Tres citas.

«Un amplio retroceso de los inversores ha hecho que el mercado de las monedas digitales caiga un 70% desde su máximo de enero, lo que refleja la frustración de los usuarios por su modesta incursión en el comercio y una sacudida general en las inversiones especulativas»

«Todo Silicon Valley se vio envuelto en un frenesí de dinero fácil y en la fantasía de rehacer el orden mundial con las criptodivisas y una tecnología relacionada llamada blockchain. Una avalancha de alegría llegó a la zona de la bahía. El New York Times se hizo eco de la tendencia en un artículo con el titular «Todo el mundo se está haciendo alucinantemente rico y tú no». Fue cierto durante una época. Y justo cuando el público estadounidense había recibido todas las explicaciones posibles sobre el blockchain que se podían escribir, todo se derrumbó. La burbuja estalló».

«En los foros y blogs de criptomonedas, la palabra del mes es «capitulación» […], las principales figuras de la comunidad se han vuelto unas contra otras en una espiral de acusaciones, mientras que los criptoentusiastas están en guerra con los detractores que ven esto como una victoria para las monedas fiat. Aunque puede que no sea el fin del bitcoin y compañía, la caída subraya la cuestión de si merece la pena intentar introducir las criptodivisas en la cultura popular».

La primera cita es de The Wall Street Journal. La segunda, de The New York Times. La tercera, de The Financial Times. Lo gracioso de las tres citas no es que hablen del colapso de bitcoin y las criptomonedas.

Lo gracioso es que esas tres citas son de 2018.

En concreto, de noviembre y diciembre de 2018. Por entonces bitcoin había caído entre un 70 y un 80% respecto a los máximos que marcó en diciembre de 2017, cuando rozó los 20.000 dólares.

No sé si veis el paralelismo: el tortazo colosal que se han pegado las criptos estos días —del que ya hablé cuando no era tan colosal, y que tiene pinta de que será aún más colosal próximamente— no es el primero que se pegan bitcoin y sus primas. Sucedió en 2018 y sucedió antes también. La diferencia es que antes de 2017 casi nadie prestaba atención a bitcoin. Entre 2017 y 2020 le prestaban atención sobre todo friquis. Hoy le prestan atención inversores, empresas y gobiernos de todo el mundo, así que lo que está pasando tiene una repercusión aún mayor.

Por eso cuando leo titulares de temas publicados estos días como el de «Las criptos se la están pegando. Se lo merecen» me sale sin querer una sonrisa de medio lado. Los artículos citados, de medios súper serios, no eran tan puñeteros, pero su conclusión parecía la misma: la burbuja tenía que explotar.

Y yo, no obstante, no acabo de verlo claro. Entiendo que hay mucho de especulación y mucho de apuesta deportiva en esto, pero también veo demasiados intereses de grandes empresas, demasiadas inversiones de empresas de capital riesgo. Demasiado dinero metido en el ajo. Y entonces pienso que todos los que lo han metido —no hablo de mí y de los mindundis que han invertido 1.000 euros, sino de los grandes inversores— no tienen intención alguna de perder esa pasta. No son como nosotros de «bueno, voy a apostar este dinero que no va a ningún lado, igual suena la flauta». Esta gente no invierte así como así.

Lo cual me hace pensar que estemos o no en (otro) invierno cripto, parece que después volverá a haber otra primavera floreciente. Esto no es un consejo de compra, lectores. Es solo mi forma de ver las cosas. Que igual me equivoco y esto se va a pique totalmente —podría ser—, pero si lo hace no seré yo el que me queje: puedo perder lo poco que me he metido. Pero como ocurre en las apuestas, oye, y si al final esto pirula, ¿qué?

Pues eso. Y si.

Actualización (16/6/2022, 8:57): como indica Opi en los comentarios, mi post ha coincidido con otro similar y muy bueno de Microsiervos hablando de lo mismo.

Actualización 2 (17/6/2022, 18:08): Antonio publicó en Retina un tema un poco desde la visión opuesta, y además inició un debate en Twitter en el que también participó Julio Alonso en dos hilos distintos. El primero defendiendo que las criptos sí aportan cosas interesantes como la descentralización, y el segundo hablando de Ethereum y su futuro deflacionario cuando pase a un sistema PoS. Todo muy animado.