Ahora voy a ser sincero
Estuve tiempo sin querer jugar
Encerrado en mi agujero
Ya solo quería disparar
Suena Coque Malla de fondo con ‘Hasta el final’. Es una canción que he descubierto gracias a mi primo Joaquín, que luego le he robado sin piedad porque la buena música no se copia, sino que se roba, y que se ha convertido en un absoluto hitazo personal.
Es una canción triste y llena de esperanza, que es un poco lo que ha sido este 2025 para mí. Bastante triste y que espero que dé paso, esta vez más que hace mucho tiempo, a cosas nuevas, distintas y mejores.
Ha habido mucho que agradecer, porque como digo siempre, yo y casi todos los míos hemos tenido eso que todos quieren. Sigo siendo un talento sin descubrir al pádel, ya programo mejor que Linus Torvalds y sigo dando unos saltos del tigre de los que Bruce Lee estaría orgulloso.
Y luego están mis niños, que ya no tan niños aunque siempre seguirán siendo mis niños, y que son junto a mi eterna Sally la alegría de mi vida.
Les teníais que haber visto hace un rato preparando los cartelitos de los nombres para la mesa. Organizamos cena de nochevieja en casa y es una tradición que le hemos robado a la familia de mi mujer —no paramos de robar—, así que se han encargado de hacerlos con un arte y una gracia que ya la quisiera para sí Nano Banana Pro. Ya están en plena preadolescencia y la adolescencia, esa fase que aterra a los padres. Nosotros estamos tan panchos porque son, de verdad, increíbles. No lo digo yo, que también. Es que nos lo dicen mucho. Así son.
Que conste que durante el año ha habido ratos estupendos, desde luego. Los viajes, por ejemplo, este año han sido espectaculares y me recuerdan un día tras otro que esto, chavales, debería ser un carpe diem. Y aunque se me olvida bastante a menudo, intentamos hacer honor a esa frase cuando podemos. Por ejemplo, con esos días mágicos de sidrina y cabrales.
Pero también ha habido cosas plof. Bastante plof, de hecho. Por eso aquellos días mágicos fueron tan mágicos y por eso y otras muchas cosas quería ya dar carpetazo a este año, algo que no me había pasado desde hacía bastante tiempo. A ver qué tal se da 2026. De momento, insisto, a esperar lo mejor. Me apropio de las palabras de Coque Malla, y aunque nunca he fumado, a ese piti sí le doy una buena calada ahora.
Y ahora enciendo un cigarrillo
Y aspiro hasta el final
No me importa si está bien
No me importa si está malTengo abiertas las ventanas
Y dejo el aire entrar
Tengo ganas de abrazarte
Tengo ganas de llegar al final.
Feliz año.

Un abrazo enorme, Javi! Un gustazo seguir leyéndote un año más sin parar. A por el 2026 ?