Hace un par de días aprovechamos por fin para ir a ver Avatar en 3D en Kinépolis Madrid, y la verdad es que después de tanta buena crítica uno espera mucho de esta película. Sobre todo teniendo en cuenta que la entrada cuesta algo más de 10 euros, una verdadera exageración que no obstante al final no importa tanto porque, la verdad, Avatar me ha parecido todo un punto de inflexión para el cine.
Lo cierto es que la presencia de las 3 dimensiones no fue tan impactante como esperaba. Poco antes de la película pusieron el tráiler de «Cómo entrenar a tu dragón», otra película de 3D, esta vez de animación, en la que el efecto de profundidad era mucho más patente. En Avatar, salvo cuando aparecían objetos muy en primer plano -o por ejemplo, cuando había escenas con ordenadores y sus interfaces en modo HUD-, las tres dimensiones son más difusas, menos perceptibles. Y aun así, esto lo cambiará todo en el mundo del cine y del entretenimiento.
Avatar no es un peliculón: es muy entretenida, pero la historia parece un refrito de otras como «Bailando con lobos» o «Pocahontas». Aún así a nivel técnico es sencillamente prodigiosa. Espectacular, con un nivel de detalle y minuciosidad que yo jamás había visto antes en una película. Pero es que además de ese detalle el soporte de las tres dimensiones le da mucho más entidad, y que supone el espaldarazo definitivo a todo un mundo de contenidos 3D.
De hecho, ahora todo el mundo habla de 3D. Canales de televisión 3D, la adaptación de Blu-ray para dar soporte a estos contenidos, o pantallas y proyectores para nuestra casa que prometen llevar esta experiencia no solo a los cines, sino también a los hogares.
La revolución ya está aquí, y de hecho hace tiempo que los juegos de ordenador en 3D están disponibles gracias a soluciones como la conocida 3D VISION de NVIDIA, (hay un hilo de discusión al respecto en Noticias3D). Las tres dimensiones han llegado. Y Avatar se ha encargado de demostrarnos por fin lo que pueden ofrecer. Esa ha sido su característica diferencial.
El mundo 3D no es sino una maniobra de la industria para que tengamos que volver a pasar por caja para todas las películas que ya tenemos compradas / descargadas. Lo demás, que me cuenten lo que quieran. Amén.
Me pareció increíble la escenografía de la película, en cuanto al argumento lo encontré….como el de siempre…que ya estaba muy visto.
Pingback: Adiós, 3D, adiós, adiós | Incognitosis