Hace tiempo que el iMac de 21,5 pulgadas (Late 2009, modelo A1311) de mi mujer estaba comenzando a dar alguna que otra señal de su madurez, sobre todo por su unidad de almacenamiento. El disco duro no daba un rendimiento muy adecuado, así que tras investigar un poco encargué los componentes necesarios para sustituir la unidad SuperDrive del iMac por una unidad SSD, y en concreto, por una Samsung 840 EVO de 120 GB.

Había visto algún que otro tutorial para desmontar el iMac (en iFixit lo bordan, pero también fue útil la ayuda de OWC/Macnificos, a quienes compré el kit de instalación de SSD), así que simplemente fui esperando a que llegaran los componentes: el citado kit de instalación (importante por las ventosas de succión y por el Torx T10, lo demás es bastante secundario), una carcasa para la unidad SSD que se ajustase a la «bahía» del SuperDrive (comprada en eBay), y, cómo no, la unidad SSD en sí. En total, unos 130 euros de inversión que no son un precio precisamente bajo pero que tengo la esperanza de que le den otro aire al equipo.

Y ayer fue el día para ponerlo todo en marcha. Lo de desconectar la pantalla daba bastante miedito por los 4 cables que la conectan a la placa principal, pero superado ese escollo, el proceso fue relativamente sencillo, sobre todo cuando uno tiene delante las instrucciones de iFixit. A montarlo todo de nuevo tras la instalación de la unidad SSD, y a encender el equipo con los dedos bien cruzaditos.

Afortunadamente, parece que no rompí nada y el equipo se iniciaba normalmente y reconocía la nueva unidad SSD (je) pero así a partir de ahí tocaba resolver algunos inconvenientes de este proceso. El primero, que el ventilador activado según la temperatura de la unidad DVD ahora se ponía a funcionar a tope, con un ruido bastante molesto que obviamente había que quitar de raíz. Una opción era volver a abrir el equipo y, simplemente, desactivar definitivamente ese ventilador. Perecita, tras el buen rato desatornillando y volviendo a atornillar. Así que tocó solució software, encontrada en San Google. Hay algunas aplicaciones de pago que por lo visto lo hacen bastante bien en este aspecto, pero por ahora tiré por la solución radical, la de minimizar el funcionamiento de los ventiladores desde consola gracias a la utilidad smc Fan Control. Una vez descargada, basta con ir a la terminal y a la ruta donde está el ejecutable (smc) y escribir

smc -k F0Mx -w 12c0

Lo que permite que la unidad SSD (F0Mx) funcione a unas revoluciones muy inferiores y más sostenibles. Podéis darle más o menos caña a este apartado consultando la ayuda del comando, pero en esencia lo que quería estaba conseguido. Adiós al ruidito de marras.

El segundo problema fue toda una sorpresa: instalar tanto OS X Mountain Lion como Windows 7 (yep, nada de 8 en el iMac de momento) en el equipo. Lograr que Bootcamp funcione correctamente con la unidad SSD ha sido todo un logro, aunque al final encontré la ayuda perfecta en este tutorial que se lee fatal por el mal diseño de la página pero que es efectivo al 100%. En él, muchos puntos curiosos. Primero, el tema de poder crear la llave USB con Windows 7 para la instalación (atentos al vídeo, truqui con los ficheros plist). Segundo, también es curioso que haya que usar VMware Fusion (versión de evaluación) para preparar la instalación de Windows. Pero quizás aún más extraño es el hecho de que tras esa pseudoinstalación en máquina virtual haya que borrar todos los ficheros que se habían copiado a la partición (en eso se tarda un buen rato, cerca de 30 minutos por la enorme cantidad de pequeños ficheros) para luego volver a copiar aquellos pertenecientes a la instalación. No me voy a prodigar con los detalles porque todo está estupendamente explicado en ese post, pero la conclusión es la buscada: el arranque dual pirula.

Apenas he tenido tiempo de comprobar las ventajas, pero desde luego, la diferencia es asombrosa. Las unidades SSD son el componente más crítico a la hora de sacarle más partido a un equipo «algo madurito», y esa actualización compensa de forma brutal. Apple, como era de esperar, no lo pone fácil, pero con un poquito de maña (casi) todo es posible. Que vivan las unidades SSD.