Hace un montón que no compro un CD, pero no debo estar perdiéndome nada del otro mundo porque la calidad de sonido de los compactos en los últimos años es lamentable: las discográficas se están pegando para ver cuál de ellas produce el disco con el sonido más fuerte de todas, sin importar la calidad del sonido y detalle de los elementos que componen cada canción o partitura.

No soy un experto en el tema – pero conozco a un auténtico audiófilo, mi ex-compi de fatigas Juanky, ahora en RBA 🙁 – pero la explicación del vídeo publicado en Funl muestra a las claras que cuando las productoras incrementan el volumen de la canción de una forma tan monstruosa se están cargando literalmente la verdadera riqueza de cada canción.

Puede que inicialmente parezca que esa canción tiene mucha fuerza, pero una simple comparación con un disco de antaño permite demostrar que las grabaciones actuales son una basura. Lo sufrimos a diario en los coches de los macarrillas de turno – más reggaeton no, por favor -, y por supuesto en los bares y discotecas. Si una canción está bien grabada, ese efecto zumbido que existe al aumentar el volumen no debería presentarse, o al menos, debería resultar casi imperceptible. En Times Online lo comentaban recientemente:

Artists and record bosses believe that the best album is the loudest one. Sound levels are being artificially enhanced so that the music punches through when it competes against background noise in pubs or cars.

De hecho, esta nueva actividad de las discográficas ha hecho que discográficas como EMI dispongan ahora de pistas de mayor calidad de audio que por supuesto venden a precios más altos y que únicamente se distinguen de sus versiones en la disminución del volumen para conservar la riqueza del sonido, y de utilizar compresiones de audio mucho más adecuadas. Es la razón también de la aparición de sucesores de alta calidad al CD como el SACD o el XRCD – de estos Juanky tiene unos cuantos – que precisamente se centran en esos dos factores: compresión – cuidado: no es lo mismo compresión que compresión – y mantenimiento de la calidad del sonido. Los compradores de CD cada vez se dan cuenta más del hecho pidiendo remasterizaciones sin tanta chapuza, y en Yahoo! Tech llegan a la misma conclusión que yo:

Anyone still wondering why the music business is suffering?

¿A qué está dando lugar todo esto? A la llamada ‘loudness war‘, una guerra encarnizada por lograr sacar el disco con el volumen más alto de toda la historia. En el excelente artículo de la Wikipedia se explican mucho mejor todos los conceptos – aunque en inglés – así que si queréis informaros más, ya tenéis tarea. Yo de momento seguiré sin comprar CDs, y parece que otros muchos también, porque el Top Manta no es el único factor que está haciendo que la venta de CDs esté sufriendo un retroceso. Y es que tal y como ha sentenciado Juanky tras leer el post:

El CD sólo sirve como posavasos. La música como Dios manda sólo se esconde en los sugerentes surcos de los discos de vinilo. No hay otra opción.