(Tranquilos, cero destripes).
En 1992 la empresa francesa Cryo Interactive lanzaba un videojuego de estrategia llamado ‘Dune‘. Basado en la novela homónima de Frank Herbert, aquel juego también inspiraba sus personajes en los que aparecieron en la película de David Lynch de 1984.
A mí aquella película, la verdad, no me entusiasma. Me parece algo tostón e innecesariamente repugnante por tramos. No me he leído la novela (mea culpa), así que no puedo juzgar la calidad de la adaptación, pero cuando el videojuego apareció años después yo estaba preparado para disfrutarlo. ¿Por qué?
Porque ya tenía mi Amiga 1200.
Ni era ni soy un gran aficionado a los videojuegos de estrategia. Apenas he tocado la saga Civilization, por ejemplo, pero aquel ‘Dune’ no era un juego de estrategia al uso. Era casi una forma alternativa de contarte la novela. Es cierto que al final tú decidías cómo llevar la gestión de ese mundo y de la especia, pero el desarrollo del videojuego estaba muy dirigido, muy cerrado: había ciertos hitos y ciertos momentos por los que tenías que pasar sí o sí.
El juego me conquistó. No sé cuántas horas dediqué, pero creo recordar que fueron bastantes. Repetía una y otra vez partidas para ganar antes y mejor a los Harkonnens, y lo cierto es que esa mezcla de estrategia con aventura conversacional a mí me funcionó.
Han pasado casi 30 años de aquello. Se dice pronto, ostras. En un suspiro. Lo que curiosamente no han pasado son mis ganas de ver la nueva película de ‘Dune’ que ha sido dirigida por Dennis Villeneuve y que se estrenó hace unos días. Fui a verla este miércoles con un viejo amigo, y qué queréis que os diga.
La nueva ‘Dune’ me pareció alucinante. Me encantó.
Por supuesto, no es tampoco una peli perfecta. Alejandro G. Calvo hacía una crítica de las suyas, estupendas, en Sensacine. La comparto totalmente tanto en lo que destaca como lo que le falla, que básicamente es, quizás, ser algo más violenta, menos «familiar». Creo que la historia se lo merecía, pero salvo por ese detalle, la película es colosal.
Para empezar, el espectáculo visual. Las imágenes son súper potentes: son como una pequeña obra de arte en movimiento. Todo tiene textura, todo está pensado casi para ser un wallpaper. Los planos, los paisajes, los colores, todo es estupendo. Diría que quizás los diálogos flojean un poco en algún que otro pasaje, pero lo que no flojean son los personajes: todos los actores están de diez.
Me sorprendió especialmente ver al chaval que hace de Paul Atreides, Timothée Chalamet, que muestra una madurez alucinante y engañosa porque parece más jovencito de los casi 26 tacos que tiene. Pero claro, lleva haciendo cine desde 2008 (sale brevemente en Interstellar, por ejemplo), y lo hace fenomenal.
Y luego está la música de Hans Zimmer, que te golpea y te inunda constantemente. Es totalmente olvidable una vez termina la peli, no hay una melodía que luego vayas a tararear como pasaba con John Williams o John Barry (que me encanta, pero que se repetía un poco). Zimmer es distinto, y desde luego es absolutamente estupendo para disfrutar las pelis en el cine o en un salón de casa si lo tienes insonorizado, tienes un buen equipo de sonido y puedes poner el sonido bien alto, que es como hay que escuchar a este tipo.
Es cierto que uno luego puede hacer crítica facilona: te ves el tráiler de Dune (2021) y el tráiler de BladeRunner (2017) —las dos dirigidas porVilleneuve, las dos con música de Zimmer— y las similitudes son notables: mucha neblina, mucha escena oscura y color algo saturado, y mucho tortazo sonoro de Zimmer cuando toca.
El caso es que la peli me encantó, pero durante toda ella me venían continuamente flashes del pasado. No de la peli de David Lynch, de la que no recordaba (ni quería recordar) nada, sino de aquel videojuego que me conquistó.
Salí diciéndole a mi amigo cómo era como si hubieran dado vida a todo aquello que yo viví en el juego. Los ornitópteros, Paul (aunque allí era clavado a Kyle Maclachlan (no, no lo he escrito bien a la primera), y desde luego Chani, que a mí me parecía clavada a Zendaya. Otros muchos no, pero aún así me alucinó ver cómo toda la película me llevaba a un curioso viaje al pasado a ese videojuego.
¿Qué hice? Pues descargarlo de nuevo, por supuesto. La versión para DOS está disponible en el bendito Internet Archive, y tras instalar el no menos bendito DOSBox ahí me teníais ayer, jugando como si no hubiese mañana. Horas y horas. Empecé un poco por probar, como diciendo «bah, ya ves tú, un juego de hace 30 años, voy a jugar un poco por hacer la gracia». Ja. Horas después seguía haciendo la gracia.
Mira que el juego es simplón, pero oye, ahí me teníais, totalmente enfrascado. Solo un pequeño parón para jugar un pádel (y ganar, claro) y ale, vuelta al tema hasta altas horas de la madrugada, algo que ha provocado que hoy esté un poco tupi. Y sin embargo eso me da igual, porque de buenas a primeras he pasado dos grandes y buenos ratos. Primero con mi amigo viendo la peli, y luego con el juego disfrutando y recordando viejos (y en ese caso buenos) tiempos.
Bien por Dune.
Ahora, a esperar la segunda parte, que seguro que es igual de estupenda.
Mira tú por donde que este fue uno de mis primeros (y últimos) juegos originales para PC. Aún conservo en casa de mi madre la caja.
Recuerdo alucinar con un juego que parecia magia como podia caber en esos disquettes. En aquellos tiempos ni habia leido el libro, ni visto la peli del 84.
Muchos años después haría ambas cosas y la verdad, mi mejor recuerdo sobre Dune sigue siendo este juego.
Asi que bien por ti Javi! La peli nueva ya la veré en un tiempo, no hay prisa, aunque es digna de verla en cine (hace taaanto que no piso una sala).
Un saludo y a seguir leyéndote mientras llega la segunda parte 🙂
🙂 qué bueno! Ánimo con la vuelta al cine (yo creo que no hay ya demasiado peligro, aunque ver las pelis con mascarilla es bastante rollo) y gracias por leerme por aquí!
Pues yo te recomiendo el libro. Yo también he visto la película y la verdad es que a mí también me gutó mucho.
Sí, lo tengo en pendientes.
El universo de la peli es más entendible y más aprovechable si ya has sido introducido antes. Mejor si hubiera sido el libro, y si no, seguro que lo disfrutas más por haber jugado al juego.
Yo también le eché alguna hora al dune 1 y lo volví a jugar años más tarde siendo igualmente adictivo en una época en la que jugar, ya no es lo que era! Lo que tiene la añoranza de aquellos tiempos!
Dune 2 era otro tipo de juego, pero marcó el camino a muchos otros!
Es rpobable, sí. Dune 2 nunca lo jugué, igual habría que darle una oportunidad vintage.