Tecnología

La debacle del Apple Car

Todo era demasiado raro. Desde que los rumores empezaron a surgir en 2015 —puede que antes—, algo olía mal. El ‘Project Titan’, el teórico coche autonómo y eléctrico de Apple, parecía ser su proyecto más importante en años, su próxima disrupción.

Otra próxima disrupción más, claro, porque antes lo intentaron un iPad que ahora parece ir sin rumbo, un Apple Watch que no pasa de ser un buen accesorio para el iPhone o unas Vision Pro que no estoy seguro de que vayan más allá del ‘wow’ inicial.

Pero el coche, como estas otras, pintaba a ser la pera manzana limonera. Y sin embargo, cada vez que aparecía una noticia, la situación no parecía mejorar. No avanzaba, y si lo hacía, era con cambios de rumbo extraños. Ahora vamos a hacer un coche. Ahora nos lo va a hacer otra marca. Ahora va a ser autónomo. Ahora no. Ahora contratamos a un crack del mundillo. Ahora dimite este otro crack.

Era un no parar de rumores contradictorios que como digo olían raro. Algunos comentan que como Apple nunca confirmó el proyecto no había nada que cancelar, pero el proyecto era un secreto a voces. A gritos. Existía, y simplemente —como ha pasado tantas otras veces— Apple o decía nada hasta no estar seguros de que iban a comercializarlo. Ocurrió hace poco con las Vision Pro, de las que también se llevaba hablando años pero que Apple solo conifrmó pocos meses antes de ponerlas a la venta.

El problema es que lo del coche es especialmente preocupante. Apple tiene dinero y gente y recursos para aburrir, así que, ¿cómo es posible que no hayan podido lanzar un coche en condiciones? No hacía falta siquiera que tuviera conducción autónoma: ha quedado claro que ese problema de momento no está cerca de resolverse —fuimos muy optimistas—, y simplemente podía haber hecho un (muy buen) coche eléctrico. Uno que pudiese competir en el mercado gracias a la inercia del ecosistema de Apple.

Pero de eso nada. Supongo que había demasiadas dudas sobre si acabaría siendo rentable —segmento ultracompetitivo—, y en Apple han preferido plegar orejas. Una retirada a tiempo, dicen, es una victoria. En The New York Times tratan de dar más datos sobre lo que ha pasado, aunque lo que comentan ya era conocido.

Ahora les queda el recurso de la inteligencia artificial. Llevan mucho retraso aquí, pero es que además no tienen tantas armas para ganar la batalla. OpenAI, Google (con DeepMind) y Meta parecen contar con más talento y experiencia, así que lo único que puede hacer Apple es cambiar de enfoque.

Es algo que ya comenté por aquí. ChatGPT o era un problema para Apple, sino una oportunidad. Una para que los iPhone ofrezcan un chatbot privado, que se ejecute en local y que mejore la experiencia de usuario aprovechando nuevas ideas como las que ya han apuntado los curiosos Rabbit R1. Ya sabéis: que su asistente no dé las respuestas, sino que actúe en base a ellas. Diría que por ahí pueden ir los tiros de los asistentes personales del futuro, y aquí Apple y el iPhone —y el resto de su ecosistema— tienen como digo una oportunidad.

Mientras tanto, eso sí, podemos ir olvidándonos del coche. Es, como decía en Xataka hace un ratito, una lástima, porque me hubiera gustado ver cuál era su propuesta.

No me lo hubiera comprado, claro. Ya dije que yo de mayor quiero tener un Tesla. O, bueno, un Xiaomi SU7. Por pedir, que no quede.

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