Tecnología

Esclavos cognitivos: el secreto del éxito

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Hace unos días me encontré con un curioso artículo titulado «Cognitive slaves» en el que el autor daba en el clavo en una de esas reflexiones que siempre nos rondan la cabeza pero que nunca acabamos  de poner sobre el papel (o la pantalla, en este caso).

Se trata del secreto del éxito de muchos servicios actuales de Internet, y sobre todo y muy especialmente del éxito de las redes sociales, que han logrado una popularidad inmensa y han eclipsado a medios de comunicación tradicionales como la prensa, la televisión, la radio o el más reciente correo electrónico.

Facebook es el mejor ejemplo de ese éxito: más de 500 millones de personas se han unido a esta red -yo también, aunque únicamente para que Incognitosis también pueda ser accedida desde allí- y lo han hecho con la promesa de retomar el contacto con viejos amigos o reforzar ese contacto con los amigos y conocidos de siempre. Pero de lo que quizás muchos no nos damos cuenta es de que en realidad Facebook -como otros tantos servicios web- hace mucho menos por nosotros de lo que nosotros hacemos por ellos.

Porque somos esclavos cognitivos. Trabajamos gratis para todos esos servicios.

Así es, y así lo demostró desde su comienzo Digg, un motor de recomendación social que ahora esta de capa caída pero que hasta hace bien poco era la clara referencia en este tipo de actividad. Sin embargo, los ingenieros de Digg no es que se maten a trabajar para sacar Digg adelante, porque como luego se pudo comprobar en otros servicios similares, había dos clases de trabajadores en este servicio:

  • Los empleados de Digg (y no son muchos)
  • Todos los usuarios del servicio, que lo usaban votando y promocionando nuevas noticias y sitios web.

Así es: al usar Digg disfrutamos del servicio, pero también estamos trabajando sin notarlo para este servicio, que se nutre precisamente de nuestra actividad para fortalecerse, para hacerse más imprescindible, más popular y más interesante. Cierto que no todos los usuarios envían noticias, y cierto que no todos -ni mucho menos- envían nuevos enlaces, pero esa actividad provocó el éxito de un servicio que en cierto modo se podría considerar como una red social de recomendaciones que ha funcionado muy bien para sus fundadores.

El ejemplo de Digg se ha trasladado a otros muchos servicios: Reddit, la mismísima Wikipedia -que sería de la enciclopedia online sin la incansable labor de los miles de editores-, Flickr, YouTube, Twitter o Facebook son también ejemplos claros de que el éxito de estos servicios se basa en un alto porcentaje en la actividad de los usuarios, que se convierten casi en esclavos del servicio.

Es una buena definición de los que usamos dichas soluciones: nuestra libertad es más bien limitada -tenemos que respetar las licencias de uso, a menudo muy restrictivas, de estos servicios- y sobre todo, «trabajamos» de sol a sol enviando enlaces, compartiendo noticias y sitios web, vídeos, fotos… conocimiento. Y eso le sale absolutamente gratis a esos servicios. Que eso sí, a cambio nos ceden su infraestructura para que la utilicemos dentro de los márgenes de sus términos de uso.

¿Quién sale ganando? No veo a nadie quejándose por tener que compartir experiencias y contenidos en estos servicios, así que la respuesta está clara. Ganan los Facebook, Twitter, YouTube o Flickr. Mucho más que nosotros.

Y ni siquiera nos estamos dando cuenta. ¿A que mola?

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3 comentarios en “Esclavos cognitivos: el secreto del éxito

  1. cutivengu dice:

    Estoy básicamente de acuerdo contigo, pero no creo que, por ejemplo Facebook, haga mucho menos por nosotros de lo que hacemos nosotros por Facebook.

    Obviamente el gran secreto de eso que se llmó web 2.0 es que el contenido es mantenido por los usuarios, pero la aportación individual de cada usuario es infinitesimal, mucho menor de la información que sustrae del servicio.

    Por lo menos eso me parece a mi.

    Aprovecho para enviarte un saludo y las gracias por cada uno de los artículos que publicas.

Comentarios cerrados.