Pocas noticias tecnológicas han dado tanto que hablar como la que tuvo lugar el pasado lunes 6 de junio. El impacto del anuncio realizado por Steve Jobs ha cristalizado en cientos de páginas web, muchas de ellas con formato de blog, en las que se comentan todos los aspectos relacionados con el acuerdo entre Apple e Intel. Miles de usuarios se han involucrado en interminables discusiones sobre las consecuencias de este anuncio, que cambiará radicalmente el futuro de la empresa de Cupertino y que sin duda tendrá muchas connotaciones en el panorama informático actual. En las siguientes líneas trataré de destacar los puntos clave de ese acuerdo.
Razones de peso
Tal como se apunta en una excelente editorial de Ars Technica, varias pueden ser las razones por las que Apple se haya decidido a dar este paso. No es un secreto que la relación entre Apple e IBM se había ido degradando con el paso del tiempo. La imposibilidad de cumplir con plazos y previsiones anunciados a bombo y platillo por Jobs (por ejemplo, un G5 a 3 GHz que nunca vio la luz) fue una de las causas clave, más teniendo en cuenta la dedicación que han puesto los de IBM en su microprocesador Cell, que será aplicado inicialmente a consolas y del que también se habló como un posible candidato para ser utilizado en las futuras soluciones de Apple.
Otra corriente de pensamiento mucho más interesante se deriva de la reflexión de otro eminente periodista digital, Robert X. Cringely, quien en una discutida columna de su blog personal llegaba a una conclusión: Intel comprará a Apple. Según sus conclusiones, Intel está hasta las narices de Microsoft, y puede que la alianza con Apple pudiera darle la vuelta a la tortilla.
«Microsoft comes into this because Intel hates Microsoft. It hasn’t always been that way, but in recent years Microsoft has abused its relationship with Intel and used AMD as a cudgel against Intel. Even worse, from Intel’s standpoint Microsoft doesn’t work hard enough to challenge its hardware. For Intel to keep growing, people have to replace their PCs more often and Microsoft’s bloatware strategy just isn’t making that happen, especially if they keep delaying Longhorn.»
La idea es sorprendente, pero, desde luego, no es nada descabellada. La compra permitiría a Intel y Apple unir sus fuerzas en una plataforma realmente potente, que aprovechase las ventajas de las tecnologías de forma que Microsoft no pudiera competir con tanta fuerza en este mercado. Sin embargo, plantarle cara a un gigante como Microsoft sería realmente complicado, y a los de Intel les podría salir el tiro por la culata.
El elegido: El Pentium M
Evidentemente, la incógnita más importante es la que se refiere al procesador o procesadores Intel que utilizarán las futuras máquinas de Apple. Mucho se ha especulado en diversos portatles, blogs y foros de discusión de Internet, pero parece que existen suficientes evidencias para apostar por un desarrollo específico de Intel. Tal y como apuntó Jobs en su keynote,
«Intel processors provide more performance per watt than PowerPC processors»
El Pentium M es un caballo ganador si hacemos caso a esa afirmación. La plataforma, iniciada con el procesador con nombre clave Banias se vio rápidamente reemplazado por Dothan, un modelo que se lanzó hace poco más de un año y que ha supuesto uno de los desarrollos más eficientes de toda la historia de Intel. De hecho, su arquitectura ha permitido que incluso a frecuencias notablemente inferiores a las de sus hermanos mayores, los Pentium 4, estos micros obtengan un rendimiento igual o superior, como se comenta en eWeek:
«The chip, which currently tops out at 2.13 GHz, typically performs as well or better than all but the fastest Pentium 4 chips, which clock in at 3.6GHz and 3.8GHz, even for applications such as computer-aided design, Intel and analysts say, while consuming roughly a quarter of the amount of power those chips use.»
