A estas alturas la mayoría ya estaréis hasta las narices de que los artículos con consejos para teletrabajar. Los pijamaworkers estamos que lo tiramos en los últimos tiempos, y como experto en este campo quería contribuir con mi pequeño granito de arena en este ámbito.
De hecho mi lista es más un «no deberías her esto» que un «haz esto otro». Me inspiró el gran Marco Arment, que hace ya casi un mes lanzaba unas claves prácticas bastante estupendas para cualquiera que se plantee jornadas de teletrabajo productivas. Helas aquí:
Así es. Ciertamente violar los mandamientos de Arment harán que seas más feliz durante las jornadas de teletrabajo pero 1) acabarás con algo de un peligroso sobrepeso y 2) no serás demasiado productivo. Yo le diría al amigo Marco que tampoco hay que ser tan inflexible: comerse unas patatas algún día a la semana tampoco es tan grave, y desde luego lo de Twitter no lo acepto: yo sin Twitter no abro la tienda, lo siento.
Pero más allá de lo que dice Arment, diría que mi directriz básica es la de (tele)trabajar a gusto. Estar cómodo, vaya. En mi caso eso depende totalmente de cómo y dónde trabajo, y por si a alguien le sirve de algo, aquí va mi lista de noes a la hora de teletrabajar.
- No al portátil: a ver, no digo que no uses el portátil, sino que no lo uses como dispositivo único. Si tienes que trabajar 8 horas al día durante ¿3 meses? en un portátil probablemente te volverás loco (o producirás poco). ¿Mi consejo? Usar un monitor, teclado y ratón externos si trabajas con portátil. Esos tres periféricos pueden hacer que de repente estés en el Valhalla de la productividad, porque teclear a gusto, usar un ratón decente y verlo todo en (al menos) 24 pulgadas y 1080p hace que el mundo parezca un poquito mejor. De verdad.
- No a sillas/mesas incómodas: de verdad, invierte en una buena silla. Como en un buen monitor, teclado o ratón, ya puestos. Son cosas que vas a usar muchas horas durante mucho tiempo: Es como lo del colchón: cuando uno pasa una tercera parte de su vida en él, igual no está de más gastarse unas perrillas extra para que no esté del todo mal. Pues lo mismo con la citada silla o con el propio espacio de trabajo, en el que básicamente tienes que estar a gusto. ¿Te molesta la luz de la ventana? ¿O que no se pueda abrir? ¿O estás arrinconado en un huequito porque total, esto es un provisionaparasiempre? Error: tú móntatelo para estar como un lord inglés, que pasar muchas horas incómodo acaba minando la voluntad y la productividad del más pintado.
- No a los auriculares con micrófono de palo: esto no es mío, sino que es una recomendación de Matt Mullenweg, que recomendaba pillar unos buenos auriculares con micrófono para oír y que te oigan bien en esas célebres videoconferencias que ahora son el pan nuestro de cada día todos los días. Yo soy poco exigente debido a mis célebres oídos de corchopán (y a que no tengo demasiadas reuniones virtuales), pero admito que es un elemento más de esa búsqueda de periféricos que hacen tu vida mejor si tienes que usarlos mucho. De nuevo, invierte en aquello que usas. No te pongas los auriculares que te dio la Renfe en ese viaje a Valencia. La misma doctrina se aplica a las webcams, algo de lo que ya hablé ayer. Si te reúnes mucho en videoconferencias, cómprate una buena webcam o usa la de tu móvil vía DroidCam, por ejemplo.
- No a trabajar más de la cuenta (ni menos): estar en casa todo el día es peligroso, porque a menudo no cambias de contexto. «Oye, ya que estoy, termino esto«. Así te pueden dar las mil. Sigue el mismo horario que seguirías en el trabajo (iba a hacer broma con funcionarios peromejorno) y trata de cumplir. Y cuando digo esto, lo digo también en el otro sentido: no vale trabajar de menos. Por cierto: es probable que notes que rindes mucho más: vivir sin (tantas) distracciones es maravilloso. Haz pausitas razonables (pero no exageradas) para levantar el culo del asiento: es fácil que no te des cuenta de que no lo has hecho en cuatro horas seguidas.
No a trabajar en pijama: dúchate, aféitate y vístete como si fueras a currar. Como mucho, te dejo ponerte zapatillas. Tonterías. Sumérgete en el pijama si así trabajas mejor. Tampoco es plan de ir de Torrente por la vida, pero si estás cómodo en pijama y así produces, póntelo y disfruta. Cuidado con las videoconferencias, eso sí. ¿No querrás ser un meme andante cuando todo vuelva a la normalidad, no?
Creo que ya está. Bueno, salvo lo de las patatas. Por Dios, tampoco es eso, Marco. Si os apetecen algún día, daos el capricho. O eso o unas pipas y una Mahou, ya sabéis. Daos respiros y caprichitos, que se trata de teletrabajar, no de sufrir.
Cuidaos.
Yo siempre he sido de aprender las cosas a base de palos y esta no ha sido excepción a la regla. Todos esos consejos son totalmente ciertos, menos el de ir arreglado como si fueras a ir al sitio físico tal y como dices. El más duro de aprender ha sido el de saber parar y descansar, llevo poco haciendo esto desde casa y es el que más me cuesta, pero esta semana estaba llegando a un nivel de quemazón bastante intolerable a base de dar tantas horas, porque no tengo mesura. Mañana le daré una últimas patadas a lo mío esta semana y el Domingo de Resurrección como no funcionarán los programas, volveré a descansar hasta el Lunes. El segundo más chungo para mi ha sido el de las redes sociales, la hiperconexión no es para nada beneficiosa. Es una trampa usar el whatsapp para coordinarse con los compañeros, es preferible para eso cualquier otra cosa que no te ponga en contacto con el resto del mundo también, pero mientras yo quiera ser el único disidente de ese chat del demonio, lo que hago es cerrar el whatsapp web cuando quiero estar centrado, las notificaciones del móvil apagadas y abrirlo solamente cuando tengo que decirle algo a alguien.
Uy, WhatsApp distrae bastante así que si eres medio activo ahí estás perdido. Hay que tener mucha voluntad para no perderse en esa y otra muchas distracciones. Que no son las de la oficina, cuidado, pero existen.
Lo de ser más productivo llega incluso a congelar varios infiernos. Tengo conocidos y algún familiar que trabajan en varios ayuntamientos de la zona y como ahora teletrabajan y no tienen que atender al público y apenas reciben llamadas, sólo se centran en tramitar lo que llega a través de las sedes electrónicas y lo que estuviera pendiente y me dicen que salen los expedientes «volaos». Y eso que, como comentas, el WhatsApp ha sustituido a la terracilla de fumar o a la pausa delante de la máquina de café.