Tecnología

El correo electrónico volverá por sus fueros

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No me ha tocado el gordo -apenas un reintegro, puaj-, así que no podré dedicarme más de lo que ya lo hacía al blog. Lo siento lectores 🙁 Estos días están siendo especialmente estresantes y me falta tiempo para casi todo, pero espero recuperar el aliento ahora que se acercan esos días especiales en los que es casi obligatorio ser feliz como una perdiz y descansar un poquito entre comilona y comilona.

Y vuelvo con un tema recurrente en Incognitosis, el del correo electrónico, que lleva unos años de capa caída. Los mensajes de texto para móviles y las redes sociales han hecho olvidar a las nuevas generaciones las prestaciones de una plataforma que, a mi entender, tiene muchas más ventajas que cualquier otro sistema de mensajería.

De hecho, aun con el interés que están generando esas redes sociales, está claro que si un internauta no tiene cuenta de Facebook o de Twitter, lo que es seguro es que tendrá cuenta de correo electrónico. Es un estándar universal, aceptado, que funciona, y al que simplemente le han surgido algunas alternativas temporalmente interesantes.

Así que, ¿qué ventajas aporta el vetusto correo electrónico?:

  1. Anárquico: puede que uno tenga que depender de servicios de terceras partes para recibir correo electrónico -con las amenazas a la privacidad que eso puede provocar- pero el correo electrónico no tiene porqué tener dueño. Montarse un servidor de correo (con direcciones tipo javipas@javipas.com) junto a tu blog es una pijada, y también existen un montón de servicios que proporcionan esa capa de anonimato y privacidad que evita suspicacias.
  2. Universal: mientras que la mensajería de Facebook solo funciona en Facebook y la de Twitter solo lo hace en Twitter -por poner dos ejemplos-, el correo electrónico es universal: tu dirección vale para cualquier sistema que tenga acceso al correo electrónico. Facebook y Twitter pueden morir (aunque no es probable que lo hagan a corto plazo), pero un sistema como el correo electrónico parece más inmortal que Christopher Lambert (qué-gran-película).
  3. Adaptable: a pesar de su antiguedad, este sistema de comunicación se ha ido adaptando a estos tiempos y es difícil encontrar algo que no se pueda empotrar/embeber (dos palabros difíciles de usar con tranquilidad) en el cuerpo de un correo electrónico. Da igual lo que quieras mandar: el correo electrónico se lo tragará, gracias en parte a la magia MIME. Lo mismo ocurre con el aspecto: su soporte nativo de HTML hace que el formato final de los correos electrónicos puede adaptarse a un montón de diseños y personalizaciones.

Obviamente no todo es de color de rosa: el spam, la gran lacra del correo electrónico, es la verdadera amenaza para estos sistemas, pero en los últimos tiempos los sistemas antispam parecen tener bastante a raya esos mensajes. Y si uno pone un poquito de su parte y aporta sentido común, el problema se minimiza de forma drástica.

Todo ello me hace pensar que esta reciente estadística publicada en el New York Times puede sufrir pronto un punto de inflexión. Los usuarios más jóvenes puede que se hayan olvidado de que existe el correo electrónico, pero espérate a que estén en edad de trabajar. A ver quién es el guapo que le dice al jefe o al administrador de sistema que quiere que le manden su correo del trabajo a Facebook. Ja.

Actualización (28/12/2010): Acabo de ver un artículo de Royal Pingdom que acaban de publicar hoy y que, curiosamente, es súper parecido al mío, tanto en el desarrollo como en las razones que dan para argumentar que el correo electrónico está muy lejos de estar muerto. Mola ser pionero 😉

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2 comentarios en “El correo electrónico volverá por sus fueros

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