No habían pasado ni 24 horas y ya estaba estresado. Acababa de salir por fin el esperado ‘Starfield‘, el juego de Bethesda que cualquier suscriptor de Xbox Game Pass podía disfrutar desde el día cero. Y aunque no lo hago casi nunca, me animé a descargarlo para probarlo rápidamente.
Lo descargué el mismo día de lanzamiento, y tras esperar un rato a la descarga, empecé a jugar. Quería darle una oportunidad, así que le dediqué un par de horas, lo que en mi escala de tiempo dedicado a las oportunidades es una absoluta burrada. ¿Qué me pareció?
Que no había hecho nada.
La sensación era esa. Era como si no hubiera empezado a jugar, porque en esas dos primeras horas apenas sí entendí un poco de qué iba la historia y cómo empezar a interactuar con el juego. Estos días le he querido dedicar algo más de tiempo, pero tras 5 o 6 horas jugándolo sigo un poco en las mismas: es como si apenas hubiese hecho nada, y sigo bastante perdido entre los menús y las infinitas opciones que tiene. Y ese es precisamente uno de los grandes problemas: hay demasiadas opciones.
Todo ello hizo que precisamente 24 horas después de jugarlo ya estuviese agotado. En Reddit, Twitter y en webs especializadas ya había quien contaba que se lo había acabado en tres horas —el tipo llevaba una semana jugando con acceso prioritario—. Por todos lados aparecían trucos como el de «robar» dinero, el de las naves (casi) invulnerables o el de cómo hacerse un Halcón Milenario en el juego.
Y yo, mientras, buscando la Logia.
A mí me marean estos juegos. Me pasó con los ‘Red Dead Redemption’ y me pasa incluso con los ‘Assasin Creed’, que son maravillosos pero te dejan hacer demasiadas cosas. A ver, es cierto que te puedes centrar en la historia tal cual —es lo que estoy haciendo en ‘Starfield’— pero me superan incluso en esos modos «historia», porque la realidad es una y simple.
No. Tengo. Tanto. Tiempo.
¿De dónde lo saca la gente? ¿No trabajan? ¿No estudian? Y aunque no lo hagan, ¿no salen a la calle? ¿no ven series o pelis? ¿no leen? ¿no van a comprar comida (o ropa) o quedan con amigos? ¿No juegan a 20 juegos más, como parece que hacen?
No tengo ni idea. Lo que sé es que yo no tengo tiempo para jugar a estos juegos de mundo abierto. Me agobian. «¿Te apetece hacer esta minimisión adicional para ganar unos créditos?», me preguntan a cada poco. ¿Pero tú te crees que yo tengo tiempo para minimisiones paralelas? ¡Si apenas sí tengo tiempo para avanzar en la historia principal!
Es lo que comentaban mis compañeros de VidaExtra: analizaron lo que tardan en terminar los grandes juegos de 2023 y contabilizaron 481 horas, que son muchas, muchas horas. Poniendo que tienes una vida «normal» y estudias o trabajas, pon que eres un viciado y juegas ocho horas al día: estarías dos meses sin parar y sin poder hacer otra cosa para acabarlos. Para los que tenemos con suerte una hora libre o dos al día para jugar (cuando la sacamos), la cifra se antoja imposible.
No solo es que no puedas acabarte esos juegos por tiempo: es que hay demasiados juegos a los que jugar. Demasiadas cosas nuevas que probar. Game Pass Ultimate es un servicio maravilloso que te deja probar y disfrutar de todo, pero tras casi tres años suscrito tengo una cosa clara: no es para mí. Y no lo es por la razón de antes. No tengo tanto tiempo. Pero es que ni siquiera puedo imaginar que alguien pueda sacarle partido a algo así, porque aun jugando mucho, el catálogo y las opciones son casi ilimitadas.
La sensación de agotamiento es bastante peor que con las plataformas de streaming. Tú sabes que esa serie que quieres ver te la vas a cepillar en una semanita aproximadamente, y salvo que sean temporadas muy largas, lo normal es que si te gustan las series y las pelis puedas probar muchas cosas (y disfrutarlas, o no) a lo largo del año.
¿Pero con los juegos? Yo creo que con los videojuegos no ocurre eso. No a mí, desde luego: si me gusta un juego, vuelvo a él una y otra vez, y escapar se me antoja casi imposible. Estoy en una época flojita en este apartado y juego muy poco a mi querido ‘Battlefield 1’ —sigue siendo mi preferido’— o al ‘FIFA’ (en estas semanas, el 23). El juego al que más juego hoy por hoy es ‘Sifu’ —y no juego mucho tampoco— porque estoy intentando acabarlo en modo maestro (soy incapaz). Pero es que hay demasiado ocio. Demasiadas cosas que leer —es lo que más estoy haciendo este año, y me alegro—, que ver o a las que jugar.
