Incognitosis, Tecnología

De newsletter nada

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Cuando creé Incognitosis los blogs eran lo más. Como hoy lo son TikTok, Instagram, YouTube o Twitch. Si querías contar algo y hablar de tus cositas, los blogs eran una gran opción. Para cuando llegué a este mundillo ya había blogs conocidos, y uno de ellos era Error500, el blog de Antonio Ortiz.

Si hoy pinchas en ese enlace de Error500 no te encuentras con un blog, sino con una página que te invita a suscribirte a una newsletter. De repente el blog se ha convertido en eso, y lo primero que he pensado es «qué penita».

Hace mucho que Antonio dejó de publicar regularmente en su blog. Yo le animaba de cuando en cuando, pero supongo que llegó cierto momento en que como a otros lo de escribir en su blog no le salía: en lugar de eso pasó a crear una newsletter propia y estupenda llamada ‘Causas y Azares‘ en la que semanalmente hacía un repaso a lecturas y descubrimientos que había hecho en internet. No entiendo bien por qué hizo algo así: eso mismo podría haberlo hecho en su blog, pero supongo que usar la plataforma original que usó (Revue, de Twitter) le ahorraba trabajo. El formato parece haberle convencido, porque como explica en la edición inaugural de su newsletter Error500, su blog, como decía, ha pasado a ser eso.

Las razones, dice, son tres. Preponderancia del móvil —y eso obliga a externalizar tu contenido—, el triunfo de los intermediadores —tener tu blog ya no cuaja, mejor usar plataformas como las citadas del principio— y el hecho de que Google está roto y nadie te encuentra en un buscador.

Yo aquí tengo una opinión fuerte, y creo ciertamente como él que ha habido un cambio de hábitos y que lo normal no es «Me voy a leer la turra de hoy de JaviPas en Incognitosis» sino «voy a ver el nuevo vídeo de Marques Brownlee» o «voy a sumergirme una horita en Instagram/TikTok para entretenerme». Y esa es la cuestión: que la gente antes se entretenía leyendo blogs, y ahora tienen alternativas muy potentes.

Leer está sobrevalorado, supongo, y el triunfo del una imagen vale más que mil palabras (Instagram) y un vídeo más que un millón (Twitch/TikTok/Youtube) es absoluto. Pero es que a mí me gusta escribir y me gusta leer, y precisamente por ahí el formato de moda es el de las newsletters, que —sin faltar— son algo así como el recurso molón de quienes escriben y leen. ¿Tener un blog en 2022? Tronco, estás anclado en el pasado. ¿Ah que tienes una newsletter? Me voy a suscribir. Es como si las newsletters fueran más interesantes por el mero hecho de llegarte al correo, pero mi turra y las de Antonio y el resto de newsletteros pueden ser igual de infernales o geniales tanto si están publicadas en un blog como si te llegan al correo.

Hay ahí además un componente de voluntariedad: quien visita mi blog es porque quiere leerlo con premeditación y alevosía. Que te llegue un correo con la nueva edición de la newsletter —aunque te hayas suscrito a ella— acaba convirtiendo leerla casi en una obligación, y bastantes tenemos ya a lo largo del día. Yo prefiero lo primero y de hecho me he dado de alta y luego de baja en varias newsletters porque el buzón se me convierte en una lista de correos con newsletters estupendas que se añaden a una lista de pendientes que nunca tengo tiempo (o incluso ganas) de repasar. Aún así entiendo que hay gente encantada con lo segundo por cosas como la comodidad de no tener que salir del correo. Respect.

Ahí es donde Antonio dice que «el correo electrónico es el último protocolo «no intermediado»» y tiene parte de razón, pero es que yo no veo necesaria una newsletter intermediada por SubStack (en su caso) u otras plataformas. Cualquier plataforma de blogs —yo uso WordPress— permite que cualquiera se suscriba de forma que al lector le llegue un aviso de cuando el menda lerenda ha escrito algo nuevo. Sorpresa: Incognitosis tiene «newsletter» integrada, y os podéis suscribir aquí.

