Hoy he roto mi habitual ciclo de trabajo en el blog. Normalmente abro Firefox, visito mi cuenta de bloglines y voy repasando los titulares del día en mis webs seleccionadas para sacar ideas. Pero hoy no hacía falta. Ya he comentado anteriormente que trabajo en la revista PC Actual como redactor técnico. Algo que tiene muchas ventajas para cualquier aficionado a la informática, pero que al menos tiene una desventaja: es muy difícil que algo me sorprenda realmente a estas alturas. Hoy ha pasado, y hacía meses (yo diría que años) que no me ocurría. Y lo ha conseguido Google Earth, el nuevo servicio de una empresa que sigue subiendo más y más peldaños de esa escalera del éxito. Un compañero de la redacción (que enseguida ha inmortalizado el momento en nuestro blog) hacía saltar la liebre, y a los 10 minutos todos los que disfrutamos de este tipo de cosas estábamos jugueteando con la aplicación, que puedes descargar desde su web y utilizar libremente. Las posibilidades de esta versión inicial sólo me han hecho vislumbrar en lo que se puede convertir Google Earth en unos meses.

La interfaz es excepcional. Sencilla, visual, bien ordenada. Sin concesión a opciones rebuscadas que no hacen más que confundir al usuario. La ejecución, prodigiosa: sólo moverse de un punto a otro del globo y comprobar el efecto de volar en pocos segundos al otro lado del mundo es sorprendente. Pero ese efectismo encierra mucho más: las tripas de este servicio son igualmente admirables, y la renderización de la cartografía que queremos desplegar, así como todos los datos que la completan, es brillante. Se me están acabando los adjetivos, pero es como veo este verdadero hallazgo de los de Google. Lo más gracioso es que simplemente ha pasado lo que ya había mencionado anteriormente en este blog, pero la cristalización del servicio es tan perfecta que ha superado todas mis expectativas con creces. Aunque pueda parecer un juguete (y de hecho, no os recomiendo instalarlo si no disponéis de un buen rato libre para viciaros, algo inevitable) la aplicación de Google esconde un negocio portentoso. Empresas, comercios, zonas de servicios y todo tipo de datos asociados al típico callejero pueden relacionarse ahora de una forma mucho más visual, natural, y, desde luego, más potente. Tanto es así que la visión en tres dimensiones de los edificios de alguna ciudad (algo que lamentablemente está disponible en muy pocas poblaciones, pero que resulta igualmente espectacular) se queda empequeñecida al comprobar que es casi un adorno frente a las posibilidades de este servicio. No me extraña que los de MSN se hayan puesto manos a la obra para tratar de sacar a la luz un proyecto similar. No lo he visto todavía, pero existe un vídeo descargable (eso sí, de 130 Mbytes) con una demo del servicio de MSN, así que habrá que darle una oportunidad ;-). Veremos cómo les va, aunque de momento Google tiene un caballo ganador. Y además, cuenta con la experiencia de la empresa responsable del software original, KeyHole, cuya comunidad de usuarios permite añadir aún más ventajas gracias a la constante actualización de las bases de datos mediante ficheros KML, algo así como el XML de la cartografía.

Evidentemente, no todo es perfecto: la cobertura es muy limitada (sobre todo si salimos de EEUU), máxime cuando hablamos de esos servicios añadidos a la cartografía. Algo que a buen seguro irán resolviendo con el paso de los meses. Otra de los hándicaps de este ingenio es la necesidad imperiosa de contar con una conexión de banda ancha, y de reservar un buen cachito de ese ancho para este programa. Esto se debe a su funcionamiento, y es que toda la información se descarga mediante streaming (como si se tratase del último tráiler de King Kong de Peter Jackson, que he visto hoy, por cierto). El que no dispongamos de esa información en local (lo que a buen seguro llevaría muchos, pero que muchos gigabytes) ralentiza el proceso de acceso a la misma, pero la cada vez mayor velocidad de nuestras comunicaciones alivia ese aspecto. Por último (y no por ello menos importante), es muy difícil acceder a ciertas localizaciones. Por ejemplo, si introduces «Hong Kong» como término de búsqueda el programa se queda lelo. Pero todo eso no importa, porque es cuestión de ir puliendo esos pequeños detalles.

Son los diez megabytes más valiosos que me he descargado en meses. No os lo perdáis.