Sin embargo, no sería Dothan el núcleo elegido para las primeras máquinas (previsiblemente, portátiles) que presumirán de hacer realidad el acuerdo. El siguiente paso en esa evolución tiene nombre desde hace meses: Yonah. El primer microprocesador Pentium M dual core y con tecnología de 65 nanos es un excelente candidato para situarse como el primer peldaño de esa escalera hacia el objetivo de Jobs:
€œStarting next year, we will introduce Macs with Intel processors. This time next year, we plan to ship Macs with Intel processors. In two years, our plan is that the transition will be mostly complete, and will be complete by end of 2007.€
Este rumor ya era patente antes del anuncio, como desvelaban desde The Inquirer. Una de las razones evidentes de tal elección sería el logro tecnológico que permitirá igualar la autonomía de este desarrollo de doble núcleo con las cifras que se manejan en Dothan, un aspecto vital teniendo en cuenta que este microprocesador utilizará el doble de transistores. Tal y como se comenta en AnandTech, no se quedarán ahí, sino que la utilización del denominado Dynamic Power Coordination permitirá ajustar el voltaje, consumo y rendimiento del procesador en cada instante de forma óptima. Algo similar a lo que hacen actualmente los procesadores Athlon64 con la tecnología Cool’n’Quiet, pero con más etapas configurables. Otras características del procesador lo hacen realmente interesante para los propósitos de Apple, sobre todo si atendemos a sus ordenadores portátiles, cuya arquitectura interna se estaba quedando atrás por la imposibilidad de integrar G5 debido en gran medida al calor disipado por estos micros.
El único factor que juega en contra de estos procesadores es la ausencia de soporte para las extensiones de 64 bits, conocidas como tecnología EM64T, y que han permitido a Intel competir con AMD en esa plataforma intermedia (no es totalmente de 64 bits, ni tampoco es una 32 bits pura) bautizada como AMD 64 y de la que tanto partido han sacado tanto los Opteron, los primeros en salir a la palestra, como los Athlon 64 en sus distintas familias. En algunos portales como en The Register apuntaban hace meses a una posible solución de compromiso por parte de Intel, que trataría de añadir tales capacidades a Yonah antes de tiempo, o bien lanzar de forma prematura Merom, el sucesor de Yonah sobre el que sí que se planea dar soporte a EM64T. En la siguiente tabla se puede comprender la evolución de estos productos y la solución a ese único inconveniente, que llegará del mano del citado Merom.
Con todo y con eso, todo apunta a la elección de Yonah inicialmente. El principal responsable de la división de procesadores móviles de Intel, Mooly Eden, fue quien desveló los primeros detalles de las ventajas tecnológicas del nuevo desarrollo de su división a webs como AnandTech en el IDF de la primavera de 2005 o News.com. Desde portales de referencia como MacWorld o MacRumors también se confirman esas impresiones, pero sin duda uno de los mejores estudios lo encontramos en Ars Technica, donde se ofrecen unas previsiones muy coherentes con la que podría ser la línea a seguir por Apple. De hecho, es la opción más lógica. Los primeros Macs con procesadores Intel serían Los Mac mini, iBook y Powerbook, que utilizarían Yonah en la primera mitad del 2006. En la segunda mitad del mismo año podrían aparecer los nuevos iMacs con micros Sossaman, la versión de sobremesa de Yonah. El primer trimestre del 2007 verían la luz las verdaderas estrellas: los PowerBooks con Merom y los PowerMac con Conroe, que son a Merom lo que Sossaman a Yonah.
¿Qué pasa con Itanium?
Entre las primeras elecciones que algunos usuarios barajaron para esa futura máquina de Apple e Intel se encontraba también una verdadera sorpresa: el Intel Itanium 2, que con sus 9 Mbytes de caché de nivel 3 representa una verdadera bestia de la computación pesada, pero cuyo consumo y tamaño lo desaconsejan totalmente para los nuevos Macs. Uno de los defensores y precursores de esta idea era el conocido periodista y columnista de PC Magazine John C. Dvorak, que hace años ya previó una posible alianza (aunque se equivocó por poco en las fechas) y que defendió la candidatura de Itanium como solución a los problemas de Apple.
