Tecnología

De metahumos, metamotos y metamierdas

·

No falla. En cuanto alguna palabra tecnológica se pone de moda, lo único que importa es aprovecharla para dar tu mensaje, sea como sea. Si eres una empresa tienes que estar en la pomada, que decía aquel, y aunque no tengas mucho o nada que ver con ese ámbito, tú te apuntas. Lo decía muy bien Antonio Sabán hace un rato:

El tema del metaverso es el último gran invento para vendemotos y meapilas. Yo hablaba hace poco del tema pero desde una perspectiva algo apartada de ese ‘Ready Player One’ que nos vende Zuckerberg. Como dije entonces, algo hay en todo esto de la realidad aumentada, la realidad virtual y esos mundos digitales. No me veo currando 8 horas al día en una oficina virtual conectado a unas gafas, pero sí me veo saliendo a la calle con ellas para hacer cosas que hacemos ahora con el smartphone como consultar la ruta o ir escuchando mientras un podcast.

De hecho hoy se juntaban dos cosas que querían contar y que están algo relacionadas. Por un lado, lo de que efectivamente estoy bastante en la apuesta de Tim Cook, que parece tener claro que en diez años todos llevaremos gafas aunque no las necesitemos. Creo que las gafas de realidad aumentada podrían ser la verdadera alternativa al smartphone en muchos escenarios, aunque hay quien no compre el mensaje.

Por otra, que eso no significa que de repente lo del metaverso cobre sentido y vaya a revolucionar nuestro mundo. Pero como decía al principio, la palabreja se ha convertido en la nueva moda, así que si puedes, aprovecha el momento. Es más: si puedes, intenta ganar dinero con él, que es lo que hacen los avispillas de turno con estas cosas.

Que haberlos, haylos. Y si no que se lo digan a la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, que ayer enviaba a los medios una nota de prensa —aquí el texto completo— absolutamente terrible.

Con un par se declara alguien pionero en Metaverso. Así, con mayúscula. A los responsables de dicho organismo se les ha ocurrido crear una especie de máster que en nueve meses te prepara para el futuro que nos pintó Zuckerberg. Uno que por lo visto generará muchos puestos de trabajo —Zuck ha prometido más de 10.000 solo en Europa—. Ese es el argumento fundamental de este máster de vendemotos que te convertirá probablemente un metaexperto en metaversos, metamotos y metamierdas.

Siento el titular y la última utilización del prefijo, pero me ponen malo estas estafas. Eso es lo que me parece a mí al menos, y aunque imagino que habrá buenas intenciones en algún caso y el chico que lo da parece ciertamente preparado, el sitio web del proyecto deja claro que el diploma para este Full Mastery (telita) no saldrá barato: 4.950 euros te soplan por prepararte para el futuro.

Es muy probable que haya otros vendemotos que se hayan querido sumar ya a este carro para venderte sus metahistorias, pero que lo haga una institución teóricamente seria como la Universidad Complutense me parece peligroso. Sobre todo porque el metaverso que plantea Zuckerberg no existe: es una idea en su cabeza. Es como si te enseñan a convertirte en un máquina de un nuevo deporte sin que se sepa muy bien realmente cómo se va a jugar a ese deporte.

¿No será mejor ver si la idea cuaja —y cómo cuaja— y adaptarse a ello cuando llegue el momento? Mientras tanto, si quieres estar preparado, empápate de temas de realidad aumentada y realidad virtual, que hay muchos recursos para formarse —en Udemy o Coursera hay decenas de cursos sobre el tema, por ejemplo— y eso te dará de momento una buena base para experimentar.

De verdad que no entiendo estas cosas. Siento el rollo hater, pero no las entiendo.

Suscríbete a Incognitosis

¡Recibe en tu correo las nuevas entradas!

Standard

6 comentarios en “De metahumos, metamotos y metamierdas

  1. Hector dice:

    Totalmente coincido contigo (perdón por el tuteo) punto por punto. Entre los vendemotos, los aprovechados y los technopardillos se nos está quedando un futuro azul oscuro casi negro.
    Yo no veo lo de la realidad virtual y eso que trabajo en 3d e infografias que mas virtual que eso poco, pero comparar eso con conocer personas cara a cara, no lo compro no.
    Será tambien la edad, que lo de haber vivido los 80s marca mucho.

