El pasado noviembre tuve la ocasión de asistir a LinuxCon, y allí disfruté de una conferencia de la que luego hablaría en MuyLinux. Fue una charla realmente curiosa, pero aparte del tema técnico hubo un interesante apunte sobre la forma de trabajar del equipo de desarrolladores de Enlightenment, que hacían uso de IRC para comunicarse entre ellos. Tal y como apuntaba Mike Blumenkratz:
· Humor does not translate very well over text
· Easy to misunderstood someone
Esas verdades como puños se extienden a cualquier forma de comunicación escrita, pero tienen aún más relevancia en algo tan importante como los correos electrónicos. Porque por muchas ventajas que tenga este medio de comunicación, una de sus grandes desventajas es su limitación a la hora de comunicar nuestro estado de ánimo o el tono que queremos imprimir a estos mensajes.
Los emoticonos ayudan, pero usarlos en exceso parece infantilizar esa comunicación y en temas profesionales parece estar mal visto su uso. En mi opinión, es mejor utilizar emoticonos y pecar de infantil que dar a entender que estamos mosqueados, y de hecho muchos intercambios de email en el pasado con todo tipo de compañeros de trabajo siempre ha dado lugar a malas interpretaciones. Cualquiera con un poquito de sensibilidad probablemente se haya encontrado con esas situaciones. Qué borde es este tío por mail. Vaya forma de pedir las cosas. Se va a enterar cuando le conteste. Etc.
Y claro, esas pequeñas películas que nos montamos en nuestra mente (y que van aumentando en violencia para llegar a verdaderas producciones gore) se quedan en agua de borrajas (afortunadamente) tras una llamada a esa persona. Y seguro que os habrá pasado a todos vosotros, porque sobre todo en temas profesionales -con amigos y familiares los textos suelen ser mucho más informales-, me he encontrado con unas cuantas sorpresas al respecto. Sopresas bipolares, podríamos llamarlas.
Gente que a la que le hubiera metido un crochet o dos por mail luego era súper maja en persona o por teléfono. Y gente que parecía súper maja por mail parecían transformarse en sombrías versiones de sí mismas al conocerlas en persona. Porque de todo hay en este mundo, y porque, sobre todo, no hay tanta gente capaz de expresar bien por correo electrónico una sugerencia, un comentario, una crítica o una simple orden (si proviene de un jefe) con un medio tan sensible y que da pie a tantas interpretaciones como el correo electrónico.
Así que señores, paciencia y siempre, siempre, siempre, responder en frío ante una situación delicada. Como le decía a alguien esta mañana, «hasta que no inventen algo mejor que los smileys, el tono [de los emails] engaña«. No olvidéis que al otro lado también suele haber un teléfono con el que aclarar las cosas, y que de hecho suele ser la mejor forma de resolver muchas situaciones. Lo dicho. El correo electrónico no es para todo. Ni para todos.
¿Quienes somos?
– ¡lectores de Incognitosis!
¿Qué queremos?
-¡Volver a una sola columna!
¿Cuándo lo queremos?
‘ ¡Yaaaaaa!
Chunguis :/
Gracias a Responsive Design cada vez que entro achico (muuuucho) la página en su anchura (ojalá se pudiera hacer también con algunas personas) y termina con una sola columna, no es lo mejor pero algo es algo.
Pues a mí me mola el diseño en doble columna: elegante y diferente. Y para nada incómodo.
Ahora que lo pienso, los comentarios en blogs son otro lugar donde tiene buena cabida la mala interpretación de la comunicación escrita. Quizás por eso (y, bueno, por la libertad del anonimato) haya discusiones con tanta frecuencia.
Conclusión: coincido: paciencia, y responder en frío.
A mi me gusta la doble columna, me resulta agradable leer en un formato semejante al de una revista de papel. Y sí, soy mayor ;).
Me alegro de que haya un poco de todo. Y como dice Daniel, efectivamente los comentarios también son bastante sensibles a malas interpretaciones. Buen apunte!
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