En foros de discusión como los presentes en Slashdot (no recomendables a no ser que tengáis mucho tiempo libre) se discutían las posibles ventajas de esa opción. Al parecer, la migración de código de PowerPC a Itanium sería menos conflictiva que a un micro x86. Otro posible factor de la elección de Itanium sería su arquitectura pura de 64 bits, y el hecho de que sea un desarrollo totalmente aparte del resto de microprocesadores de Intel, que compiten con AMD directamente en diversos ámbitos pero que en este caso no tienen competidor puro si fueran aplicados al mercado de consumo. Ni siquiera los Xeon, destinados a servidores y estaciones de trabajo, y que han heredado la tecnología EM64T, podrían desbancar a este producto, puesto que los Opteron compiten en la misma franja. Itanium supondría un factor diferenciador para Apple, que siempre ha tratado de mantener su propia personalidad y filosofía en todos sus lanzamientos. Sin embargo no podrían ser aplicados a ordenadores portátiles, uno de los campos en los que Apple compite con más fuerza, lo que en mi opinión los descarta inicialmente.
MacOS X, sólo en «Macintels»
Una de las cuestiones que también se discutieron ampliamente durante los últimos días fue la posibilidad de instalar el sistema operativo de Apple en máquinas con procesadores Intel que no fueran desarrolladas o «certificadas» por Apple. Sin embargo, poco después de la conferencia de Jobs se negó tal posibilidad. Phil Schiller, uno de los máximos ejecutivos de la compañía de Cupertino lo negaba de forma tácita…
€œWe will not allow running Mac OS X on anything other than an Apple Mac€
… aunque no tratarán de impedir que se instale Windows en esas mismas máquinas
€œThat doesn€™t preclude someone from running it on a Mac. They probably will, we won€™t do anything to preclude that.€
Ya expresé mis dudas sobre esta dictatorial decisión de los directivos de Apple. Comprendo su posición, ya que de este modo garantizan que no se producirán problemas en las arquitecturas que ellos certifiquen (o al menos, no demasiados), pero cerrar las puertas a muchos usuarios que desearían probar MacOS X y sus aplicaciones en sus máquinas tradicionales resulta tan desalentador como decepcionante. Puede que existan mecanismos para evitar tales acciones (la BIOS, o bien procesadores con DRM integrados para detectar y habilitar la instalación y ejecución de ciertos sistemas), pero como suele ocurrir, hecha la ley, hecha la trampa. A buen seguro muchos «friquis» y gurús de la informática actual lograrán aplicar sus conocimientos para descubrir formas de saltarse estas protecciones.
Actualización: Aunque se me había pasado brevemente por la mente, sí existe una tecnología que puede desarrollar un papel fundamental en este apartado: LaGrande, una de las dos grandes apuestas de los futuros micros de Intel junto a Vanderpool (esta última, para virtualización), podría ser utilizada para restringir el ámbito del hardware capaz de ejecutar Mac OS X. tal y como apuntan en AP Online :
Apple would have been forced to make its systems fundamentally incompatible with the standard PC platform to prevent hackers from making their own Mac clones.
Today, Intel has the answer. LaGrande technology provides an unbreakable cryptographic lock that can keep Mac OS from booting on systems not made by Apple.
Sin duda, una actualización interesante, considerando que el roadmap de Intel confirma que Merom incluirá esas tecnologías.
Actualización 2 (14/junio): Vía Alt1040 me entero de que uno de los posibles métodos que podrán utilizar para impedir que MacOS X no se ejecute en otras máquinas es la implantación del chip Trusted Platform Module (TPM), tal y como se afirma en VNUnet.com (que forma parte del grupo VNU, al que pertenece PC Actual, en la cual escribo ;-)). Este componente dispone identificar cada máquina con un código único que la distinguiría de otras máquinas, lo cual podría servir para los propósitos que persigue Apple.
