Tecnología

Mi webcam es mejor que la tuya

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Hace casi un año publicaba un tema titulado ‘Por qué nadie fabrica una buena webcam‘. En él hablaba del auge de la videoconferencia por causa de la pandemia: empresas como Zoom hicieron su agosto mientras los fabricantes de webcams intentaban aprovechar la demanda subiendo precios.

Logitech fue uno de esos fabricantes. Mira que hacen buenos productos (el teclado K800 y el MX Master que uso a diario son de ellos), pero en webcams al menos estaban haciendo algo bastante lamentable: seguir vendiendo productos viejos a precios absurdos que en según qué casos sextuplicaban los que esas mismas webcams habían tenido hacía algún tiempo. Una C920 HD Pro que costaba apenas 30 euros en noviembre de 2018 llegó a costar 190 euros en diciembre de 2020.

Esta la compré hace un tiempo, y la verdad, para lo que yo necesitaba, apaña bastante bien. Otra cosa es que luego quieras videoconferencias de calidad. Ahí la cosa igual va justita.

Eso es terrible, pero lo es más el hecho de que esa webcam, como la mayoría de las que había en el mercado, era mediocre, y eso siendo generosos. La cosa era aún peor en portátiles: prácticamente ningún fabricante ha presentado desde la pandemia mejoras realmente destacables en sus webcams, y si lo han hecho ha sido tímidamente y porque ya llevaban años escatimando con esto. Los nuevos MacBook Pro 14″ y 16″, por ejemplo, cuentan (al fin) con webcams que permiten grabar en 1080p después de años con unos sensores bastante cacurris. Era patético, y aunque la cosa había mejorado en estos nuevos equipos —gracias también a mejoras en el software—, tampoco era para tirar cohetes.

Y en esas estábamos, con una industria que aun sabiendo que las webcams eran una patata, no hacía nada por mejorar la situación. Y como la industria no movía ficha, lo hizo alguien que se dio cuenta de que un problema es una oportunidad de mejora. Así es como surgió Opal, una startup creada por dos exingenieros de Google y Uber y un equipo de gente con ganas de hacer bien las cosas.

El resultado es la Opal C1, una webcam que tiene una pinta estupenda tanto por fuera —el diseño es realmente diferencial, y eso ya es un punto a su favor frente a sus competidores— como aparentemente por dentro. Cuenta con el sensor Sony IMX378 que ya usaba Google en sus Pixel de primera generación, pero sobre todo cuenta con un chip Intel Myriad X que es el que se encarga de todo el postprocesado de imagen.

La combinación de ese hardware y ese software hace que estemos ante la que podría ser la webcam definitiva para quienes buscan videoconferencias de calidad. Una que da acceso a una calidad de imagen que antes solo se podía conseguir con una cámara DSLR conectada al ordenador, y que ahora puedes tener en un periférico cuco y con muchas, muchas opciones en su software.

Para mucha gente el problema de esta webcam será su precio: cuesta 300 dólares, así que mucho tiene que compensar el invento para comprárselo. Y sin embargo, diría que van a tener mucho éxito con la Opal C1, sobre todo porque han sabido hacer un producto pintón y que no solo sirve para garantizar (o eso promete) una calidad de imagen excepcional en las videoconferencias: también te permite presumir de ello.

Es lo que decía en el título. Los creadores han tenido el acierto de crear un diseño nuevo y, con él, un símbolo de status. Uno que te permite comprarla y luego decir «mira Pepe, mi webcam es mejor que la tuya». Si es la Opal C1 probablemente lo sea, y como a los seres humanos nos encanta decir que algo nuestro es mejor que lo de los demás, veo aquí un cacharro con muchas opciones de triunfar.

Evidentemente hacer algo así no es fácil: detrás del invento no solo están ingenieros que deben ser unos coquitos —uno de ellos creó la Google Clips, como indicaba esta mañana en Xataka— sino también inversores con mucha pasta y muchos contactos: en el ajo están metidos cofundadores de Reddit, Instagram, o Twitch, que se dice pronto. Y si ellos lo ven claro, no te digo cómo lo veo yo.

