Aunque hacía tiempo que la cosa no acababa de estar clara, ayer se anunció el cierre de una de las startups que más futuro parecían tener cuando aparecieron. Joost, la niña bonita de Janus Friis y Niklas Zenstrom, ha acabado siendo vendida a precio de saldo a una empresa llamada Adconion Media Group, que la utilizará para sus propios canales de distribución de márketing.

Parece que incluso los grandes se dan batacazos de cuando en cuando, porque Friis y Zenstrom  habían triunfado con KaZaA y Skype, y querían hacer lo mismo con Joost, un desarrollo que a mí me pareció espectacular en su concepción, pero que se ha visto muy poco favorecido por el tipo de contenidos que ofrecía. Mientras que los servicios como Hulu triunfan gracias a la distribución de contenidos de pago -películas, series-, en Joost querían ofrecer una especie de televisión genérica en Internet, y ni la audiencia ni la industria la recibieron con demasiada expectación.

Michael Arrington, fundador de TechCrunch y uno de los cibergurús más respetados, dejaba clara su opinión el pasado verano, cuando la situación de Joost era tan preocupante que sus fundadores anunciaron que iba a haber un cambio de modelo de negocio. Las palabras del citado Arrington eran bastante demoledoras:

Here€™s what I learned from Joost€™s failure €“ celebrity founders, celebrity CEOs and tons and tons of cash can be a recipe for disaster. Applying yesterday€™s solutions to today€™s problems isn€™t an interesting business. And finally, knowing when to throw in the towel and just return what€™s left of capital to investors is an important skill as well. That way everyone can move on and focus on real value add opportunities. There€™s no room for Joost in the consumer online video space, and there€™s almost certainly no room for them in white label video, either. Time to call it a learning experience and move on.

Es uno de esos fracasos que me hacen pensar. Joost parecía tener una base sólida, y la idea no era mala en apariencia. Pero está claro que o bien no era el momento -ahora es cuando la tele está empezando a triunfar en Internet- o bien realmente el formato no era el correcto. Como dice Arrington, uno debe saber cuándo parar, aprender del error, y seguir adelante. parece que en Joost han tardado un poco en comprenderlo, pero más vale tarde que nunca.