Hace unos días hablaba de ese revolucionario salto que Apple ha dado al ofrecer OS 10.9 Mavericks a precio gratuito. Eso ha favorecido la rápida adopción (a los pocos días un 10% de usuarios de Macs ya habían actualizado sus equipos a esta versión), y también favorece la reducción de la fragmentación. Todo son ventajas, pero es que además Mavericks es una versión de OS X con mejoras importantes. Yo aún me las estoy aprendiendo un poco más en detalle de lo normal, sobre todo gracias al impresionante análisis de John Siracusa en Ars Technica. Un trabajo descomunal que descubre muchas facetas del sistema que no son de interés para el usuario final pero que nos encantan a los frikis y que por supuesto encandila, cómo no, a los fanboys de la firma.
En general hay varias mejoras estéticas interesantes también a nivel funcional, además de la ligera «iosificación» adicional del sistema operativo que esta esta vez llega a través de aplicaciones. Maps e iBooks están preinstaladas en OS X Mavericks, y aunque no fueran dos soluciones hiper-demandadas, demuestran que llevar prestaciones de una plataforma móvil a un sobremesa puede tener mucho sentido.
Pero lo que en realidad me tenía en ascuas era esas características que anunciaron en WWDC y que prometían alargar la autonomía de la batería así, por las buenas. En Apple han hecho un trabajo brutal en este sentido, y eso que como dice Siracusa
Conserving energy is not sexy
Puede que no sea sexy, pero es una de esas características que acaban demostrando por qué una empresa está donde está. En el caso de Apple el resultado es impresionante. Mis pruebas fueron bastante básicas, esos sí: reproducción continua con VLC de «Memorias de África» desde un MKV de 19 GB con un brillo del 50% y con el WiFi desactivado. Los resultados, grosso modo, fueron estos:
- OS X 10.8 Mountain Lion: 200 minutos
- OS X 10.9 Maverics: 240 minutos
Puede que cuatro horas no parezcan demasiado, pero se trata de un vídeo 1080p con un bitrate más que aceptable (BDrip) y que le da trabajillo al Intel Core i5 a 1,8 GHz de mi MacBook Air (Mid 2012). Pero lo impresionante es que con algo tan aparentemente inútil como una actualización del sistema operativo se logre un 20% más de batería. Es impresionante, creedme, y eso teniendo en cuenta que el escenario de pruebas no era precisamente el óptimo. Mavericks se luce especialmente con varias aplicaciones abiertas, y tal y como explicaba Siracusa,
Apple’s vision of the hypermiling OS X of the future is attractive. Even setting aside the advantages of longer battery life, the fervor with which Mavericks attempts to shun all work except that which I, the user, am directly requesting at this particular moment is heartening.
Bien por Apple. Puede que hagan ciertas cosas horriblemente mal (¿para cuando soporte nativo de escritura para NTFS?), pero hay otras, muchas, en las que la capacidad de la gente de Apple es asombrosa.