Que no es una newsletter como la de Substack, claro: es un aviso de nueva entrada con ese formato de la imagen: si pincháis en el artículo, accederéis directamente a él en mi blog. Pin pan.

Eso tiene mucho de «Es mi Scattergories». Siento el blog como algo muy mío y que yo controlo a mi gusto. Me encanta depender de mí mismo y no de un intermediario o agregador que no sé si me va a aportar algo más allá de la comodidad de «ya me encargo yo de que tu contenido esté disponible».

De hecho para mí hay una repulsa casi animal a Substack, YouTube, Instagram o Twitch. Son de otros, así que si esos otros se caen o desaparecen —o les caigo mal— el contenido deja de estar disponible. Son plataformas estupendas hasta que dejan de serlo, y tienen que lidiar con temas de censura que son delicados y en los que yo no tengo ganas de entrar: yo soy dueño y censor de Incognitosis, y creo que tener ese control no es especialmente costoso en tiempo —soy pequeñito, el spam no me da trabajo— y la independencia que me da es estupenda.

Así que a priori veo bastante difícil que Incognitosis siga ese camino. En Substack se hicieron famosos por fichar a editores conocidos en el mundo periodístico de EEUU y sacarles de sus medios para crear newsletters de pago, y eso acabó haciendo que nos preguntáramos si es es el futuro que queremos para nuestros medios. Yo creo que es una alternativa estupenda para que esos editores se ganen la vida, porque les plantea un «vivo de escribir de lo que me da la gana sin jefes y a mi ritmo». Si Substack me llega con una oferta jugosa por pasarme al modelo de pago ciertamente me lo pensaré, pero ¿hacerlo porque sí?

Naino. Incognitosis sigue como blog. De newsletter (de momento) nada.

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8 comentarios en “De newsletter nada

  1. Martin dice:

    ¡Buenos dias Javi!
    Antes que todo, Saludos desde Paraguay!
    Interesante postura la tuya, y hasta la comparto, solo que no me queda claro como te has olvidado de los RSS! sabe que para muchos no esta muerto, de hecho yo te leo gracias a que tengo indexado tu blog en un Cliente RSS. para mi es lo mejor de dos mundos, tu sigues con tu blog, yo tengo avisos de nuevos contenidos. lastimosamente la rentabilizacion de los sitios con publicidad se ve perjudicada con el protocolo RSS, pero ya preferiria yo suscribirme a una URL de pago para RSS que a un Newsletter para no ver publicidad.
    Felicidades por el trabajo de siempre!
    Martin.

  2. Tadeo dice:

    Y seguro que muchas personas (entre las que me incluyo) te agradecen que sigas con el formato actual, Javier. Que oye si quieres crearte además una newsletter, adelante, pero coincido 100% con tu punto de vista.

    Las newsletter son un royo, yo tengo una regla que me las mueve a una carpeta y me olvido hasta que finalmente me «desuscribo».

    Qué vivan los blogs y los RSS!

  3. Jorge dice:

    Otro más que se alegra de tu decisión, y que está hasta el gorro que para acceder a cierto contenido haya de pasar por newsletters.

    Yo prefiero blogs y RSS, que accedo cuando quiero y no me suponen una obligación como bien dices, además las entradas individuales las puedo enviar (y leer) en el kindle, algo que en newsletters a veces es más complicado.

    ¡Bien por ti! (y por nosotros que lo disfrutamos)

  4. Pingback: ¿Dónde ponemos los límites entre lo que es un blog y lo que es una newsletter?

  5. Ale dice:

    Cada vez que pongo en la barra de direcciones del navegador la letra J aparece tu página web, así que mira si será de los que vienen a leerte intencionadamente.

    ¡Aguanten los blogs! aunque pasara el tiempo y nadie viniera a verlo, siempre habrá un link que le puedes pasar a quién sea y que todo el mundo pueda verlo, sin restricciones de usuario, ni de plataformas, ni de nada.

Comentarios cerrados.