Es una verdadera tragedia, porque además ‘Starfield’ es una maravilla técnica. Los gráficos son fantásticos, el nivel de detalle es increíble y las posibilidades parecen inacabables. Me parece un poco lentorro, como todos los juegos de mundo abierto, y aunque me asombra que puedas «conversar» casi con cualquier NPC, el hecho de que la mayoría de esas conversaciones sean un poco diálogos vacíos —como los que tendrías si te pusieras a hablar con alguien por la calle, supongo— hace que al final todas esquives esas posibilidades de interacción. Uno casi podría vivir en ‘Starfield’, que es en sí mismo un pequeño metaverso —como lo son los RDR o ‘Cyberpunk 2077’, supongo—, y eso dice mucho y muy bueno de cómo se lo han currado en Bethesda. Me asombra también que puedas hacer un millón de cosas inútiles y maravillosas. Por ejemplo, llenar tu nave de patatas para ver si la física funciona bien (lo hace, es alucinante). Pero es que me pasa lo que digo. Y sin embargo, el problema es el que os decía.
No. Tengo. Tanto. Tiempo.
Y por eso mismo dudo que juegue mucho más a ‘Starfield’. Es demasiado inmenso para el tiempo que tengo. Y casi casi, para el tiempo que tendría cualquiera. Menos mal que no hace falta que te termines ese juego. O esa novela. O esa serie. O esa peli.
Qué tragedia.
>»¿De dónde lo saca la gente? ¿No trabajan? ¿No estudian? Y aunque no lo hagan, ¿no salen a la calle? ¿no ven series o pelis? ¿no leen? ¿no van a comprar comida (o ropa) o quedan con amigos? ¿No juegan a 20 juegos más, como parece que hacen?»
Básicamente, eso. No sé con juegos, pero soy lectora empedernida, no tengo cargas familiares, y no demasiada vida social. Puedo pasar meses sin ver la tele, luego me entero de una serie que me llama (frecuentemente es una adaptación de algún libro) y me paso el fin de semana viendo esa serie completa y de paso algunas pelis u otra serie, hasta otros 2 o 3 meses sin tocar la tele, y estoy leyendo hasta mientras friego los platos o plancho, con lo cual mis estadísticas de lectura son imposibles.
Además, con los juegos, imagino que cuanto más juegas, menos tiempo necesitas que otros jugadores para ir pasando niveles, igual que los lectores empedernidos leemos a velocidades que gente más diversificada en su tiempo libre considera imposible.
Sí que debes leer, sí. Y supongo que tienes razón, porque como ocurre con todo, cuanto más haces una cosa, más soltura tienes para hacerla. Sea como fuere, la clave aquí es el tiempo libre que tienes, y a mí me asombra que parece que tanta gente tiene mucho. Pero mucho, mucho.
Apunta a otro sin tiempo.
Al principio hacía una lista de los juegos que jugaría cuando tuviese tiempo para ello. Ahora intento anestesiarme.
Llevo años sin actualizar el PC, de todas formas, apenas lo toco para jugar, así que ¿para qué?
Es lo único que echo de menos de mi vida de soltero.
Sniffff.
I feel you, bro.
Yo hecho en falta un modo padre/madre para jugar. Que cuando pase tiempo me recuerde los controles y me haga un «Anteriormente en Perdidos» incluso que me pueda dejar una nota mental o de voz a mi mismo: «Recuerda manuti estabas buscando la logia y no estaba cerca del puerto ni del casino». La SteamDeck ha hecho mucho por que vuelva a jugar algo. Pero tuve la misma sensación que describes al empezar el Death Stranding y dejarlo tras un par de partidas de más de una hora para llevar una medicina y un muerto a enterrar.
😉 Pues esa es otra, desde luego.
En mi caso soy más desesperado para cierto tipo de juegos en los que no ves acción rápidamente, tan es así, que para jugar Starfield ni siquiera lo descargué, lo inicié con la opción de Juegos en la nube de XBox y aún así tuve que esperar 10 minutos (Karma). No le tuve mucha paciencia, no alcancé a comprender de qué iba la historia cuando comencé a usar la primer arma que me dan contra los personajes en pantalla, fue divertido unos minutos hasta que vi que no les pasaba nada, entonces… cerré el juego y continué con mi favorito que es: Witcher III.
Coincido: ¿De dónde saca la gente tiempo para estos juegos? Creo que muchas de estas personas hacen de jugar un negocio, emitiendo a través de Twitch por ejemplo. Me gustaría ganar dinero de esta forma, pero tampoco tengo paciencia para eso.
En eso también tienes razón. No es precisamente un juego en el que estés todo el rato alucinando con la acción. Que oye, entiendo que tenga su público y me alegro, pero no es para mí.