La oveja negra
El gran perjudicado (al menos, eso parece) de esta alianza ha sido AMD. A pesar de su posición de privilegio en el mercado de los procesadores de consumo con soporte para 64 bits, AMD no ha sido considerada por Apple. Es más, en ningún momento se ha citado qué tipo de procesadores se utilizarán, y sólo se ha hablado de que serán Intel. Por lo tanto no podemos saber si se decantarán por la arquitectura x86 o por la x86-64, aunque en la anterior sección sobre Yonah y los posibles procesadores que se utilizarán coparían ambas opciones. ¿Por qué AMD no podría ser compatible? Una buena pregunta a la que sigo sin encontrar respuesta: sólo mediante modificaciones específicas en los núcleos podrían impedir que el código de MacOS X (y las correspondientes aplicaciones) no pudiesen correr sobre otros procesadores que siguiesen las especificaciones de la arquitectura x86 o x86-64. También en la editorial de Ars Technica se preguntaban lo mismo, y concluían lo siguiente:
«Intel can give Apple a package deal that includes a feature-rich chipset and a competitive CPU, and they can do it in volumes and at prices that are beyond AMD’s capabilities.»
Sin embargo, esto no explica las razones técnicas por las cuales MacOS X no sería compatible con máquinas con microprocesadores de AMD. Parece que aún quedan unas cuantas incognitosis digitales por desvelar 😉 Otro de los posibles desarrollos que podrían haber sido elegidos para la nueva etapa de Apple era el Cell, pero al parecer este microprocesador no convenció a Jobs. John Markoff, uno de los periodistas de las TI más reputados, comentó recientemente en el NY Times que Kenichi Kutaragi (presidente de Sony) y Steve Jobs se reunieron recientemente para hablar del tema:
«Mr. Kutaragi tried to interest Mr. Jobs in adopting the Cell chip, which is being developed by I.B.M. for use in the coming PlayStation 3, in exchange for access to certain Sony technologies. Mr. Jobs rejected the idea, telling Mr. Kutaragi that he was disappointed with the Cell design, which he believes will be even less effective than the PowerPC.»
Por lo que parece, Apple quería olvidarse defintivamente de IBM, uno de los desarrolladores clave del nuevo y sorprendente microprocesador. Sin embargo, y dado que estos micros serán capaces de ejecutar código de plataformas x86, yo no descartaría la posibilidad de instalar MacOS X en máquinas que se basen en la solución de IBM, Sony y Toshiba.
El efecto Osborne
El anuncio de Steve Jobs en la WWDC deja otra gran incognitosis: ¿qué pasará ahora con los ordenadores actuales que fabrica Apple? Las consecuencias de una noticia tan prematura se ciñen al denominado efecto Osborne:
«The Osborne effect is a marketing mistake, particularly in the technology industry, where announcing a new and greatly improved product before it has been fully developed can cause a critical decline in sales of an existing model.»
Así pues, se podrían producir dos consecuencias: la primera, que los usuarios decidieran aguantar con lo que tienen y esperar a los nuevos modelos de Apple con Intel para dar el salto a la próxima arquitectura directamente. Esto provocaría pérdidas ingentes en las arcas de los de Cupertino, que acabarían con un stock que tendrían que acabar rebajando de precio para poder reducir esas pérdidas. La segunda, radicalmente opuesta, precisamente produciría el efecto contrario, ya que muchos usuarios preferirían comprar cuanto antes una de las últimas máquinas de Apple «de toda la vida» en su afán por conservar la filosofía original y la imagen de marca que proporciona la empresa de Jobs. En páginas como Mac News se analiza esa situación, aunque The Register fue uno de los primeros en hacer referencia a los posibles efectos de tal acuerdo, algo que también comentan en otro notable estudio de las consecuencias de este acuerdo en Microsiervos.
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