  2. Lambda dice:

    Virtualizar el entorno es la mejor manera de evitar que la gente se asocie en la vida real. Una forma de crear «titty-taintment» más. El Metaverso no es más que la huida hacia delante de Zuckerberg y su empresa. Quizá reuniones de empresa entre CEOs que estén a más de 10 horas entre sí, enseñando productos, pues puede ser. Pero se queda muy corto.

    Jardines y vallas en la Red, para gacelas y pardillos.

    • Yo supongo que dará para más y que la visión de Zuck es tan solo eso, su visión. Soy medio optimista con esto, pero en el sentido de que acabará por llegar sí o sí. Que se convierta en sustituto del móvil no lo tengo tan claro, pero oye, todo puede ser.

  3. Pakolo dice:

    El otro día lo estaba comentando con un conocido, él trabaja administrando sistemas para la administración local, mi trabajo es diferente, aunque mis derroteros laborales han tirado hacia otro lado, en su día estudié informática de gestión, mi trabajo se hace con pcs de oficina y el cacharreo con la tecnología es algo que tengo como una afición. Mi trabajito me ha costado que la gente no se acuerde de mi para el tema amigo informático, eso también.

    El caso es que hablábamos de lo mal adaptada que está la administración pública para el tema digital, de lo mal adaptada que está la gente mayor a la hora de trabajar con los ordenadores y eso derivó en que yo reconocía que posiblemente a mi me terminará ocurriendo y probablemente eso ya haya empezado. Gracias en parte a las idas de olla de Mark Zuckerberg.

    Hasta ahora cuando sale alguna tecnología novedosa, yo me suelo apuntar para aprender cosas nuevas siempre en plan autodidacta, si no lo hago es porque no lo veo necesario para mi día a día. Me pasó con las impresoras 3d por ejemplo, aunque supongo que con mis rudimentarios conocimientos de modelado y lo ya cacharreado de otros aparatos, no debería costarme mucho hacerme a eso si surgiera la necesidad o la oportunidad laboral. Éstas tuvieron su momento de gloria no hace mucho, pero ahora también la cosa está ya más calmada y lo que dije antes, hasta ahora no se ha acordado nadie de mi para que le haga la ñapa, espero que eso no cambie.

    Pero lo que hablaba yo con él fue directamente referido al invento ese de Zuckerberg. A día de hoy todavía no me he puesto unas gafas de realidad virtual, a mis 44 años todavía no sé como es ese mareo que se siente. Yo es rarísimo que vomite la papilla, pero estoy seguro de que el día que lleve unas gafas de esas terminaré conduciendo el autobús multicolor porque ya las goteras han empezado. Por otro lado los de nuestra edad ya venimos de vuelta de algunas otras engañifas, que estamos en España y solamente hay que encender la televisión para empezar a consumir milongas. Ni me extraña que una universidad se apunte a este mondongo, todavía recuerdo cuando la de Córdoba se tiró a la piscina del grafeno. La conclusión es similar a la tuya, que esto ya no está hecho para la gente de mediana edad, no estamos como para ir flipándonos con espectáculos virtuales a estas alturas de la película y los cuerpos son los que son.

    Sobre la realidad aumentada supongo que la probaré pero sabiendo que a mi cuando voy conduciendo, cualquier cosa del salpicadero del coche que no sea del mismo coche ya me estorba, no me gustará que las gafas superpongan información constantemente sobre lo que vaya viendo casi con total seguridad, sobre todo si la interfaz fuera cambiando esa información de sitio revoloteando por la «pantalla», también me molestaría que fuera intrusiva ocupando demasiado espacio o mostrara anuncios. Si para quitar esa publicidad habría que pagar un servicio premium, conmigo que no cuenten ni para el básico siquiera.

    Más tarde o más temprano terminamos haciéndonos viejos, hasta para lo tecnológico, aunque bienvenida sea la vejez si nos hace huir de propuestas demasiado absurdas.

    • Eso es inevitable, desde luego. Creo que ya he comentado alguna vez que a medida que pasa el tiempo uno adquiere perspectivas y perezas. Normal que ciertas cosas acaben dejándonos atrás, ley de vida, me temo, y a no ser que uno sea muy proactivo —e insisto, cuesta cada vez más— investigar en temas nuevos se hace más y más cuesta arriba. Yo mismo con el tema de Docker llevo tiempo queriendo empaparme y me da una pereza infernal.

Comentarios cerrados