Al final la reflexión no va de la webcam como tal, ojo. Va de productos aspiracionales: esos que son mejores que los demás, o que al menos presumen de serlo porque son diferenciales por su diseño y por sus prestaciones. Es muy difícil lograr hacer algo así —Apple lo ha logrado con prácticamente todos sus productos—, así que me entusiasma ver que una startup como Opal tiene esa ambición. No sé si lo conseguirá, pero desde luego seguir la filosofía de un Gucci en ropa o de un Apple y no la de un Primark o un Xiaomi tiene su sentido, si puedes realmente permitírtelo, que no todo el mundo puede.

Yo no creo que jamás me gaste 300 dólares en una webcam como esta, pero si no lo hago es porque 1) no necesito presumir de que mi webcam es mejor que la vuestra y sobre todo porque 2) no voy a sacarle provecho ya que no hago tantas videoconferencias en mi vida. Para todos las que se pasen el día de videollamada en videollamada, esto es una alternativa potente, sobre todo porque ellos te van a ver estupendo a ti (y eso es interesante para muchos escenarios, como el comercial) aunque tú les veas pixelados y con un tono de piel rollo los Simpson con alguna cámara chinorri como la que yo uso para alguna que otra sesión.

Así pues, bien por Opal y por la gente que sabe ver oportunidades cuando hay problemas. No todos saben hacerlo, ni mucho menos.

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8 comentarios en “Mi webcam es mejor que la tuya

  1. XabiK dice:

    ¿Y alguna sugerencia de webcam para ‘usuarios no aspiracionales, sino preocupados por el precio, aunque me vean un poco peor’?
    (sí, ya me he dado cuenta que el motivo del post no es hablar de ofertas de cámaras, pero podrías dejar caer una en los ‘Incognichollos para los Reyes Magos’)

    • Te recomendaría mi Aukey, pero no es posible encontrarla que yo sepa. Hay unas cuantas opciones en Amazon de ese estilo, pero la verdad es que no tengo ni idea de cómo de bien (o mal) funcionan, así que igual tienes que arriesgar con alguna que te parezca decente y a partir de ahí probar. Suerte!

      Por si te sirve, me ha llamado la atención esta de 30 euros Mars Gaming, una marca algo menos conocida pero que tiene cierta reputación, y que además copia el tema del anillo de luz que oye, puede estar bien. Si la pillas ya me contarás 🙂

  2. Jinkx dice:

    Yo uso un movil android (un huawei sencillito) conectado al PC mediante wifi y una app (DroidCamApp) que si la compras (hay versión gratuita) te permite transmitir en HD. Un soporte impreso en 3D permite colocarlo encima del monitor tan ricamente.
    Funciona de coña. No pienso comprar una webcam jamás.

    Un saludo

    • Esa es una gran opción, desde luego, y las cámaras de nuestros móviles son mucho mejores que la mayoría de webcams. Lo mencioné en aquellos posts enlazados, pero bien por recordarlo Jinkx, gracias.

  3. Xoel Rodríguez Martínez dice:

    Yo uso mi la cámara de mi iPhone. Conecto el teléfono por cable al PC y así puedo transmitir en HD y es una solución muy apañada. Es que transmitir usando la webcam de mi vetusto portátil (640×480) me hace sentir como si estuviese en el 2004.

  4. Tzinm dice:

    Javi, no la descartes. Al ritmo de tus entrevistas en la tele, quizá en un futuro cercano la necesites jeje

    Es una propuesta interesante, pero creo que está orientada a un público muy concreto. Recientemente he adquirido una webcam de Logitech (920s HD Pro) por la que pagué 60€ en “oferta”. Es cierto que ni le doy un uso intensivo ni necesito que la imagen que proyecto sea la mejor, pero nunca me plantearía gastarme 300€ (tampoco más de 100€) en una webcam.

    Espero que tengan suerte, es un producto pintón. Además, nunca está de más un poco de aire fresco que obligue a moverse a otros fabricantes.

Comentarios cerrados.