic en el titular o la foto, así que si tienen que mentir, exagerar o vilipendiar, adelante con ello. Hay unos cuantos maestros en esa disciplina, y CNET es desde hace tiempo uno de los que en el ámbito tecnológico yo más aborrezco. Los listicles -ya sabéis, las listas tipo “Los 7 pibones de 2015? (inevitable no clicar si encima combinas el tinte porno)- y los titulares engañosos son el pan nuestro de cada día para un medio que ha perdido muchos enteros en su obsesión por mantener el tráfico, pero hay otros muchos ejemplos, y Daily Mail con esos titulares interminables o BuzzFeed (atentos a la edición española, en la americana se lo están currando últimamente) son otro ejemplo de contenido barato y de estrategia editorial de clase B. En este post, por cierto, no encontraréis enlaces a esos medios. Si queréis intoxicaros, allá vosotros.
Porque como decía, el titular es en muchos casos tan importante como el propio contenido del artículo. Y lo es porque mucha gente precisamente ni lee ese contenido. Su percepción de la actualidad -sea tecnológica, económica, política, deportiva o nacional, por ejemplo- está basada en titulares, y si consulta medios “serios” probablemente esa percepción no diste mucho de la realidad. Pero es que además esos titulares condicionan también el éxito en redes sociales -componente fundamental del tráfico- y fortalecen la relación con el lector… o la destruyen, que también puede pasar.
Así que ya sabéis, la próxima vez que leáis una noticia o un reportaje, tratad de minimizar la relevancia del titular. Puede que este acabe condicionando el resto de esa lectura. Por si no tuviéramos suficiente con los comentarios.
Espero haber titulado bien este post. A ver qué me dicen mis jefes, pero me da que no tiene suficiente punch, porras. ¿A vosotros qué os parece?
Actualización (18/12/2014, 10:11 AM): No puedo por menos que enlazar el post que Fabrizio escribió sobre esto mismo hace unos meses, y que es una pequeña joyita. Titular incluido, of course.
El titular me encanta, aunque reconozco que anoche me costó hacer clic. 😀
Desde que leí la diapositiva 23 de esta presentación de Upworthy, intento escribir al menos diez titulares antes de elegir el definitivo:
http://www.slideshare.net/Upworthy/how-to-make-that-one-thing-go-viral-just-kidding
Y luego están los tests A/B. Si uno tiene la suerte de contar con un CMS que lo permita, claro. La automatización puede quitarte el peso de elegir.
Al final, por compasión, al pobre título le dediqué una cartita:
http://remoquete.com/2014/07/carta-a-un-titulo-cualquiera/
Lo de los tests A/B es algo que nunca he probado -sé positivamente que en WordPress hay plugins para ello- pero que desde luego mola. No tanto en Incognitosis, que es un blog modestito, pero sí en medios gordos que pueden seguramente notar un aumento importante de tráfico gracias a eso.
Buen apunte y mejor post, Fabrizio. Enlazado en una pequeña actualización, que es lo que se merece.
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